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Los congresistas conservadores, entre Santos y Ramírez


Santos ya no consigue tantos amigos imaginarios

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En las últimas dos semanas la cuenta de Twitter del presidente-candidato Juan Manuel Santos venía creciendo a una velocidad vertiginosa, llegando a sumar 57 mil usuarios entre el miércoles y el viernes pasado y acercándose a pasos agigantados a la de Álvaro Uribe. Sin embargo, desde que el viernes pasado La Silla contó que la mayoría de esos usuarios son usuarios fantasmas, la llegada masiva de nuevos fans a la cuenta de Santos se frenó.

Ese día La Silla estableció, usando la herramienta Twitter Counter, que en una semana el Presidente había ganado unos 110 mil nuevos seguidores, incluyendo saltos de 25 mil usuarios algunos días, con lo que pasó los 2,6 millones de seguidores. Entre tanto, Álvaro Uribe -que tiene una cifra comparabale de 2,8 millones de seguidores- ganó 2 mil en ese mismo período.

Desde el viernes, cuando contamos lo ocurrido, el volumen de nuevos seguidores del candidato-presidente cambió. Entre el viernes y hoy, ha ganado 1.800 usuarios en total. Es decir, menos de 500 diarios y muchos de ellos usuarios menos sospechosos. Mejor dicho, como que los fantasmas se asustaron.

Esta es la gráfica comparada de usuarios de Santos y Uribe

La plata enredada de Marta Lucía

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La campaña de Marta Lucía Ramírez está pendiente de que le entren más de 5 mil millones de pesos de plata pública a los que tiene derecho como anticipo (como también los están las otras campañas, excepto la de Óscar Iván Zuluaga), pero un debate entre abogados los tiene empantanados. Y mientras no se descongele el lío, va a seguir dependiendo de las donaciones que reciba.

Resulta que para que el Ministerio le gire esa plata, la campaña tiene que dar alguna garantía. Como los partidos tienen derecho a que el Estado les gire una plata todos los años para su funcionamiento, el Conservador ya dijo que puede dar esa garantía con los giros de los próximos cuatro años. El problema está en los detalles.

Resulta que en el borrador del contrato que están negociando el partido y el Ministerio, éste dice que si Ramírez no saca el 4 por ciento de los votos válidos, se queda sin derecho al anticipo y le toca devolver toda la plata. Eso porque es lo que dice el artículo 11 de la Ley 996.

Pero en la campaña creen que eso no es así, porque la Ley 1475 derogó ese artículo y que, por lo tanto, no tienen que devolver el anticipo aún si sacan menos del 4 por ciento de los votos válidos. El argumento del Ministerio que dirige Mauricio Cárdenas es que como esa parte de la Ley 1475 no ha sido reglamentada, todavía está vigente.

El enredo está en que el directorio conservador aceptó dar esa garantía siempre y cuando no se comprometieran los recursos del partido. Para el secretario general de ese partido, Juan Carlos Wills, existe la posibilidad de que Ramírez saque menos del 4 por ciento y al partido le toque salir a responder por el anticipo gastado, lo que pondría en riesgo los recursos. Por eso ha dicho que no puede firmar el contrato, según le contó a La Silla una fuente muy cercana al debate. Llamamos a Wills para conocer con más detalles su posición pero no lo pudimos conseguir.

Sin embargo, el ex Canciller Fernando Araújo -que es el director financiero del partido, además de ramirista y padre del senador electo uribista Fernando Nicolás Araújo- le autorizó que firmara, pero Wills ha dicho que necesita el visto bueno de todo el directorio.

Mientras se resuelve el enredo y llega la Semana Santa, la campaña sigue sin esa plata. Y como en el Ministerio de Hacienda está un conservador santista, Mauricio Cárdenas, y hay tantos roces entre santistas y ramiristas en el partido, el ambiente está muy tenso.

Este es el borrador del contrato:

CONTRATO DE PIGNORACION.docx by Juan Lewin

Las sombras de Kiko y de las bacrim enrarecen las elecciones en La Guajira

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Riohacha, la capital de La Guajira, en donde viven unas 800 mil personas. 

La Guajira no levanta cabeza. A décadas de abandono estatal y violencia e ilegalidad históricas se les sumó el año pasado la detención y posterior destitución del gobernador Juan Francisco ‘Kiko’ Gómez -señalado de ser el autor de homicidios y de tener vínculos con bandas criminales dedicadas al narcotráfico y al tráfico de gasolina y de armas-, lo que generó un caos administrativo. Ahora, uno de los cinco departamentos más pobres del país se prepara para unas elecciones atípicas en las que los dos candidatos con más opción cargan encima con las sombras de Kiko y de las bacrim.

Las inscripciones de aspirantes se cerraron esta semana. La joya por la que pelearán en los comicios del próximo 1° de junio no es de poca monta. La Guajira tiene un presupuesto anual de más o menos 400 mil millones de pesos y aunque el nuevo Gobernador apenas estará en el cargo por año y medio, el poder de la burocracia en ese tiempo alcanza para impulsar a un sucesor, al próximo alcalde de Riohacha y hasta a un candidato fuerte al Congreso de 2018.

Los principales protagonistas del pulso son los dos bloques políticos más fuertes en la región: Nueva Guajira en cabeza del exgobernador Jorge Pérez Bernier, de un lado, y los aliados del ‘kikismo’ liderados por el representante electo (por Aico, luego de que el Partido Liberal lo rechazara) Antenor Durán y el senador de La U Jorge Ballesteros.

Los aliados del kikismo, impulsores de la elección de Kiko, inscribieron por el viejo PIN precisamente al hijo del senador Ballesteros: José María ‘Chemitas’ Ballesteros, quien tiene en común con Antenor Durán que también fue rechazado por las directivas nacionales del liberalismo para aspirar en las pasadas legislativas debido a su cercanía a Kiko Gómez.

Curiosamente, para esta elección el liberalismo (al menos en el nivel local) está todo con ‘Chemitas’. Una fuente que está en esa campaña le dijo a La Silla que ya recibieron el respaldo del representante liberal guajiro Jimmy Sierra y del diputado de ese partido Ildefonso Medina, pariente y miembro del grupo político del ministro de Minas Amylkar Acosta Medina.

Simón Gaviria, el jefe del Partido Liberal, le explicó a La Silla sin embargo que esa no es una postura oficial de la colectividad, pues él decidió no avalar a ningún candidato a la Gobernación de La Guajira y dejar en libertad a sus copartidarios.

‘Chemitas’ Ballesteros representa la fuerza política de Kiko Gómez.

Como lo contó La Silla él, incluso más que su padre, fue de manera abierta uno de los cuadros clave de la campaña a la Gobernación del procesado exgobernador. Estuvo con él en tarimas, lo acompañó en caravanas, celebró a su lado. Lo apoyó hasta el final. Tanto que su figura aparece en el video que hizo el CTI de la Fiscalía el día de octubre pasado en que fue capturado Kiko Gómez, durante una parranda.

El padre y mentor de ‘Chemitas’, el senador Jorge Ballesteros, fue a la sombra el padrino político de Kiko. Como contó La Silla, en noviembre del año pasado el Senador le pidió una cita a Germán Vargas Lleras, el jefe de Cambio Radical que avaló a Kiko, para hablarle de la terna de nombres que ese partido tenía que presentar al Presidente para que de ahí saliera un gobernador designado. La reunión fue en Bogotá y a ella Ballesteros, quien ni siquiera milita en Cambio Radical sino en La U, se presentó con Viviana Bacci, la esposa de Kiko.

Ya en 2011 el Senador había intentado interceder por Kiko cuando visitó, de manera inconsulta, al jefe de Cambio Radical Carlos Fernando Galán para  pedirle que reconsiderara su decisión de quitarle el aval a Kiko, un asunto que resolvió después el Consejo Nacional Electoral al dejar en firme la inscripción del exgobernador.

El representante electo Antenor Durán, por su parte, fue el jefe de debate de la campaña de Kiko a la Gobernación.

Pero por los lados de la campaña rival, la de Nueva Guajira, los contendores políticos del kikismo, tampoco faltan cuestionamientos.

¿Campaña entre dos cielos?

El gobernador Kiko Gómez ha insistido en que hay una persecución en su contra. 
El senador de La U Jorge Ballesteros ha sido padrino político de Kiko Gómez.

Una fuente independiente que conoce bien la política en La Guajira le dijo a La Silla que la campaña a la Gobernación “está entre dos cielos”. Eso porque a ‘Chemitas’ Ballesteros, según esa fuente, lo estaría apoyando Cielo Gnecco, la primera dama del Cesar, cabeza del clan Gnecco y pariente de Kiko. Otras dos fuentes le dijeron a La Silla que ese es un rumor que corre en Riohacha; sin embargo no lo pudimos confirmar.

La presencia en la campaña que sí pudimos confirmar fue la de otra Cielo: Cielo Redondo, exalcaldesa del municipio de Uribia y jefa política del candidato a la Gobernación por Nueva Guajira: Wilmer ‘Chichi’ González Brito, avalado por La U y el Partido Conservador.

‘Chichi’ González, quien también fue alcalde de su natal Uribia, fue elegido representante a la Cámara por el Partido Liberal en el periodo de 2006 a 2010 y hace parte del grupo político de Cielo Redondo y del actual alcalde de Uribia, Abel Giacometto.

Según un informe de este año de la Fundación Paz y Reconciliación del analista León Valencia, a Cielo Redondo “se le acusa de ser la jefa política de la estructura criminal de alias Pablo”. Ese mismo señalamiento se lo comentó a La Silla una fuente conocedora de la región.

Alias Pablo, conocido por muchos en La Guajira como “el hombre del desierto”, era el jefe de una bacrim que operaba en la alta Guajira (en la zona de Uribia) capturado en 2010.

Dos fuentes de La Guajira, incluyendo una cercana al grupo Nueva Guajira, le contaron a La Silla por aparte que ‘Chichi’ González fue elegido candidato como resultado de un acuerdo político entre el grupo de Cielo Redondo y Nueva Guajira.

Nueva Guajira quería reelegir a Alfredo Deluque a la Cámara y por eso pactó con Redondo y su grupo que si ellos le ayudaban a Deluque a obtener votos en Uribia para las legislativas, a cambio los dejarían postular el aspirante a las elecciones atípicas a la Gobernación.

Uribia, junto a Riohacha y Maicao, es uno de los tres municipios guajiros con más potencial electoral. Con una ventaja adicional: por tratarse de población mayormente indígena dispersa en un amplio desierto, muchos creen que es más fácil hacer fraude.

Sin estar señalado de esta práctica, Alfredo Deluque pasó de sacar en Uribia 613 votos en 2010 a obtener 7.555 votos en la misma población en 2014.

Consultado, el exgobernador guajiro, dirigente de Nueva Guajira y padre de Alfredo Deluque, Hernando Deluque, le dijo a La Silla que ese pacto con Cielo Redondo no existió y que de hecho su movimiento “abrió un abanico” de cuatro candidatos y que al final optaron por ‘Chichi’ González por ser “el más conocido”.

En una conversación por aparte, el mismo Alfredo Deluque dijo que el pacto es en realidad “un acuerdo sobre la base de que Uribia nunca había tenido un Gobernador y en agradecimiento a todo el apoyo que me dieron en ese municipio”.

En lo que sí coincidieron los dos Deluque es en que los señalamientos a Cielo Redondo no tienen ningún fundamento y que ella ha explicado que jamás ha tenido nada que ver con alias Pablo. Otra persona de la campaña de Nueva Guajira dijo que lo que pasa es que hay una “campaña de desprestigio para mostrar que todos en La Guajira somos malos”.

Un periodista guajiro explicó que la bacrim que manejaba alias Pablo lleva muchos años en Uribia debido a que, por ser desértico y fronterizo con Venezuela, ese municipio es estratégico para el tráfico de armas y drogas. “Estas organizaciones hacen alianzas con algunos indígenas, quienes a su vez tienen relación con los dirigentes políticos, por lo que al menos se crea una relación indirecta. En zonas como Uribia, o tú estás con ellos (las bacrim) y les haces favores, o te matan”, dijo el colega pidiendo que se omitiera su nombre.

A pesar de los ruidos a sus alrededores, ni ‘Chemitas’ Ballesteros ni ‘Chichi’ González tienen ningún lío judicial pero las sombras de Kiko y las bacrim sí enrarecen el ambiente electoral.

Mientras los dos poderosos grupos se disputan con mayor posibilidad la anhelada Gobernación, el tercer candidato inscrito (por la Alianza Verde en coalición con la UP y el Polo) es el exalcalde de Riohacha y ex M-19 Luis Gómez Pimienta, quien quiere convertirse en una tercería y atrapar el voto de opinión de una Guajira que nada que levanta cabeza.  

La Ford reafirma su compromiso con Colombia

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La semana pasada estuvo en Colombia el presidente mundial de la Fundación Ford, la segunda organización que más donaciones hace en el mundo después de la Fundación Gates y una de las súper poderosas del mundo de las Ong en el país. Y ratificó su compromiso con Colombia en un momento en que la mayoría de organizaciones filántropicas han disminuido los recursos para proyectos en el país.

Darren Walker llegó al cargo hace relativamente poco y es la primera vez que viene a Colombia, donde la Fundación Ford apoya 32 proyectos (incluida La Silla Vacía, la Fundación Ideas para la Paz, la Fundación Antonio Restrepo Barco, Dejusticia, Fedesarrollo, la Onic y la Comisión Colombiana de Juristas) por más de 10 millones de dólares.

Durante su gira, Walker estuvo en Medellín, Bogotá y Quibdó, donde se reunió con los donatarios de la Fundación. Entre sus objetivos está reducir la pobreza y la inequidad, promover valores democráticos y la diversidad étnica y cultural y mejorar la gobernabilidad y la cooperación entre países.

En Colombia, tienen un particular interés en apoyar a las comunidades afrocolombianas e indígenas para garantizar que tengan voz y voto en las decisiones que las afectan. Consecuente con esto, uno de sus proyectos más grandes es el censo que se realizará el próximo año con el fin de que cuenten a la población afro.

“En cualquier democracia, que lo cuenten a uno importa. Eso impacta políticas, permite la asignación de recursos, fortalece la identiddad. Y es importante que los colombianos se puedan autoidentificar”, le dijo Walker a La Silla Vacía.

Si el proceso de paz funciona, la Ford también espera apoyar la fase de transición hacia el posconflicto, aprovechando su experiencia en países como Chile y Sudáfrica, donde la Fundación jugó un papel importante.

“Hay muchos expertos y organizaciones trabajando internacionalmente en justicia transicional, que pueden servir en Colombia si las negociaciones en La Habana son exitosas,” agregó.

Por eso es clave que el presidente de la Ford haya venido y haya reiterado que la fundación se quedará en el país, en momentos en que muchas organizaciones sociales nacionales han visto cómo los recursos de cooperación internacional que llegan a Colombia -hoy considerado de renta media- han caído fuertemente.

“Parte de la razón de mi viaje es reafirmar el compromiso de la Ford para apoyar las aspiraciones de la gente colombiana”, dijo.

Hoy La Silla se siente realmente vacía

PENSARLO DOS VECES

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Por: Nathalia Sandoval Rojas La semana pasada el Presidente y candidato Juan Manuel Santos dijo que “pensaría dos veces” antes de ordenar dar de baja a Timochenko. Esta declaración suscitó el rechazo de las FARC y la derecha uribista que la opinión pública evaluó solo como una estrategia –acertada o no- de las elecciones. Pero estas palabras, que no son otra cosa que la decisión del Estado de respetar el derecho a la vida de una persona, ¿son realmente tan cuestionables en medio de una negociación de paz que se adelanta en guerra?

Desde la perspectiva de la guerra, sí lo son. Como lo dijo Zuluaga, la duda del presidente es una muestra inaceptable de debilidad que no se compadece con la firmeza con la que los guerrilleros arrebatan la vida de militares y policías. Del mismo modo, como apuntó Iván Márquez, la duda revela un intento por mostrarse como un  “perdonavidas” sin enfrentar las dificultades de la negociación. Para ambos, el propósito de ganar la guerra y defender al Estado debe supeditar el respeto del derecho a la vida. Además,; la defensa de la vida de un jefe guerrillero, victimario de tantas personas, es una bandera por lo menos difícil de enarbolar. Quién sabe si no darle de baja signifique dar una ventaja para que él quite la vida a otros.

Desde la perspectiva del derecho a la vida y de los derechos humanos, sin embargo, creo que hay buenas razones para, al menos, pensar dos veces antes de decidir usar la fuerza contra otras personas. Advierto que no tengo en mente una defensa de Santos ni del guerrillero. Solo intento mirar la situación desde los deberes y obligaciones del derecho a la vida en el estado actual del conflicto y de las negociaciones en Colombia: 

La primera es que el Estado, representado en este caso por el presidente, tiene el deber de respetar y garantizar el derecho a la vida, incluso de alguien como Timochenko. Aunque esto genere perplejidades por el personaje, desde el punto de vista normativo los derechos fundamentales operan como cartas contra las decisiones de la mayoría. Esto significa que ni un referendo en el que se decidiera por una amplia votación retirar a una persona la titularidad del derecho a la vida podría efectivamente hacerlo.  Además, aunque algunos crean que el alcance de este derecho admite restricciones por cuanto su titular ha cometido graves violaciones de derechos humanos, lo cierto es que tener derecho a que le respeten la vida a alguien no depende de su prontuario, sino de su condición de persona, y esta se mantiene más allá de la bondad o maldad de sus comportamientos.

La objeción podría ser que estamos en medio de un conflicto armado. Pues bien. En segundo lugar, hay un creciente consenso a nivel internacional en relación con que los derechos humanos son aplicables de forma concurrente al derecho internacional humanitario y, por lo tanto, las consideraciones sobre el uso de la fuerza deben tratar de hacerse compatibles con el deber de respeto y garantía del derecho humano a la vida. Esto implica, para empezar, un análisis riguroso del principio de distinción –con base en el cual no se podría poner una bomba para acabar con la vida del guerrillero y la población civil que eventualmente le circunde-. Pero también exige considerar el derecho a la vida al aplicar el principio de proporcionalidad: si es posible someter a este guerrillero sin quitarle la vida, entonces es deber del presidente dudar de dar una orden en este sentido. En su lugar debería, por ejemplo, ordenar su captura.

Pero hay una tercera razón que tiene que ver con la posibilidad de un posconflicto. Para un país que se está preparando para un eventual acuerdo de paz, y que no sabe lo que es vivir sin guerra, parece conveniente y deseable aprender por lo menos la lección de pensar dos veces antes de agredir al contrario. Para la democracia, sería muy provechoso romper con la tradición ya aprendida de quitarle la vida al opositor ante el menor descuido y más bien intentar incorporarlo a los canales democráticos pese a los desacuerdos. Por supuesto, esta es una lección que debe aprender el Estado, pero también los demás combatientes. 

Reconozco que esta conclusión puede sonar contraintuitiva o idelista frente a los horrores de la guerra. Pero ¿a qué le apuntamos en la paz si no a escenarios que hoy no existen? ¿Por lo menos a la reflexión previa a cometer una crueldad? Podríamos pensarlo de nuevo.  

Adiós, Gabo (y gracias)


Jorge Enrique Robledo: El salmón

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Jorge Enrique Robledo fue el senador más votado en las últimas elecciones parlamentarias del 9 de marzo. Alcanzó la cifra de 191 mil apoyos. Foto: 

Hay un político en Colombia convencido de que la clase que ha manejado al país, separó su suerte personal de la suerte de las mayorías. Y así, se ve a sí mismo como el embajador de un país maltratado, para el que los dirigentes han construido un desastre. Jorge Robledo es el vocero de la Colombia inconforme.

Robledo nació en Ibagué en 1950 en una familia de clase media alta. Antes de ser el militante político de izquierda que es hoy, Jorge Enrique Robledo era un niño inquieto, cuyo parque de juegos era la plaza de Bolívar de Ibagué. Desde la terraza del tercer piso de su casa, en plena esquina de la Plaza, Robledo jugaba con sus amigos a tirar pequeños torpedos de pólvora hacia la calle.  Pero lo que más le gustaba era jugar en el campo, lejos de la ciudad.

La familia de Robledo tenía una acción en el Club Campestre de Ibagué a donde los niños iban a hacer deporte y a jugar, sobre todo a treparse en los árboles de guayaba, los más altos. En una ocasión, Jorge Enrique Robledo se cayó mientras saltaba de rama en rama, mientras todos le pedían que se bajara. La aventura terminó en el hospital, donde se le tuvo que practicar una pequeña cirugía para cerrarle una herida en la cara.  “La terquedad que muestra en los debates no es de ahora,” dice su hermano. Aunque la de hoy, afirma, “es una terquedad lúcida, de defender sus creencias a ultranza.”

En la familia del senador nunca faltó ni sobró el dinero. José Robledo, su papá, un frustrado estudiante de medicina, pasó por varios negocios y terminó trabajando para el municipio de Ibagué. Pero lo que más le gustaba era la cacería “ecológica” de perdices, conejos y palomas que se escondían entre los arrozales de las fincas alrededor de Ibagué. Jorge Enrique, Carlos Alberto y su hermana mayor, Victoria Eugenia acompañaban a su papá en la caza con lo que tuvieran a la mano: cauchera, pistola de balines y escopeta, con la única condición de que se comieran lo que cazaban. Después de la faena venía el festín.

 Su mamá, Cecilia, en cambio, es descrita por su hijo Carlos Alberto como una “mujer cívica”. Trabajó para ayudar a los presos, sobre todo a los de la Isla de Gorgona. Luchó porque ésta dejara de ser una cárcel y se convirtiera en el laboratorio de flora y fauna que es hoy. De eso escribió un libro que aún guardan sus hijos, y también poesía y letras de música a pesar de sólo haber cursado hasta el cuarto de primaria.

En ese ambiente creció Jorge Enrique Robledo, “Piquis”, como lo llaman todos lo que lo conocen desde pequeño. Su hermano insiste en que siempre en su familia se les inculcó el sentido social, la honestidad y el valor del conocimiento por encima de la plata. Para él su hermano es más un justiciero que un político. Algo que pudo heredar de su abuelo materno, el liberal Carlos Castillo Gálvez que participó en la Guerra de los Mil Días y que era un liberal, liberal. Pero algo que Robledo sólo vino a explotar cuando entró a la universidad a finales de los años 60.

Allí se inició en el debate político como estudiante de arquitectura en la Universidad de los Andes. Fue en esos años que ingresó al movimiento que cuarenta años después sigue siendo su nido: el Movimiento Obrero Independiente Revolucionario (Moir). El mismo en el que hizo a sus grandes amigos. Y donde, militando con la disciplina de un soldado, se enamoró de la política y también de su esposa, Carmen Escobar.

Carmen, su cómplice de toda la vida - como alguna vez escribió Semana -, su sombra - como dice Aurelio Suárez, su amigo del Moir-, es tan crítica como él de la realidad del país. De izquierda también, es la coautora de la vida a contra corriente que lleva Robledo.  

Fuera de las cámaras, del micrófono, lejos del Capitolio, con Carmen, Robledo va a cine, ve películas en su casa, sale a comer, y viaja. Juntos viajan mucho, desde siempre, es lo que más les gusta mientras él habla y habla de la arquitectura de cada calle que recorren. Con sus hijos han conocido Colombia. Pero también junto a ella se ha forjado su espíritu irreverente.

Juntos, en la Universidad de los Andes, se dieron la pela de salvar el departamento de Bellas Artes - donde ella estudiaba. Y juntos también ingresaron en el movimiento estudiantil de 1971, que lideró protestas históricas en las calles de Colombia.

Mientras fue estudiante de los Andes, Robledo se metió a los barrios más pobres de Bogotá y de sus alrededores, algunos informales, para ayudarle a la gente a mejorar sus casas. Eso lo acercó mucho a la gente, a sus problemas, fortaleció su convicción de que el país necesita un cambio. Necesita (en presente) porque para él, casi cuarenta años después, todavía no ha llegado. Haciendo ese trabajo social llegó a ser concejal de Soacha en 1974. Después, se casó con Carmen y se fue a vivir a Manizales en 1975. 

La vida en Manizales
Jorge Enrique Robledo y Carmen Escobar. Foto: Revista Jetset
Robledo llegó al Moir con Francisco Mosquera en 1969. En el 2008, al frente de su tumba, Robledo le ofrece unas palabras de reivindicación a la izquiera. 
Foto: tribunaroja.moir.org.co

En Manizales trabajó como profesor en la Universidad Nacional. Dio clase de arquitectura por casi 30 años y por esa labor fue condecorado con la Orden Gerardo Molina, la máxima que otorga la Nacional. Siendo profesor, Robledo se convirtió en un amante del bahareque, una técnica de construcción milenaria reinventada a finales de siglo XIX en el Viejo Caldas y sobre la cual escribió en 1993 el libro ‘Un siglo de Bahareque en el antiguo Caldas’.

En su amor por el bahareque, Robledo no dejó de nadar contra corriente. Después del terremoto del Eje Cafetero en 1999, cuando muchos en la región pensaban que era esa una oportunidad para demoler edificios viejos y construir otros nuevos, con técnicas modernas, Robledo junto a otras personas escribió una publicación en la que defendía al bahareque de manera vehemente. Titulada “Al bahareque le fue muy bien”, alegaban que era la tecnología sismo resistente más económica en Colombia.

Fuera de ese libro, de académico publicó otros; de periodista fundó dos periódicos y tuvo una columna de opinión; y de político no abandonó sus pasiones: fue un activista cafetero que se hizo sentir.

Apenas en 1976, junto a Carmen, un año después de aterrizar en Manizales, hicieron parte activa del rechazo social contra los Títulos de Ahorro Cafeteros (TAC) que se inventó el gobierno de López, mediante los cuales le pagaban a los cafeteros parte del bulto con un bono que podían cobrar sólo a los tres años.  Esa, que López vendía como una política para promover el ahorro, para Robledo y el Moir era una estafa en la que iban a ganar usureros a quienes los campesinos cafeteros, sin plata y con hambre, les entregarían los TAC por un valor menor. Estaba desde entonces Robledo haciéndole oposición a la política agraria del oficialismo nacional. Veintiséis años después lo empezaría a hacer desde una curul en el Congreso.

A su Moir Robledo llegó de la mano de Francisco Mosquera, un activista político, columnista de Vanguardia Liberal y militante del Movimiento Obrero Estudiantil y Campesino, que fundó el Moir en 1969 como una organización de la clase obrera. Robledo terminó en el ‘claustro’ de Mosquera junto a muchos estudiantes de los Andes reclutados por el comité de dicho movimiento en esa universidad.

El Moir lo atrajo porque en medio de la lucha guerrillera, Mosquera proponía una manera política, racional, pacífica y no extremista de materializar las ideas de izquierda. Además, se contagió del discurso anti imperialista que promulgaban los moiristas, en el marco de la guerra de Vietnam,  y de las críticas a las políticas educativas que perseguía el gobierno conservador de Misael Pastrana. Desde allí empezó a participar de lo público.

El Moir no ha dejado de ser desde los setenta su única trinchera ideológica. Cuando entre 1985 y 1990, el movimiento fue estigmatizado dentro de la izquierda y el sindicalismo por no alinearse con la Unión Soviética y Cuba, y algunos de sus miembros fueron fusilados por las Farc, Robledo no se fue. Cuando las dos listas del Moir al Congreso en 1998 - una encabezada por Robledo y otra por el entonces senador Jorge Santos – se quemaron, y el hoy Partido de Trabajadores de Colombia PTC se abrió, Robledo no dejó la casa que fundó Mosquera.

Estando de profesor en Manizales, Robledo acompañó a Mosquera en su estrategia de “pies descalzos”, en la que ese grupo se volcó a trabajar con los campesinos en las regiones. Fue Secretario Regional del Moir en Caldas. Y buscando representar los intereses de la región, se metió en el único tema que a todos convocaba en la zona: el café. Empezó a aprender con un libro de Roberto Junguito, “Economía Cafetera colombiana”, y después se volvió un experto. Incluso, en 1998 llegó a publicar su propio libro sobre el tema: “El Café en Colombia”.

De activista de los cafeteros Robledo conoció a quien sería su mentor, amigo y aliado en las batallas: Fabio Trujillo Agudelo.

Fabio Trujillo era un dirigente del Nuevo Liberalismo en Caldas y un empresario cafetero disidente de las directrices de la Federación. Fue junto a él que Robledo empezó a trabajar con la base campesina productora de café, ejecutando proyectos sociales y organizando movilizaciones cuando tocaba. Así se ganó la confianza de los campesinos.  Y en medio de esa movida, Robledo se lanzó al Concejo de Manizales en los 80. Se quemó en las urnas por primera vez.

Con Trujillo siguió el activismo, fundaron la Unión Cafetera Colombiana en 1985 y la Unidad Cafetera Nacional en 1993. Conocieron el país a través de los cultivos. Fueron protagonistas de las protestas gremiales en los primeros años de los 90.  Pero aún así no fue suficiente la tarea para ganar en las urnas y Robledo se quemó por segunda vez, como candidato a la Gobernación de Caldas. Quería tumbar la coalición del yepobarquismo y aunque perdió, quedó con ganas de seguir ‘peleando’.

En 1997, en el marco de una reunión en el Ministerio de Agricultura con la entonces ministra Cecilia López, Trujillo convenció a Robledo de lanzarse al Senado. Robledo le hizo caso y en 1998, con menos de 20 mil votos, se quemó por tercera vez. Fabio murió unos meses antes de las elecciones y Robledo, después de la derrota, lo sustituyó como líder del frente cafetero.

Durante el gobierno Pastrana, un dirigente arrocero, Ángel María Caballero, invitó a Robledo y a los cafeteros a unir esfuerzos. De allí surgió Salvación Nacional Agropecuaria. Y con esa organización Robledo, Caballero y otros dirigentes sacudieron al país con el Paro Nacional Agrario de mediados de 2001 para, entre otras cosas, pedir que se detuviera la importación de alimentos que el país podía producir y rechazar la decisión del gobierno Pastrana de intentar incluir a Colombia en el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas ALCA. Fue un intento fallido. Pero Robledo sigue empeñado en sus causas, así sean perdidas.  En el gobierno conservador de Pastrana, apoyó otros paros sectoriales como el panelero o el papero, y desde el Moir enfiló baterías contra el Plan de Colombia. Después de mojar prensa con los paros, Robledo saltó otra vez al ruedo electoral con el Moir en 2002. Sacó 45.700 votos y esa vez sí ganó una curul en el Senado y dejó la Universidad del todo para entrar al Capitolio. 

En ese mismo año llegó a la Presidencia Álvaro Uribe, quien encarnaría desde entonces el blanco de la férrea oposición de Robledo. Precisamente fue haciéndole oposición al presidente de derecha, a sus ideas, a sus subalternos y/o herederos, que Robledo se dio a conocer en la escena nacional. 

El salmón
En los debates en el Senado, Jorge Enrique Robledo se ha destacado por su oposición a los Tratados de Libre Comercio que el país ha firmado, 14 en total. 
Robledo llegó al Polo Democràtico Alternativo en 2005 como parte de Alternativa Democrática, una alianza de izquierda liderada por el ex magistrado Carlos Gaviria que se armó en el primer gobierno de Uribe y se fusionó con el Polo Democrático Independiente PDI.

Cuando Robledo era columnista de opinión en el diario manizalita de La Patria asumió como símbolo de su columna Contracorriente la imagen de un salmón. El salmón que nada contracorriente, un nombre que también utilizó para su libro que compila en dos volúmenes los escritos de esa época.

El salmón es el animal que describe a Robledo, quien fue la contraparte del discurso oficial, primero del gobierno de Uribe y después del gobierno de Juan Manuel Santos.

Si algo resume lo que más desvela a Robledo, lo que lo ha hecho caminar tanto en la orilla de las protestas y de la oposición, es la denominada soberanía nacional: Está convencido de que el país necesita alcanzar una autodeterminación política y económica, ajena a la injerencia de potencias extranjeras. Esa obsesión por lo nacional la cultivó el Moir, donde todos sus miembros, no sólo él, repiten que el país necesita perseguir una política económica propia – no impuesta por el “imperio” -, producir sus alimentos, proteger al campesinado y al empresario agricultor de la competencia foránea, ganar más de la explotación de los recursos naturales por parte de las trasnacionales, jugar en el escenario internacional ante los países desarrollados en condiciones de igualdad.

Bajo ese marco, en años en que Colombia firmó más de 14 tratados de libre comercio, Robledo se ha opuesto al libre comercio y ha acompañado en la protesta a quienes piden medidas proteccionistas.  Y así como ha sido el vocero de los campesinos, también ha sido el senador aliado de empresarios, a veces grandes empresarios, que aunque lo ven como un radical de izquierda lo buscan para que de los debates en el Congreso contra los tratados que perjudiquen las industrias nacionales.

En tiempos en que el país decidió apostarle a la minería como una locomotora del desarrollo impulsada por la inversión extranjera, Robledo ha criticado y cuestionado con vehemencia a las multinacionales mineras que buscan fortuna en la riqueza nacional. En momentos en que el oficialismo se la jugó por la gran empresa como el vehículo para el desarrollo del agro nacional, Robledo advirtió que la acumulación de tierras en la altillanura, para los macro proyectos industriales que estaban en marcha, era ilegal más allá de las maromas jurídicas de los privados.

En el primer gobierno de Uribe, que ya contaba con el respaldo de las mayorías en el Congreso, Robledo – de congresista primíparo y trabajando con Hugo Serrano y Piedad Córdoba –, puso contra las cuerdas al Ministro del Interior de entonces, Fernando Londoño, por el escándalo de Invercolsa, quien posteriormente fue inhabilitado por la Procuraduría para ejercer cargos públicos. En el segundo gobierno de Uribe, cuando el Ministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias, ascendía como la nueva estrella de la política nacional, Robledo desboronaba en debates a Arias y a su política estrella Agro Ingreso Seguro AIS. Al final el tiempo le dio la razón: Arias resultó ‘enterrado’ por AIS. Cuando Juan Manuel Santos intentaba posicionar a su gobierno como uno progresista, distinto al de Uribe, Robledo no se cansaba de repetir que Santos era lo mismo que Uribe. Bajo esa tesis, Robledo también se convirtió en la piedra en el zapato del santismo. Y para ello no tuvo problema en trabajar de la mano de senadores de otras vertientes políticas.

Junto a Maritza Martínez, una senadora llanera del Partido de La U, cuestionó en 2013 el modelo de desarrollo económico de la altillanura. Dijo que allá no había un negocio agropecuario si no especulación inmobiliaria. Antes en 2010, también con Martínez, debatió y cuestionó la reforma a las regalías, una de las principales apuestas de Santos comenzando su presidencia.

También por el desarrollo de los llanos, provocó la renuncia del entonces embajador en Washington, Carlos Urrutia, íntimo amigo de Juan Manuel Santos, porque su firma de abogados había asesorado a la multinacional Cargill para acumular tierras baldías en esa región por encima de los topes permitidos en la Ley. Después, por el mismo tema, acorraló al entrante Ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde. Alegó que Lizarralde llegaba al Ministerio para legalizar las irregularidades en la altillanura y resolverles los líos a “compadres” del Presidente con intereses económicos en esa región. Así Robledo entró en un rifirrafe con el Ministro y dijo que la trayectoria de Lizarralde como empresario presidente de Indupalma - su principal carta de presentación para llegar al Ministerio -,  no era motivo de celebración porque acabó con el sindicato de esa empresa y montó un modelo de asociación en condiciones desfavorables para los campesinos.

Robledo también se alió con la senadora Nora María García Burgos y el representante David Barguil, ambos conservadores, para rechazar la prórroga al contrato con Cerro Matoso S.A - propiedad de la multinacional BHP Billinton – para la explotación de níquel en Córdoba hasta 2029.

Durante su último período como congresista, cuestionó la reforma a la educación superior del Gobierno (que se cayó luego de una gran movilización universitaria), la reforma a la Salud y los resultados divulgados por Santos en sus dos temas bandera de restitución de tierras y de entrega de viviendas gratis.

Los que lo conocen en su trabajo, dicen que Robledo prepara cada detalle de los debates que da y de las denuncias que hace. Y habla con las fuentes que saben del tema, con los expertos. Es arquitecto, ha sido profesor, es político, y también tiene espíritu de periodista. Todo, excepto lo primero, lo ejerce de congresista.

En su Unidad de Trabajo Legislativo UTL lo ven como un profesor estricto y riguroso que no pone nota ni grita pero que sí exige y da clase. Y aunque lo de riguroso y perfeccionista para algunos amigos es su talón de Aquiles, porque lo hacen ver como inflexible y eso en política quita votos, lo de profesor es una ventaja. Para los debates que da en el Congreso prepara un método pedagógico para que cualquiera entienda su discurso.

Además, Robledo no se ha limitado a hacer el control político que lo ha hecho famoso. En este gobierno, el senador del Polo se apalancó en la calle, y acompañó las movilizaciones agrarias y mineras que sacudieron al país en el 2013 y que tomaron por sorpresa al gobierno.

Tan incómodo se volvió para Santos, que el propio presidente y su ministro del interior Fernando Carrillo acusaron a Robledo de incitar la protesta e invitar a la violencia para alcanzar réditos electorales. Robledo, que ha dado a lo largo de su vida tantas peleas dentro de la izquierda para rechazar la combinación de las formas de lucha, se declaró entonces un perseguido, víctima de una conspiración. Y redobló su oposición al gobierno.

Las contradicciones

Jorge Enrique Robledo acompañó a Samuel Moreno en su campaña para llegar a la Alcaldía de Bogotá. 
Cuando se destaparon los escándalos de corrupción en la alcaldía de Moreno, Robledo y Clara Lopez hiceron parte de la facción del Polo que hasta el último momento respaldaron a Moreno.  

La única vez que Robledo no jugó de salmón le fue mal.

A raíz de la nueva ley electoral y de la fijación de un umbral mínimo para competir en las elecciones, los diferentes grupos de izquierda, que estaban desperdigados en varias facciones y carecían de registro electoral, tuvieron que unirse para competir en las elecciones de 2006. Un año antes comenzó a fraguarse la idea de hacer una gran alianza programática que tuviera un propósito más allá de lo electoral que desembocó en la creación del Polo Democrático Alternativo. Robledo llegó a este partido como parte de Alternativa Democrática, una alianza de izquierda liderada por el ex magistrado Carlos Gaviria que se armó en el primer gobierno de Uribe y se fusionó con el Polo Democrático Independiente PDI. 

Aunque el ideario fundacional era de unidad de la izquierda, las urgencias electorales primaron y el Polo fue desde un inicio una federación de los grupos que lo crearon. Tanto la Anapo, como el partido comunista como el Moir conservaron sus propias estructuras, cada uno sacaba su periódico y tenía su propia sede. A pesar de que miembros del Polo sugirieron que se disolvieran estas facciones y se creara una sola estructura, al final había mucha desconfianza entre ellos y a todos les convenía electoralmente mantener sus feudos.

Esta agremiación funcionó hasta que estalló el mayor escándalo de corrupción que haya existido en la ciudad. La Comisión de Ética del partido consideró que las evidencias de corrupción en el gobierno del Polo de Samuel Moreno, reveladas por los medios y aceptadas por la justicia, eran suficientes para sancionar al Alcalde con su suspensión temporal del partido por razones éticas hasta que fuera juzgado. Fue una decisión autónoma que fue rechazada con virulencia por parte de las directivas del partido, incluido Robledo.

El Senador, que venía de dar durísimos debates contra el gobierno por temas de corrupción, cuando se trató de su propio partido guardó silencio. Robledo dijo muy poco, y hasta último momento fue parte de la facción del Polo que respaldó a Moreno. Así, jugando del lado del oficialismo y no de la oposición fue incapaz de darse cuenta de la trampa que cocinaron sus copartidarios.

Siguiendo la lógica maoísta, Robledo consideraba que las contradicciones políticas e ideológicas con el Gobierno y con Gustavo Petro –que ya fuera del Polo se había convertido en el principal denunciante del Cartel de la Contratación que se había robado Bogotá- eran más graves y había que enfrentarlas primero.

“Robledo pensaba que Estados Unidos y el Establecimiento –unidos a la maquinaria estatal- querían acabar con el Polo tumbando a Moreno”, dijo una persona del Polo que presenció todo el debate interno y que abogaba por expulsar al Alcalde. “Decía que éramos unos idiotas útiles del santismo por querer sacarlo”.

Esta posición del senador, que hasta ese momento era considerado un ícono de la lucha anticorrupción, fue duramente criticada en los medios.

Él, sin embargo, se tomó su tiempo para lidiar con lo que consideraba las “contradicciones secundarias”. Cuando ya Moreno estaba preso y destituido por el Procurador, cuando Gustavo Petro ya se había ido, Robledo comenzó a liderar la purga interna dentro del Polo y como lo había hecho antes en el Moir se fue adueñando del partido.

En menos de un año, salieron del Polo expulsados o aburridos, los del partido comunista que se fueron a la Marcha Patriótica; los ex militantes del M-19 que fundaron con Gustavo Petro Progresistas; y varios otros grupos menores como el Polo al Sur y los Ecosocialistas. “Los aburrían. Los aplastaban en el comité ejecutivo; los criticaban públicamente. El Moir es tan sectario y estaba tan crecido con el paro agrario que fueron sacando a todo el mundo. El chiste ahora es que ya no se llama el Polo sino el Poir”, dijo la misma fuente. Describió a Robledo como “un hombre serio, que estudia, que tumba ministros. Que cuando hay que apoyar causas radicales lo hace. Pero es hijo de un partido jerárquico, dogmático y que tiene un corte leninista muy claro”.

La desbandada dentro del Polo ha sido tan grande que ahora la supervivencia de esta izquierda dependía del éxito del Senador en las elecciones del 9 de marzo. Ese día, Robledo demostró qué tanto valoran los colombianos que él siempre (o casi siempre) haya nadado contracorriente: se convirtió en el Senador más votado en todo el país con 191 mil apoyos. 

 

Nota: Este perfil forma parte del libro Súper Poderosos, recientemente publicado en papel por La Silla con la editorial Aguilar.

El homenaje que le debemos a Gabo

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Cualquier adjetivo resulta insuficiente para describir al más grande e importante de los colombianos de todos los tiempos. Ni ahora, ni en el pasado y ni al menos en el próximo futuro, la muerte de algún compatriota podría generar la enorme reacción universal de admiración y gratitud que generó la de Gabriel García Marquez.

Su obra cumbre, Cien Años de Soledad, fue escogida por los españoles como la más importante jamás escrita en lengua castellana, al lado de El Quijote. Esa es la dimensión histórica del Gabo. No pocos han dicho que su aporte al mundo es comparable con el de Cervantes y el de Shakespeare.

Decenas de jefes de Estado manifestaron sus condolencias y todos los diarios del mundo occidental registraron el suceso en su primera plana. No es un sentimiento colombiano, o mexicano, o latinoamericano, es universal. Dier Spiegel, la revista alemana más importante, lo ha tenido como su primera noticia en las últimas 48 horas y preparó un gran especial multimedia. Diarios italianos, franceses, españoles, portugueses, así como el New York Times y el Washington Post. Todos anuncian que murió quien era considerado el más grande escritor contemporáneo.

En Colombia también, por supuesto. Se realizaron ediciones extraordinarias de todos los medios. Los políticos se han sentido en la obligación de decir algo. Cualquier cosa. De recordar algún encuentro con Gabo. De desempolvar la foto de ocasión. De disputarse el título de “mejor amigo”. El presidente Santos ha insistido en los boletines oficiales que era su “gran amigo” y pocas horas antes de su muerte, invocando esa cercanía, había desmentido las versiones de prensa que daban cuenta de la gravedad de la enfermedad.

A pesar de todo, a pesar de que García Márquez vio suficientemente recompensado su propósito de escribir para que lo quisiéramos más, a pesar de eso, se debió llevar una desilusión: la de que esos políticos que lo evocan no atendieron la que fue prácticamente su única petición, darle prioridad a la educación.

Gabo, que participó en la denominada “Comisión de Sabios”, que se conformó hace 20 años para hacer recomendaciones al gobierno sobre cómo mejorar la educación, debía sorprenderse al releer el texto que leyó en la entrega del informe, porque por la indiferencia de los gobiernos parecía un texto intemporal que podría haberse escrito en el 94 o en el 2014. La situación era inmodificable.

Claro, así ocurre con varios texto periodísticos de Gabo como las famosas crónicas que escribió para El Espectador en 1954 sobre el abandono del Chocó, las cuales parecen un relato de la situación del Pacífico en la segunda década del siglo XXI.

En La Proclama, como Gabo denominó su escrito para la “Comisión de Sabios”, el Nobel reclamaba que:

“Somos conscientes de nuestros males, pero nos hemos desgastado luchando contra los síntomas mientras las causas se eternizan. Nos han escrito y oficializado una versión complaciente de la historia, hecha más para esconder que para clarificar, en la cual se perpetúan vicios originales, se ganan batallas que nunca se dieron y se sacralizan glorias que nunca merecimos. Pues nos complacemos en el ensueño de que la historia no se parezca a la Colombia en que vivimos, sino que Colombia termine por parecerse a su historia escrita”.

 “Nuestra educación conformista y represiva parece concebida para que los niños se adapten por la fuerza a un país que no fue pensado para ellos, en lugar de poner el país al alcance de ellos para que lo transformen y engrandezcan. Semejante despropósito restringe la creatividad y la intuición congénitas, y contraría la imaginación, la clarividencia precoz y la  sabiduría del corazón, hasta que los niños olviden lo que sin duda saben de nacimiento: que la realidad no termina donde dicen los textos, que su concepción del mundo es más acorde con la naturaleza que la de los adultos, y que la vida sería más larga y feliz si cada quien pudiera trabajar en lo que le gusta, y sólo en eso.

Esta encrucijada de destinos ha forjado una patria densa e indescifrable donde lo inverosímil es la única medida de la realidad. Nuestra insignia es la desmesura. En todo: en lo bueno y en lo malo, en el amor y en el odio, en el júbilo de un triunfo y en la amargura de una derrota. Destruimos a los ídolos con la misma pasión con que los creamos.

Somos intuitivos, autodidactas espontáneos y rápidos, y trabajadores encarnizados, pero nos enloquece la sola idea del dinero fácil. Tenemos en el mismo corazón la misma cantidad de rencor político y de olvido histórico. Un éxito resonante o una derrota deportiva pueden costarnos tantos muertos como un desastre aéreo.

Por la misma causa somos una sociedad sentimental en la que prima el gesto sobre, la reflexión, el ímpetu sobre la razón, el calor humano sobre la desconfianza. Tenemos un amor casi irracional por la vida, pero nos matamos unos a otros por las ansias de vivir. Al autor de los crímenes más terribles lo pierde una debilidad sentimental. De otro modo: al colombiano sin corazón lo pierde el corazón”.

 A Gabo le podremos hacer todos los homenajes. Pero sin duda, uno que él quisiera es que alguien con poder de decisión leyera ese informe y aplicara algunas de las recomendaciones con la certeza de que eso ayudaría a que dejáramos de ser, como él mismo lo dijo hace 20 años, "dos países a la vez: uno en el papel y otro en la realidad”.

Como sociedad le debemos a Gabo ese homenaje: el del compromiso para promover una profunda transformación social en la que “la educación será su órgano maestro”.

“Una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiera más a sí misma. Que aproveche al máximo nuestra creatividad inagotable y conciba una ética y tal vez - una estética-- para nuestro afán desaforado y legítimo de superación personal. Que integre las ciencias y las artes a la canasta familiar, de acuerdo con los designios de un gran poeta de nuestro tiempo que pidió no seguir amándolas por separado como a dos hermanas enemigas. Que canalice hacia la vida la inmensa energía creadora que durante siglos hemos despilfarrado en la depredación y la violencia, y nos abra al fin la segunda oportunidad sobre la tierra que no tuvo la estirpe desgraciada del coronel Aureliano Buendía. Por el país próspero y justo que soñamos: al alcance de los niños”.

Ese es el homenaje que nuestros políticos deberían comprometerse a hacerle al gran Gabriel García Márquez.

El cuento que le faltó a Gabo: El funeral del escritor

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El cuento que le faltó escribir a Gabriel García Márquez trata sobre el duelo nacional que generó la muerte de un escritor de renombre mundial. Convocados por la tristeza y la solemnidad, el Presidente declara en directo que este gigante de las letras siempre apoyó la bandera de su reelección; el apolillado expresidente –enemigo de quien hoy lo reemplaza– nos recuerda que fue él y nadie más quien prometió una carretera que pasará o pasaba por el pueblo natal del personaje ilustre, y, desde la plaza pública, el auto proclamado líder de los pobres, los campesinos y los estudiantes, muestra la evidencia de que el escritor era, a la postre, un indignado igual a él.

Mientras los periodistas y literatos buscan esa foto en ese coctel, en esa conferencia donde posaron con el escritor fallecido –qué más da si mira en otra dirección o si el flash de la cámara lo sorprendió tanto como quien se le paró al lado– y engalanan su pésame con el trofeo, el Presidente se dirige al país por televisión

“Tuve el privilegio de ser su amigo, y debo decir que él –más que ningún otro– me estimuló siempre, y me acompañó muchas veces, a buscar la paz, a trabajar por la paz”. La feliz coincidencia, en medio de tanta congoja, es que el epitafio de un gran hombre y un amigo coincide con un eslogan de campaña. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El día avanza a ritmo acelerado a pesar de ser Jueves Santo, un detalle que solo quedará claro en la narración cuando aparezca el expresidente a caballo, en medio de un desfile religioso, prendado del celular que usa para escribir miles de memoriales diarios a razón de 140 caracteres por agravio. 

El azar quiso que ese mismo día muriera un exministro de su entraña (un ingrediente adicional en la trama), lo cual para los allegados implica una doble amargura: la pérdida física y la certeza de que será un muerto de segunda categoría, a años luz del escritor –cuya muerte ya acapara los titulares de todos los medios de cualquier país que se precie de ser civilizado–.

En un truco habitual en el repertorio de este político, para quien los caminos del destino siempre convergen en él, se decide a homenajear, a la vez, a su exfuncionario de obras y transporte y al escritor ausente. 

 

 

El señor expresidente conoce su tribuna y sabe que la contradicción pasará desapercibida. Solo en los foros literarios en línea que nadie visita se hablará de lo absurdo que resulta recordar la obra vernácula del escritor aludiendo a una autopista.

El último personaje de esta historia es el jefe de los indignados. Dedicado hasta hace poco a gobernar la capital, el exceso de confianza (esa maldita costumbre de pontificar sentado de medio lado) y el apetito de sangre de un funcionario fanático, lo dejaron sin la majestad de su cargo pero con una oportunidad de oro. Desde las calles, libre de responsabilidades y con el rigor de un manual de filosofía, hace lo que más le gusta: dar discursos. 

Acá el cuento hace una digresión corta. De tiempo atrás el exalcalde venía comparándose con uno de los caudillos sagrados del pueblo. Eran víctimas de la misma persecución, portaban las mismas banderas, llevaban la misma semilla revolucionaria en la estirpe. Su lucha –la de él y la de él– era una sola. 

Ahora, con el escritor fallecido podían tenderse puentes nuevos. Si estuviera vivo, sería un indignado más. O mejor: si el líder político hubiera estado vigente cuando al escritor lo persiguieron 30 años atrás, lo habría arropado en su ala y lo habría invitado a la tarima. No debe estar en el testamento, pero seguramente nuestro escritor adhirió en silencio a esta revolución.

 

 

No tengo claro aún cual podría ser el final de este cuento (y disculpen mi atrevimiento), pero sí tengo una frase pensada para el comienzo. Después de introducir a estos hombres que honran la memoria del escritor, que guían el luto colectivo cuando nadie digiere del todo la noticia, el narrador advierte: “Ahora es la hora de recostar un taburete a la puerta de la calle y empezar a contar desde el principio los pormenores de esta conmoción nacional, antes de que tengan tiempo de llegar los historiadores”.*

 

* Los funerales de la Mamá Grande. 

 

Así va el cumplinómetro de Santos

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Desde el principio de 2012 La Silla puso a correr el cumplinómetro del Presidente. Ahora, después de dos años y a semanas de las votaciones que definirán si es reelegido, revisamos en qué van esas promesas, como hicimos cuando cumplió dos y tres años en el Gobierno.

Santos ha cumplido la mayoría de sus metas aunque, paradójicamente, está colgado en los temas bandera de su gobierno: restitución de tierras y vivienda. 

La cara naranja representa el resultado de acuerdo con La Silla; la verde refleja los votos de los usuarios.

Distribución del Ingreso y Polarización

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La distribución del ingreso es una de las preocupaciones permanentes de académicos y responsables de política. En general, la variable de referencia en los debates acerca de la desigualdad es el coeficiente GINI. En una entrada anterior, expliqué algunas de las razones por la cuales creo que este coeficiente tiene un valor descriptivo limitado y, por esta razón, el análisis empírico acerca de la desigualdad debe incorporar una batería amplía de estadísticas y no limitarse a la observación del GINI.[1]  En las siguientes líneas presento una descripción general de la distribución del ingreso en Colombia que permite ver un problema mayor de la sociedad colombiana que está estrechamente asociado con la desigualdad de ingresos: la polarización.

El gráfico 1 (cortesía de Jorge Tovar y Alejandra Martínez) ilustra la distribución de ingresos por hogares en Colombia para el año 2011. En el eje horizontal se encuentran los ingresos de los hogares y en el eje vertical el número de hogares cuyo ingreso es el que indica el eje horizontal. El gráfico indica que la mayoría de los hogares cuenta con un ingreso anual menor a seis mil dólares anuales. Para este grupo de hogares, la curva de distribución del ingreso es similar a la curva típica. Hay relativamente pocos hogares que perciben ingresos de cero a mil dólares y a medida que aumenta el ingreso va aumentando el número de hogares que lo percibe hasta llegar a un pico a partir del cual incrementos en el ingreso están asociados con reducciones en el número de hogares que lo perciben. Finalmente, el grupo de hogares que recibe entre cinco mil y seis mil dólares al año es muy pequeño comparado con el resto de grupos.

El lado derecho del gráfico es una historia completamente distinta. Hay pocos hogares en cada grupo de ingresos pero hay hogares en la mayoría de los grupos de ingresos y el número de hogares no cambia de forma sistemática conforme aumenta el ingreso.

Así, es como si hubiera dos sociedades con diferente ingreso promedio y diferente distribución.  Una sociedad rica muy desigual y una sociedad pobre, menos desigual,  con una distribución del ingreso típica.

Una mirada atenta a otras fuentes de información permite ver que estas dos sociedades tienen otras diferencias además del ingreso y su distribución. El gráfico 2 relaciona el número de individuos por hogar con el nivel de ingreso. El tamaño de los hogares en la sociedad pobre es, en promedio, más del doble del tamaño de los hogares de la sociedad rica. El hecho de que el ingreso familiar tenga que ser compartido por una mayor cantidad de individuos reduce las posibilidades de ahorro y de inversión en capital humano. De este modo, la diferencia en el número de individuos por hogar reduce la probabilidad de que individuos pertenecientes al grupo social más pobre pasen al grupo social más rico.

También existen diferencias de localización o geográficas: la sociedad más rica es mayoritariamente urbana y el porcentaje de población rural es mayor en la sociedad más pobre. Asimismo, muchos de los hogares que pertenecen a la sociedad más rica están ubicados en ciudades grandes.

Por último, la composición racial de las dos sociedades es diferente. La participación de la población blanca en la sociedad más rica es más alta y la participación de la población negra e indígena en el grupo pobre es más alta.  Aunque no dispongo de una descripción completa de la composición racial de los dos grupos, adivino que la probabilidad de pertenecer al grupo social más rico aumenta conforme crece el componente blanco dentro la mezcla racial de cada hogar.

Lo anterior sugiere que existe una muy baja movilidad social entre los dos grupos, es decir, que los individuos que pertenecen la sociedad más rica son, con gran probabilidad, hijos y nietos de individuos que pertenecieron al mismo grupo y quienes pertenecen al grupo más pobre son, con gran probabilidad,  descendientes de individuos que pertenecieron a este grupo.

Estas circunstancias constituyen el escenario perfecto para la polarización y la segregación. La segregación, por su parte, contribuye de forma significativa a la polarización.

En este orden de ideas, los intentos redistributivos deben estar acompañados por esfuerzos para reducir la polarización y la segregación. Mejoras redistributivas al interior de la sociedad rica pueden reducir el coeficiente de GINI pero difícilmente lograrán reducir la polarización. Aumentos en la movilidad entre grupos, por el contrario, ayudan a reducir la polarización. En esta dirección, ayudaría un esfuerzo para reducir la tasa de natalidad en la sociedad más pobre. Finalmente, en lo que respecta a la segregación, es necesario un esfuerzo adicional para producir cambios culturales y emprender políticas tendientes a garantizar la igualdad de oportunidades para las minorías étnicas. 

[1] Varios académicos han realizado estudios profundos acerca de la desigualdad en Colombia. En los siguientes se encuentran algunos de estos trabajos:

http://economia.uniandes.edu.co/investigaciones_y_publicaciones/CEDE/Pub...https://www.dnp.gov.co/Portals/0/archivos/documentos/DDS/Pobreza/En_Que_...

Restrepo, ¿no lo suficientemente azul para Cepeda?

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El senador conservador Efraín Cepeda dijo la semana pasada que cuando Juan Camilo Restrepo fue ministro de Agricultura, el sector hizo “un viraje fuerte a la izquierda que no representaba la filosofía del Partido Conservador”, que por eso le habían retirado su apoyo y le habían pedido al presidente Juan Manuel Santos cambiarlo. Lo curioso es que en esa misma época el propio Cepeda, quien era entonces director del partido, le ofreció al entonces ministro ser la cabeza de lista al Senado.

Eso muestra que las denuncias del ex ministro Juan Camilo Restrepo sobre la “mermelada conservadora” en el sector agrario están generando polémica en su partido. Y más en Cepeda, que -como contó La Silla- fue uno de los tres congresistas a los que Santos le permitió nombrar ahijados políticos al frente de entidades claves del agro. Como documentó La Silla hace seis meses, tras la salida de Restrepo llegó el recomendado de Cepeda al Ica, el de Roberto Gerlein al Banco Agrario y el de Hernán Andrade al Incoder.

“Me llama la atención [que me quiten el respaldo] porque hace pocas semanas las propias directivas del Partido Conservador me pidieron que encabezara la lista al Senado para las próximas elecciones. Si es así, es porque reconocen en mi persona a alguien que los puede representar”, dijo en abril pasado Restrepo, que rechazó la propuesta por estar comprometido con el ministerio.

En su momento, el mismo Cepeda le confirmó el ofrecimiento a El Nuevo Siglo: “en un principio se le había propuesto al exministro Juan Camilo Restrepo, quien desechó la propuesta”.

¿Eso significa que Restrepo estaba demasiado a la izquierda para ser ministro conservador pero no para ser cabeza de lista azul al Congreso?

Peter Brodnitz, el estratega gringo de Santos

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Como en su exitosa campaña de 2010, el equipo para la reelección de Juan Manuel Santos tiene varios asesores gringos en cargos claves. El más importante hasta ahora, según hemos podido saber, es Peter Brodnitz, un estratega que ya trabajó con la campaña en 2010 y que viene del corazón de los estrategas del partido Demócrata.

Brodnitz ha venido varias veces a Colombia en este campaña y ha asistido a algunos comités estratégicos donde, según le dijo a La Silla otro de los miembros del comité, "se sienta junto a Santos y el presidente le cree mucho". Ese comité, en el que están aliados políticos de Santos como Germán Vargas Lleras y hombres de confianza como Gabriel Silva y Juan Mesa, se está reuniendo por lo menos cada 15 días y es el que toma las decisiones claves como aprobar el mensaje de campaña o priorizar los lugares para hacer las giras.

Brodnitz, que no es muy conocido en Estados Unidos, ha trabajado siempre con los demócratas. Empezó su campaña en Penn Schoen & Berland, uno de los estrategas clave de los Clinton, donde asesoró a varios políticos de ese partido. También trabajó en otros países, como cuando asesoró a Gloria Macapagal Arroyo para ganar la presidencia de Filipinas en 2004.

En 2005 entró a Benenson, cuyo presidente Joel Benenson es uno de los estrategas más importantes de Barack Obama. Allí, Brodnitz tuvo su primer gran éxito al asesorar la victoria del demócrata Tim Kaine en la gobernación de Virginia, la elección más sonada de ese año y que convirtió a Kaine en una figura nacional, hasta el punto de que sonó como fórmula vicepresidencial de Obama en 2008.

Desde entonces ha trabajado con Kaine (quien ahora es senador) y con otros demócratas, con el presidente de República Dominicana Danilo Medina y con Santos en 2010, una asesoría que pasó desapercibida detrás del despliegue que tuvieron otros asesores como el venezolano JJ Rendón o el gurú (farsante) indio Ravi Singh.

La huella de Brodnitz es crear un mensaje claro y simple a los votantes, explicando cuáles son sus opciones. Algo que parece que todavía le falta a la campaña a la reelección, que ha mezclado mensajes como la paz y la prosperidad - a menos de que la metáfora del fútbol pegue.


Con la designación de Maldonado, Santos se sale con la suya

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María Mercedes Maldonado, la nueva alcaldesa de Bogotá. Foto: Juan Pablo Pino

Diecinueve días después de haber recibido oficialmente la terna para encargar un alcalde de Bogotá, el presidente Juan Manuel Santos designó esta mañana a la secretaria de Hábitat María Mercedes Maldonado como la nueva mandataria de la ciudad. La tercera mujer que llega a ese cargo como encargada. Con esa movida, Santos calma los ánimos de una opinión pública molesta por la demora de su decisión, que ya le había comenzado a cobrar en las encuestas el no haber mantenido en el cargo al titular Gustavo Petro. Y también se asegura al haber escogido a la ternada que menos molestias políticas podría causarle en la recta final de las presidenciales.

Pero además, al haber esperado hasta después de Semana Santa para elegir a Maldonado, el Presidente garantiza para su campaña de reelección que las elecciones atípicas en Bogotá serán hasta después de la segunda vuelta presidencial, algo que quería desde un principio.

A Santos no le convenía que las atípicas en Bogotá coincidieran con las presidenciales (primera vuelta el 25 de mayo y segunda vuelta el 15 de junio) porque corría el riesgo de que sin un candidato fuerte, el suyo perdiera frente al petrismo indignado o al uribismo, que tiene el partido más votado en la capital en las recientes legislativas, y eso generara un impacto negativo en su campaña de reelección.

Por eso, para sus intereses electorales era mejor designar alcalde de Bogotá tras este mini receso laboral para que los tiempos no coincidieran: luego de designar a la nueva mandataria, Santos tiene que sacar otro decreto convocando a las elecciones atípicas que deberán realizarse 55 días después de hacer ese llamado. Algo que podría haber hecho al mismo tiempo pero que se abstuvo de hacer.

Para que las atípicas coincidan con la segunda vuelta, ese nuevo decreto tendría que salir hoy mismo pues estamos justo a 55 días del 15 de junio. Pero Santos hoy, al hacer el anuncio de la designación, advirtió que una vez regrese de asistir en México al funeral de Gabriel García Márquez se reunirá con el registrador Carlos Ariel Sánchez “para ver en qué momento y en qué condiciones se va a hacer el llamado (a elecciones)”.

Alfonso Portela, registrador delegado para asuntos electorales, explicó a La Silla que los 55 días se empiezan a contar a partir de la fecha de la convocatoria a las atípicas y no a partir de la designación del alcalde por encargo, como muchos creen. “Lo que sucede es que en muchos casos en el mismo decreto en el que se hace la designación se llama de una vez a las atípicas”, agregó. Ese, sin embargo, no es el caso del decreto en el que se designa a María Mercedes Maldonado alcaldesa, en el que no se menciona para nada el tema de las elecciones.

Los 55 días una vez se llame a comicios, prosiguió Portela, son necesarios para la Registraduría para abrir inscripciones durante 15 días y “ejecutar el evento” los siguientes 40 días.

Así las cosas, lo más seguro es que el decreto convocando a las atípicas salga, en el mejor de los casos, esta semana pero no hoy definitivamente. Con eso, y la cuenta de los 55 días, los comicios en Bogotá podrían terminar corriéndose para el fin de semana siguiente a la segunda vuelta, es decir, el 22 de junio que cae en puente festivo. Un puente suele bajar considerablemente la afluencia de votantes, incluso hasta en un 60 por ciento, según le dijo a La Silla una fuente de la Registraduría.

Aunque Santos logró que no coincidieran las dos elecciones, lo que sí es inevitable para él es que las dos campañas se hagan de forma paralela lo que de todas maneras sí podría generar escenarios que no le favorecen. Por un lado, la izquierda puede hacer campaña sobre el caballito de que Santos no acató las medidas cautelares de la CIDH que hubieran mantenido a Petro en su cargo. Por otro lado, el uribismo, fortalecido en Bogotá en las legislativas, querrá quedarse con la Alcaldía y arreciará sus críticas al Presidente. De hecho, podría darse el escenario de que quedaran haciendo campaña al tiempo Santos y su primo doble Pacho Santos que podría jugar en las atípicas.

A esto se agrega que unas atípicas en Bogotá podrían centrar mucho el foco de las presidenciales en Bogotá, donde Peñalosa es mucho más fuerte que Santos.

En cualquier caso, eso sí, con María Mercedes Maldonado Santos tendrá en la Alcaldía de Bogotá la figura más inofensiva políticamente hablando de las tres que conformaban la terna.

¿Por qué María Mercedes?
Guillermo Alfonso Jaramillo. Foto cortesía de Noticias Uno
Juan Manuel Santos. Foto: Miguel José Torres Plata

María Mercedes Maldonado acaso sea la más petrista de la terna de la que hizo parte con los exsecretarios del Distrito Guillermo Alfonso Jaramillo y Antonio Navarro quienes, sobre todo, son progresistas y tienen un vuelo político propio.

Maldonado no es política. Es una brillante académica y técnica. Graduada en Derecho de la Universidad Externado, con maestría en urbanismo de la Universidad de París-Este Créteil (antes conocida como París XII - Val de Marne) y candidata a doctorado en la misma universidad en esa área de estudio, llegó a la vida política de Petro en calidad de asesora externa cuando él era representante a la Cámara y le hizo debates al POT del entonces alcalde Enrique Peñalosa.

Para la campaña a la Alcaldía, Petro la invitó a formar parte de su equipo programático, en el que se mantuvo durante la época del empalme con la Alcaldía saliente de Samuel Moreno. Como secretaria de Planeación primero y de Hábitat después, María Mercedes Maldonado ha sido -como pocos otros funcionarios de Petro- una de las principales traductoras de las ideas de ciudad del exalcalde a quien ha acompañado como parte de un grupo que en el petrismo llaman “el combo de los académicos”, en donde también están el secretario Gerardo Ardila y el asesor Jorge Iván González.

Maldonado ayudó a estructurar el Plan de Desarrollo de la Bogotá Humana y, según confirmó La Silla con tres fuentes del petrismo, estuvo detrás de la redacción del decreto que modificó el Plan de Ordenamiento Territorial que hoy se encuentra demandado y suspendido por el Consejo de Estado. Aunque ella dice que no tuvo tanto que ver con esa redacción y que más bien eso fue obra de su colega Gerardo Ardila, quien la reemplazó en la Secretaría de Planeación.

La realidad es que su concepción de ciudad -que es la misma que tiene Petro-, que replantea la expansión desordenada, propone menos desigualdad urbana y busca capturar lo más que pueda las rentas de los constructores y dueños del suelo urbano, está ahí plasmada en esa modificación.

Un periodista que la conoce bien le dijo a La Silla que detrás de esas posturas hay una fuerte influencia del Instituto Lincoln de Política de Suelos gringo, uno de los think tanks más importantes para temas de urbanismo en ese país, con quien Maldonado tiene una muy buena relación. De hecho, con ese Instituto coordinó un proyecto en apoyo al gobierno en una de las alcaldías de Antanas Mockus.

Antonio Navarro y Gustavo Petro, dos políticos unidos pero cada uno con vuelo propio. Foto: Juan Pablo Pino
Germán Vargas Lleras, el gran contradictor de la nueva mandataria. Foto: Laura Rico Piñeres

Las posiciones políticas de Maldonado, especialmente en el tema de vivienda, la han llevado a convertirse en una de las mayores contradictoras del Ministerio de Vivienda, cuando estaba de ministro Germán Vargas Lleras y ahora que está a cargo el vargasllerista Luis Felipe Henao. En los corrillos políticos de la ciudad se dice, incluso, que la nueva alcaldesa y Vargas Lleras - la fórmula vicepresidencial de Santos- se detestan.

En el Ministerio de Vivienda han dicho que, mientras otras Alcaldías del país están pidiendo más cupos para el programa de viviendas gratis, los cupos entregados a la Administración Petro no han sido usados. La cifra oficial señala que de los 8.110 cupos destinados para Bogotá solo se alcanzó una oferta de 4.837 cupos, es decir apenas el 60% de lo destinado para la capital. Esos resultados en una política clave han hecho que, incluso en el petrismo, algunos consideren que Maldonado es una gran académica, pero no una buena gerente.

La mandataria ha explicado que han habido inconvenientes y que otro proyecto, que incluye subsidio de vivienda para víctimas, más otros cupos gestionados por el alcalde (encargado por Santos antes que ella) Rafael Pardo harán que Bogotá se aproxime a la meta de viviendas gratis. Pero además su oficina de prensa cuenta logros como por ejemplo haber gestionado 7.700 VIP terminadas y habilitadas (se verifica por la conexión a acueducto y alcantarillado).

¿Por qué la puso Santos si es tan petrista y antivargasllerista? Una fuente que está metida en el alto gobierno y escuchó hablar del tema le dijo a La Silla que la razón es que a pesar de esas diferencias en la política de vivienda, María Mercedes Maldonado es la menos “peligrosa políticamente hablando” para Santos.

“El cálculo fue que poner a Jaramillo era poner a otro Petro y poner a Navarro era exponerse a que él adquiriera mucha visibilidad mediática y le pudiera dar juego a los verdes y a (Enrique) Peñalosa (competencia de Santos en las presidenciales)”, explicó esa fuente.

“Aunque la señora es la que más peleas tiene con la Nación de los tres, no es tan mediática ni tan cercana a Peñalosa”, agregó la misma persona.

Maldonado, de hecho, es tan opuesta a Peñalosa que representa el modelo de ciudad contrario al que propone ese exalcalde de Bogotá.

Su talante técnico y académico y poco dado a las maniobras políticas es tan obvio que algunos petristas hoy se sienten frustrados con respecto a las posibilidades de mover una candidatura a las atípicas: “Ella va a hacer su trabajo de administrar, no creo que tenga la capacidad de mover una aspiración a la Alcaldía y por eso la nombraron”, nos dijo un líder del progresismo off the record.

“Nos dejan sin maniobras porque ella poco y nada se moverá para las atípicas, ese fue el cálculo de Santos”, agregó por aparte un concejal progresista. 

Mucho habrá que esperar para saber cómo termina esta historia. Entre otras cosas, habrá que ver si el Consejo de Estado le otorga a Petro las medidas cautelares que muchos están anticipando y que podrían devolverlo a la Alcaldía mientras se resuelve una demanda de nulidad contra el proceso por el cual fue destituido. Si eso pasa, el encargo de María Mercedes Maldonado sería más corto de lo que todos piensan.

Por lo pronto, la nueva mandataria llega al Palacio de Liévano a defender el Plan de Desarrollo de la Bogotá Humana, a priorizar el énfasis social, pero dando un parte de tranquilidad y proponiendo lazos de unión entre los gobiernos nacional y local. “Son muchos más los puntos que nos acercan que los que nos alejan”, le dijo hoy a La W. Por eso la nombró Santos.

La estrategia del zorro de Óscar Iván

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Óscar Iván Zuluaga en una de las denominadas caravas de la victoria que ha organizado su campaña alrededor del país, usando seis buses que ya estan vestidos con la Z del Zorro. Foto cortesía de oscarivanzuluaga.com

Cuando estaba pegado en las encuestas, el candidato uribista Óscar Iván Zuluaga dijo que su campaña despegaba en marzo, después de las elecciones al Congreso. Y aunque subió tres puntos en la encuesta inmediatamente posterior de Cifras y Conceptos y cinco en la de Gallup, con más de un año de proselitismo encima, está lejos de cantar victoria. En este contexto, a comienzos de este mes la campaña de Zuluaga puso a rodar una nueva imagen y una estrategia con la que esperan al fin despegar.

Detrás está la incorporación al equipo del publicista brasilero Duda Mendonça – que llevó a Lula a la Presidencia en Brasil  y llegó a la campaña de Zuluaga en marzo a trabajar con el estratega colombiano Germán Medina –. El primer pincelazo visible de Mendonça fue un cambio en la imagen de campaña que busca una mayor recordación entre la gente, y que gira sobre todo alrededor del Zuluaga y no tanto del expresidente Uribe, sin descartarlo.

La imagen empieza con la Z del Zorro (el héroe de ficción que ayudaba a los oprimidos, inventado por el escritor JohnSton McCulley y del que se han hecho multiples peliculas y series de televisión) y de Zuluaga, y le sigue una estrategia de comunicación que, entre otros cosas, aunque no habla explícitamente de Santos, sí resalta las diferencias de la carta uribista con el Presidente y pone a Peñalosa a compartir la bandera de la educación.

David Zuluaga, el hijo del candidato y uno de los directivos de la campaña, le dijo a La Silla que el publicista brasilero fue "el artífice detrás del proceso y la decisión por el Zuluaga, y no por Oscar Iván, es porque es una pieza más cómoda de diseñar, que se recuerda con más facilidad, y deja usar la Z del Zorro que es muy conocida". 

Diego Rodríguez, el encargado de la campaña en internet, le dijo a La Silla que “la nueva imagen ha gustado muchísimo más y ha tenido una mayor aceptación”.

Uno de los asesores del equipo de Medina, que está trabajando con el brasilero, le contó a La Silla que detrás del cambió hay un proceso de investigación de mercados como si se tratara de un producto cualquiera y que la decisión final se basó en dos factores. El primero que “Zuluaga”, por ser una sola palabra, permite mayor visibilidad en la publicidad exterior (vallas, afiches, banners) que el nombre compuesto del candidato. Y el segundo, que lo diferencia de tres de los cuatro candidatos con los que está compitiendo y apelan a sus nombres: Juan Manuel, Martha Lucía y Clara.  

Óscar Iván Zuluaga en la convencion UCD donde salió elegido como el candidato único del uribismo. Foto: Juan Pablo Pino
Duda Mendoça el publicista brasilero artifice del giro en la imagen de campaña de Óscar Iván Zuluaga. Foto cortesía plantaopolitico.com
El hijo de Óscar Iván, David Zuluaga, es uno de los jugadores claves de la campaña. Foto cortesía eldiario.com

De la mano de todo el énfasis en el Zuluaga para la publicidad, en el mensaje hay ahora una mayor dedicación a contar quién es el candidato uribista, más allá de ser la carta del expresidente.

La Silla habló con el hijo del candidato, con Rodríguez el de Internet y con Luis Alfonso Hoyos el gerente de campaña, por separado, y todos coincidieron en el mismo libreto. La campaña quiere contar que Zuluaga es un “hombre de provincia”, “sencillo”, que “ha pasado con éxito por el sector público y el sector privado”, y un “padre de familia”.

Los de la campaña de Zuluaga, aunque dicen que explícitamente no buscan hablar de Santos, no niegan que esta estrategia les permita resaltar la diferencia del candidato uribista con la imagen de un político poderoso, centralista y distante que le achacan al Presidente.

“Nosotros queremos resaltar que Oscar Iván es un hombre de provincia provincia. Que viene de un pueblo pequeño de un departamento pequeño. Que ha sido concejal y alcalde elegido. Distinto a Santos que siempre lo pusieron y si no hubiera sido por nosotros en 2010 no habría sido nunca elegido en nada” dice María del Rosario Guerra, una de las superpoderosas de la campaña de Zuluaga.

Con esto explotan una verdad a medias. Como contó La Silla en su libro Superpoderosos, Zuluaga nació en Pensilvania, Caldas, pero antes de volver a ser concejal y alcalde de su pueblo se crió en Bogotá, estudió el colegio y la universidad en la capital, y su maestría en Inglaterra. Es decir, es oriundo de provincia, y ha sido leal a ella, pero como el resto de candidatos se formó en Bogotá y fuera del país. 

Por otra parte, con la inclusión de su paso por el sector privado, le explicó a La Silla una fuente de la campaña, quieren vender que él entiende también cómo este sector puede generar soluciones a los problemas del país. 

“Lo que hemos visto con Duda y Germán es que no podíamos pedirle a la gente que votara por el candidato sin contar primero quién era, y a Oscar Iván, a diferencia de Santos que como presidente-candidato lo conoce el 98 por ciento de la gente, no lo conoce todo el mundo”.

Otra de las nuevas apuestas estratégicas de la campaña, aprovechando los espacios en televisión que le corresponden a los candidatos por Ley y ya están al aire, es mostrar al candidato de las propuestas.

“Queremos mostrar que a él sí le cabe el país en la cabeza, que sabe que está pasando y que tiene propuestas, no como los otros candidatos, Santos y Peñalosa, que no tienen nada”, le contó María del Rosario Guerra a La Silla..

Según Guerra, senadora electa del uribismo, una de las cosas que ha dicho el publicista brasilero es que Oscar Iván, a diferencia de la mayoría de candidatos que ha asesorado, “tiene propuestas pero es desconocido” y que el objetivo es, entonces, darlo a conocer diciendo qué propone.

Y eso han hecho haciendo énfasis en cinco temas: la educación como bandera principal (que no se la quieren dejar a Peñalosa, de quien dicen no tiene ninguna propuesta en ese campo distinta a poner a Isabel Segovia de vicepresidenta); la regionalización (que va a atado al origen provinciano de Zuluaga pero que también la ligan al desarrollo del campo, un tema que ha puesto a Santos contra la pared); la paz (repitiendo el discurso del Centro Democrático de paz sin impunidad que significa básicamente negociar en condiciones de rendición); seguridad (cumpliéndole a los más uribistas); y la salud (que es una de las mayores preocupaciones de los colombianos según las encuestas). Precisamente de estos temas es que más propaganda han puesto a rotar. 

Luis Alfonso Hoyos es el gerente de campaña, con quien Zuluaga se inició en la política de Caldas. Foto cortesía de Eluniversal.com
María del Rosario es desde hace meses una de las principales aliadas de Zuluaga dentro del Centro Democrático. Foto: Juan Pablo Pino
Germán Medina es el asesor de cabecera de Zuluaga desde que empezó su campaña hace meses. Foto cortesía dinero.com

Esta difusión de propuestas es una etapa que junto a la ‘biográfica’ preceden una última que será la principal en las semanas previas a las elecciones. Los detalles de esta última etapa, que será canalizada sobre todo a través de los comerciales pagos en tv según le contó a La Silla uno de los miembros del equipo asesor, los tienen sólo el brasilero, Germán Medina, y Oscar Iván Zuluaga. Y no saldrán a la luz pública hasta que se lance en los medios.

Sin embargo, dijo este asesor, buscaran “ilusionar a la gente, apelar a las emociones porque la política es emocional”. En palabras de María del Rosario Guerra el objetivo de esta etapa final será “ganarse el corazón de los colombianos, después de ganarnos la cabeza con las propuestas". 

Transversal a toda esta estrategia está el uso de la imagen del presidente Uribe. La directriz ha sido subrayar que Zuluaga es el candidato del Centro Democrático, el partido de Uribe, pero sin poner a girar la campaña alrededor de ser el candidato uribista. Así, posicionan a Oscar Iván -que hasta el momento ha sido visto más como un 'segundón' del ex presidente- sin renunciar a los réditos de ser el hombre de Uribe.

De hecho, en el terreno (donde están acudiendo al volanteo y a caravanas en los pueblos y no tanto a las manifestaciones como las que han convocado Vargas Lleras y Santos) aunque Uribe está haciendo campaña por Zuluaga, la mayoría de las ocasiones el recorrido del expresidente no coincide con el del candidato. Con esto, según el hijo del candidato, David Zuluaga, buscan cubrir el territorio nacional pero también terminan evitando que el senador electo termine opacando al candidato presidencial.

En poco más de un mes sabremos si esta estrategia de la campaña de Zuluaga es suficiente para que el candidato del Centro Democrático logre ser un héreo como el Zorro y salve a los uribistas del yugo santista. 

Archirrivales en Santander, unidos por Juan Manuel

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Desde hace años el clan del parapolítico Hugo Aguilar (denominado Santander En Serio) y el liberalismo tradicional estan peleando por el poder local en Santander . Sin embargo, estos dos bandos de la política local han dejado ser enemigos por un rato y se pusieron la misma camiseta para reelegir a Santos. Tanto que ahora todos aparecen juntos en la publicidad oficial de la campaña 'Juan Manuel Presidente'.

Camilo Arenas (diputado liberal), Ciro Fernandez (representante electo por Cambio Radical), Holguer Díaz (ficha de los Aguilar, representante del viejo PIN), Honorio Galvis (senador liberal), Jorge Gómez Villamizar (congresista liberal), María Eugenia Triana (ficha de los Aguilar, representante electa por el viejo PIN), Mario Suarez (congresista liberal), Nerthink Aguilar (senador del viejo PIN), Ricardo Florez (ficha de los Aguilar, representante electo por el viejo PIN), y Rubiela Vargas (diputada liberal). 

En la publicidad santista hoy aparecen Nerthink Mauricio Aguilar -hijo del coronel- y el congresista liberal Jorge Gómez Villamizar juntos, pero en la política local sus grupos han sido archirrivales. En 2003 el coronel Hugo Aguilar (hoy condenado por parapolítica) llegó a la Gobernación por Convergencia Ciudadana, derrotando al liberal Lucho Bohórquez (hoy alcalde de Bucaramanga),  candidato de Gómez Villamizar, gobernador de entonces.

En 2007 los liberales recuperaron el palacio departamental con Horacio Serpa como candidato, pero en 2011 lo volvieron a perder a manos de Richard Aguilar, otro hijo del Coronel.

En esa campaña el candidato rojo que perdió, Luis Fernando Cote (ficha de Serpa y apoyado por todos los congresistas liberales, entre ellos Gómez Villamizar, Mario Suarez y el exalcalde Honorio Galvis), atacó a Richard Aguilar por vínculos con los paramilitares. Tanto así que la campaña de Aguilar, que fue gerenciada por el hoy representante electo Ricardo Flórez, anunció que no volvería a los debates y que demandarían penalmente al candidato liberal.

En la publicidad de Juan Manuel Presidente aparecen el hermano del gobernador elegido, Nerthink, el exgerente de campaña de Richard, Ricardo Florez (representante electo a la Cámara), María Eugenia Triana (exfuncionaria de la gobernación de Richard y también representante elegida con el apoyo del clan Aguilar), y los congresistas liberales Honorio Galvis, Mario Suarez y Jorge Gómez Villamizar.

Aunque no salen en fotos juntos, Nerthink Aguilar y Horacio Serpa (que personifican como nadie las dos orillas contrarias de la política santandereana), los dos senadores más votados en Santander en las pasadas elecciones, están haciendo correrías en favor de Santos a través del departamento. Esta causa común en su tierra se da a pesar de que el Coronel Aguilar hace apenas tres años, cuando fue capturado por parapolítica, dijo que Serpa era uno de "los grandes criminales del país" y que estaba detrás de su captura. 

Serpa y Aguilar estan ambos en campaña por Juan Manuel. 

La facción de los Aguilar, la más poderosa dentro del Partido Opción Ciudadana, cómo contó La Silla, está acompañando de frente la reelección del Presidente. Lo anterior, a pesar de que ese partido -rechazado públicamente por Santos en la campaña de 2010 cuando era el PIN- no ha tomado una decisión oficial. 

A futuro, en las elecciones locales, lo más seguro es que la enemistad vuelva a primar, ya que los liberales intentarán quitarle la gobernación de Santander a los Aguilar y los Aguilar buscarán ganar por primera vez la Alcaldía de Bucaramanga, después de 12 años de supremacía roja en la capital santandereana. En esa pelea no habrá Juan Manuel que valga. 

Las atípicas de Bogotá calientan la campaña Peñalosa

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A Enrique Peñalosa nunca lo han querido en el progresismo y, al principio, tampoco en su propio partido. Foto: Laura Rico

La Alianza Verde, el partido que nació partido entre un ala progresista y un ala verde, vivirá un nuevo pulso ahora que son inminentes las elecciones atípicas a la Alcaldía de Bogotá para reemplazar a Gustavo Petro.

Los progresistas se la quieren jugar con un candidato que retome las banderas de su jefe natural destituído Petro y de su plan de gobierno de la Bogotá Humana. Los verdes están pensando en un aspirante que vaya en armonía y respalde la campaña presidencial de Enrique Peñalosa a quien los progresistas, al menos oficialmente, no apoyan.

Esta tarde, el comité ejecutivo de la colectividad tendrá la primera reunión para hablar del tema y empezar a medir fuerzas.

Las atípicas

Camilo Romero fue la revelación de la consulta verde y ahora llegó a un acuerdo programático con Peñalosa. Foto: Juan Pablo Pino
Antonio Navarro y Gustavo Petro cuando trabajaban juntos en la Alcaldía. Foto: Juan Pablo Pino
Antonio Sanguino advirtió que el nombre del candidato a las atípicas de Bogotá será una decisión soberana de la Alianza. Foto: Juan Pablo Pino

Cuando quedó en firme la destitución de Petro, aunque el Consejo Nacional Electoral determinó que la Alianza Verde era la que debía presentar la terna para reemplazar al Alcalde, el ala verde de ese partido dejó que los progresistas decidieran los nombres de los integrantes y los avaló sin problemas. Ahora, para la atípicas, la historia será distinta y en eso consiste el nuevo pulso que calienta la campaña de Peñalosa.

El concejal Antonio Sanguino, copresidente de la Alianza por el lado de los verdes, le dijo a La Silla: “Esto es una circunstancia nueva. Los progresistas no pueden adjudicarse para sí el poder nominador de la candidatura de la Alianza a las atípicas, como si ellos hubieran apoyado a Peñalosa en la consulta. Tendremos que buscar un nombre que genere consenso y esta podría ser una extraordinaria oportunidad para consolidar la unión”.

En el mismo sentido, el gerente verde Carlos Ramón González agregó por aparte: “Deberá ser un candidato que interprete el peñalosismo y que entienda que las dos campañas (Alcaldía y Presidencia) deben ir en armonía”.

“A los progresistas les toca jugar con Peñalosa en las atípicas. No pueden pretender que les dejen armar la terna, no apoyan a Peñalosa a pesar de que gana la consulta y además ponen el candidato a la Alcaldía. Todo para ellos, no”, advirtió otra fuente distinta del partido que pidió que se omitiera su nombre.

Al respecto, el senador Luis Carlos Avellaneda, copresidente de la Alianza verde por el lado progresista, dijo que habrá que esperar a ver qué decide el movimiento en una reunión nacional que aspira a tener entre esta semana y la que viene (no hay fecha aún), en donde decidirán su apoyo a las presidenciales y su candidato a las atípicas.

Respecto al aspirante a la Alcaldía, el único nombre en el que coincidieron las fuentes, tanto de un ala como de la otra, es en el del concejal progresista Carlos Vicente de Roux, quien podría llegar a generar consenso pero sin embargo ha manifestado que podría estar inhabilitado para lanzarse.

La Silla consultó con el exmagistrado del Consejo Nacional Electoral Antonio José Lizarazo y él explicó que, efectivamente, aunque no hay una inhabilidad sí hay una incompatibilidad en el caso de los concejales que quieran aspirar y que no hayan renunciado un año antes: “La norma dice que los concejales no podrán desempeñar empleos públicos en la Administración ni celebrar contratos”.

Algunos progresistas se van con Peñalosa

Oficialmente, el progresismo no está ligado a la campaña Peñalosa, aunque no ha descartado unirse y en los próximos días tomará una decisión consensuada, como se lo confirmó a La Silla el senador Avellaneda.

Pero eso es sólo en el papel. En la práctica hay varias figuras del progresismo coqueteando o en las toldas de Peñalosa, en momentos en los que Petro ha dicho insistentemente que él no tiene partido y se reúne con la presidenta y candidata del Polo Clara López para hablar de la posibilidad de una alianza, como lo reveló La Silla.

Por ejemplo, hace dos semanas cinco dirigentes progresistas de Atlántico, Sucre, Córdoba, Cesar y La Guajira anunciaron su adhesión a Peñalosa y aseguraron que ese movimiento respaldó al exalcalde incluso desde la consulta y lo ayudó a sacar los 361.238 votos que obtuvo en esa región. Se trata de cinco líderes visibles. Entre ellos, Amaury Díaz, excandidato a la Cámara y vocero progresista en el Atlántico; y Evelio Daza, excandidato al Senado en el Cesar.

Buena parte de la fuerza política que representan esos dirigentes costeños fue la que ayudó a Petro a sacar 238 mil votos en 2010, cuando participó en la contienda por la Presidencia. Ahora muchos de esos apoyos llegan a la casa de Peñalosa.

También el dirigente del progresismo Antonio Navarro ha dicho públicamente que no descarta apoyar la aspiración presidencial del exmandatario, que lo apoyó a él en su aspiración al Senado.

En privado, según le dijeron a La Silla dos fuentes cercanas a él, Navarro se muestra inclinado a irse con Peñalosa aunque dice que va a esperar la determinación final de su movimiento.

Otras figuras de progresistas como el concejal Diego García ya está asistiendo a reuniones de campaña de Peñalosa. Y Camilo Romero, quien se enfrentó con Peñalosa por la candidatura presidencial verde y sacó 730 mil votos, está a punto de formalizar un acuerdo programático con esa campaña. “Eso ya está listo, (a Camilo) le falta la foto”, le dijo a La Silla Carlos Ramón González, gerente de la Alianza Verde.

Aunque Romero no representó oficialmente a los progresistas en la consulta, entre muchos de los militantes de ese movimiento es considerado un copartidario y es además muy amigo de Petro.

Todo esto sucede mientras otros miembros del progresismo se resisten y son más bien antipeñalosistas, como por ejemplo el senador Luis Carlos Avellaneda, quien le dijo a La Silla que aún “hay que reflexionar” sobre algunos temas programáticos de Peñalosa como que “él es muy amigo de las privatizaciones”.

El pulso apenas comienza, pero con estos indicios seguramente lo terminará ganando Peñalosa.

Petro vuelve al balcón, Santos vuelve a perder y Bogotá seguirá en interinidad

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Petro vuelve a la tribuna del Palacio Liévano para defenderse desde la Alcaldía de sus críticos.

Actualización: 9:07 a.m, Santos acaba de restituir a Gustavo Petro como alcalde de Bogotá, en cumplimiento del fallo de tutela del Tribunal de Superior de Bogotá. Así, el análsis de La Silla sobre el caso se mantiene. 

El fallo de tutela que ordenó al Presidente a reintegrar a Gustavo Petro al cargo es una nueva victoria jurídica del destituído Alcalde de Bogotá. Y será, haga lo que haga, una segunda derrota para Juan Manuel Santos. Mientras tanto, Bogotá –pese a los inmensos problemas que tiene- seguirá en interinidad.

El fallo fue proferido por la sala civil especializada en restitución de tierras del Tribunal de Bogotá tras acoger la ponencia del magistrado Óscar Humberto Ramírez.

Los argumentos de la sentencia todavía no se conocieron incialmente pero en la notificación - que fue publicada por RCN radio – se enuncia que la sala decidió “conceder la solicitud de amparo constitucional” que formuló una ciudadano (Oscar Verano) para que se protegieran los derechos “a elegir y ser elegido y al debido proceso internacional”.  

A partir de esa decisión, la Sala ordena que el presidente Santos acatara las medidas cautelares que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) anunció el pasado 18 de marzo y dejara sin efecto el decreto por medio del cual el gobierno materializó la destitución de Petro y designó a Rafael Pardo como alcalde encargado (lo que efectiviamente hizo esta mañana).  

El abogado de Petro, Héctor Carvajal, explicó en los medios que el argumento del Tribunal es que las medidas cautelares de la CIDH eran de obligatorio cumplimiento por los precedentes que había dictado la Corte Constitucional.

Según RCN Radio, la Secretaría Jurídica de Presidencia y Mauricio Rodríguez –el cuñado y asesor de Santos- pidieron a la Alcaldía todo el expediente del caso para decidir “el siguiente paso” del Presidente.

El Presidente podría demandar el fallo ante la Corte Suprema, pero mientras la sala civil de la Corte decide una eventual impugnación, Santos tenía - como lo hizo - que acatar la decisión en las 48 horas posteriores.

Es decir, desde hoy Petro estará nuevamente subido en el balcón del Palacio Liévano y con un discurso reforzado sobre su victimización por parte del Establecimiento. Respaldado con el argumento de que este fallo es el quinto que le da la razón desde que comenzó el lío jurídico por su cambio de esquema en las basuras: dos del tribunal administrativo de Cundinamarca, uno del juzgado tercero administrativo del Circuito de Bogotá y el de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh).

Santos pierde haga lo que haga
El Tribunal contradice la decisión de Santos de no acatar las medidas cautelares de la CIDH. 
Con la decisión del Tribunal Superior de Bogotá el encargo a María Mercedes Maldonado no pasará de ser algo fugaz.
De volver Petro a la Alcaldía el Registrador tendría que organizar otra vez una votación para la revocatoria. 

Santos podría demandar el fallo ante la Sala Civil de la Corte Suprema, que tradicionalmente ha sido muy restrictiva en el uso de la tutela y que, por lo tanto, podría revocar la decisión del Tribunal. Pero hacer esto sería políticamente muy costoso para el Presidente.

Como contó La Silla, una buena parte del bajón en las últimas encuestas de la ya escasa popularidad del Presidente se debió a su decisión de no acatar las medidas cautelares de la Cidh a favor de Petro.

Ahora, si hubiese decidido desobedecer la decisión de un juez de la República, el costo sería aún mayor. No solo porque dijo que él acataría cualquier decisión de un juez sobre el caso Petro, sino porque si bien la obligatoriedad de las medidas cautelares de la Cidh puede ser debatible, la de un fallo de un juez no lo es.

Pero acatando el fallo, la interpretación que queda es que el Presidente se equivocó al no acoger las medidas cautelares de la Cidh desde un principio, como ya lo dijo el progresista Camilo Romero.

A esto se le suma que hoy la Superintencia de Industria y Comercio sancionó y multó a la Uasep, a Aguas de Bogotá, al Acueducto y a 9 funcionarios del distritos - entre ellos Petro - por violar el regimen de competencia que consagra la Constitución en el diseño y la aplicación del nuevo esquema de aseo. 

Esta decisión respalda la destitución del Procurador pues prueba que Petro violó la ley y no solo tuvo un error de criterio. Sin embargo, va en contravía del fallo de febrero de este año del juzgado Tercero Administrativo del Circuito de Bogotá (que es el juez natural en estos casos) y que determinó que el decreto del Alcalde que cambió el sistema de recolección de basuras no violó la libre competencia. 

En esa sentencia, la juez Aura Patricia Lara señaló que "no se observa o desprende ninguna conducta transgresora señaladas en las demandas y lo que se le da es un gran peso al principio de la libre competencia", desestimando los argumentos de la acción de nulidad que interpuso el entonces concejal Orlando Parada (luego detenido por el carrusel de la contratación). Además reafirmó que no hubo un abuso de posición dominante y que los municipios sí tienen la facultad de organizar el servicio de recolección de basuras.

Con lo cual, la sensación estimulada por Petro de que el gobierno está empeñado en tumbarlo coge más vuelo. Más aún, si como también dijo Semana, el Consejo de Estado termina decretando medidas cautelares a favor del alcalde.

Por eso, de cualquier manera, con esto, Santos pierde.

Bogotá en ascuas

Mientras el super lío jurídico se resuelve, Bogotá seguirá en interinidad.  Cabe la posibilidad de que en dos semanas, la Corte Suprema revoque el fallo de tutela, que luego el Consejo de Estado le otorgue medidas cautelares y que luego venga el proceso de revocatoria. Y si no lo revocan, que la Corte Constitucional finalmente diga la última palabra.

Entonces, la atención estará puesta, una vez más, en el enredo jurídico y no en los problemas que afectan a los bogotanos en el día a día.

Así, la aparente concentración en lo programático que se había logrado con la designación de Rafael Pardo y de María Mercedes Maldonado - una funcionaria técnica petrista que conoce muy bien el plan de desarrollo Bogotá Humana – se rompe.

Y los temas claves del denominado Plan de Choque de Santos (que estaban ya en su mayoría en el Plan de Desarrollo de Petro), como la reconstrucción de la troncal de la Caracas; la construcción de la troncal de Transmilenio por la Boyacá; las 10 mil viviendas en Usme; las mil viviendas para las víctimas del conflicto; la implementación total del SITP; la ejecución del plan 75 de seguridad; el acuerdo para lograr los cobros por congestión que aspiran a mejorar la movilidad, entre otros, que estaban saliendo en parte con el apoyo del gobierno nacional -con el cual la alcaldesa (e) Maldonado había reafirmado su intención de construir las mejores relaciones- y del Concejo distrital, podrían verse estancados si Petro se dedica a defenderse, entra en un rifirrafe con el Presidente y si no es claro, por la incertidumbre jurídica, quién será al final el doliente de los grandes proyectos en el despacho del alcalde. 

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