Esta no es solamante la historia de una acción criminal contra unos periodistas que intentaban hacer su trabajo; esta es la historia de dos gobiernos que lo único que pudieron coordinar fue este fracaso.
Dirige y presenta Carlos Cortés.
Opinión

Esta no es solamante la historia de una acción criminal contra unos periodistas que intentaban hacer su trabajo; esta es la historia de dos gobiernos que lo único que pudieron coordinar fue este fracaso.
Dirige y presenta Carlos Cortés.
El departamento del Quindío vive por estos días el remezón más grande de poder de los últimos años, que está golpeando las dos fuerzas más poderosas del departamento y le crea una oportunidad al uribismo para refrendar su poder en las presidenciales.
La sacudida, que arrancó el año pasado, se agudizó este fin de semana con la captura por presunta corrupción del alcalde de Armenia, Carlos Mario Álvarez y la confirmación en segunda instancia de la inhabilidad de la exgobernadora vargasllerista Sandra Paola Hurtado, por irregularidades en contratación. A eso se suma la detención, hace menos de un mes, de la exalcaldesa de Armenia y excandidata a Senado, Luz Piedad Valencia, jefe liberal del departamento, también por corrupción, y que ya está detenida.
Esos líos, a 25 días de las elecciones presidenciales, le despejan el camino al uribismo, la tercera fuerza electoral del departamento, y a Fajardo, pues impulsa su discurso anticorrupción y antipolítica tradicional.
Eso puede ser clave, pues aunque el Quindío solo puso 194 mil votos en la primera vuelta de 2014 y 242 mil en las elecciones al Senado, pueden ser los que definan una elección apretada.
La Fiscalía capturó el pasado 7 de abril a la exalcaldesa de Armenia y excandidata al Senado, Luz Piedad Valencia, por la apropiación de 22 mil millones de pesos a través del cobro de coimas en contratos de valorización durante su administración. Capturó a otros cinco exfuncionarios y a su esposo, Francisco Javier Valencia, quien aceptó los cargos de peculado por apropiación y concierto para delinquir agravado.
Los delitos que la Fiscalía le imputa a Valencia son celebración indebida de contratos, malversación de recursos públicos, concierto para delinquir, falsedad en documento público y contrato sin cumplimiento de requisitos legales. Esa captura movió el poder en el departamento porque Valencia es la jefe del Partido Liberal y porque representa la fuerza que desde su fundación ha mandado en el Quindío.
Valencia es la heredera de la casa política de su papá, el exrepresentante Luis Emilio Valencia ‘Carriel’, dueño de ‘Apuestas Ochoa’, principal financiador de las campañas locales y uno de los mayores empleadores del departamento, a su vez es heredero del cacique Ancízar López, uno de los fundadores del Quindío, su primer Gobernador, senador por casi 20 años y expresidente del Partido.
El grupo es tan poderoso que Valencia ganó la alcaldía en 2011 y logró poner un heredero en 2015, el hoy detenido Carlos Mario Álvarez. Por eso, y aunque Álvarez fue marcando distancia de su madrina durante su administración, las decisiones son una debacle para el grupo de Valencia.
El otro poder predominante en Quindío, Cambio Radical -que venía escalando cuando ganó la Alcaldía de Armenia en 2007, ocupó una Cámara en 2010 y dos en 2014- también quedó golpeado porque su cabeza más visible a nivel local es la cuestionada exgobernadora Sandra Paola Hurtado.
Hurtado, disidente del liberalismo de Luz Piedad Valencia, le arrebató la Gobernación al liberalismo con el impulso del hoy representante electo por tercera vez consecutiva Atilano Giraldo, y la plata e influencia de su sobrino César Augusto Pareja, ‘Toto’, novio de Hurtado, como hemos contado.
Aunque en 2015 Valencia recuperó tanto la Gobernación con el sacerdote Carlos Eduardo Osorio, de origen conservador; y mantuvo la Alcaldía con el filósofo Carlos Mario Álvarez, Hurtado conservó sus cuotas en las Empresas Públicas de Quindío y en la Corporación Regional de Quindío, más ser la ficha clave de Vargas en el departamento para la campaña presidencial, como contó La Paisa hace tres semanas.
La exgobernadora se lanzó entonces a la Cámara; y Valencia se apuntó para ser Senadora. Hurtado se quemó con 15 mil votos, y Valencia con 34 mil. La Procuraduría le adelantaba a Hurtado un proceso disciplinario por otorgar seis contratos directos sin los requisitos legales a las Empresas Públicas (EPQ) y la Promotora de Vivienda de Quindío (Proviquindío) mientras era Gobernadora.
Ese proceso terminó este fin de semana con una inhabilidad por 11 años en segunda instancia. Esa decisión del ministerio público también se llevó por delante a una de sus dos cuotas en la Gobernación, Jhon James Fernández gerente de la Corporación Regional de Quindío (CRQ), también involucrado en el caso, lo cual debilitó aún más lo que le quedaba de poder a Hurtado.
La caída de las dos baronesas quindianas perjudica las campañas de Germán Vargas y Humberto de La Calle, de quien son aliados.
Para el segundo, las capturas de Valencia y Álvarez han desencadenado un silencio entre los que, se supone, le estarían haciendo campaña. Primero, Valencia habría sido clave para ponerle sus 34 mil votos a Senado a De La Calle, pues además de ser la jefe liberal, tuvo en su campaña el respaldo de César Gaviria, que fue quien convenció a los rojos de apoyar unificados al exnegociador de La Habana.
Segundo, De La Calle tiene en su partido a Luciano Grisales, el representante más votado del departamento (con 28 mil votos, de la cuerda de Luz Piedad Valencia), y hasta ahora no se ha movido porque la gente está desmotivada.
“Han pesado tantos escándalos con las personas que han tenido liderazgo político que hay desinterés, desánimo, apatía e indignación. Convocar reuniones es difícil”, le dijo Grisales a La Silla. Añadió que hay una visita planeada de De La Calle la semana que viene, “pero todavía no hemos concretado la fecha, ni el lugar, ni nada”.
Con Vargas pasa algo parecido.
Hurtado fue el principal motor de su campaña en el departamento mientras era candidata a la Cámara (le recogió 80 mil firmas el año pasado y le organizó un evento en el departamento con diez mil personas el 25 de enero), pero desde principios de abril, tras quemarse, no le ha vuelto a hacer campaña.
Dos periodistas de Armenia le dijeron a La Silla Paisa por aparte que la exgobernadora solía enviar diariamente mensajes de campaña de Vargas por Whatsapp y redes sociales, pero que desde hace un par de semanas dejó de hacerlo, e incluso corre el rumor de que se fue del Quindío. Aunque no pudimos confirmar esa información, sus cuentas de Twitter y Facebook, con imagen de Vargas, están quietas desde el 18 de abril.
A cargo de la campaña de Vargas quedan Sandra Milena Gómez, candidata fallida a la Gobernación de Hurtado; la exsenadora liberal Amparo Arbeláez, que fue destituida y está inhabilitada por irregularides en contratación mientras era Gobernadora del Quindío (2008-2011), y el representante Giraldo, quien le reconoció a La Silla que “la campaña está muy fría”, pero que está “organizando todo para salir fuerte esta semana”. De hecho, tienen planeada una visita de Juan Carlos Pinzón y de Vargas el fin de semana aunque, según Gómez, las fechas no están confirmadas.
En contraste, nuestras fuentes ven moverse las campañas de Iván Duque y Sergio Fajardo en el Quindío.
Hace cuatro años, aunque Hurtado y Valencia le hicieron campaña a Juan Manuel Santos, ganó el uribista Óscar Iván Zuluaga en primera y segunda vuelta, y el No ganó en el plebiscito de 2016, con el 60 por ciento de los votos.
Con esos antecedentes o el del abucheo al jefe fariano Timochenko, sumados al silencio de liberales y vargaslleristas y a la indignación de los quindianos por los escándalos de corrupción (por ejemplo, el diario El Quindiano propone la creación de un movimiento cívico nuevo de cara al 2019 para sacar a los grupos liberalers y de Cambio), el uribismo quiere sacar provecho.
“Estamos haciendo un trabajo absolutamente propositivo, que quiere oxigenar el ejercicio de la política”, le dijo a La Silla Diego Javier Osorio, representante electo y uno de los coordinadores de la campaña de Duque. Osorio explica que el Partido espera ponerle al candidato uribista en el departamento unos 120 mil votos en la primera vuelta, más que los 111 mil votos de Zuluaga en segunda vuelta de 2014.
Aunque Duque no ha visitado Quindío en las últimas semanas, el 21 de abril las senadoras María del Rosario Guerra y Paloma Valencia inauguraron la sede de campaña en Armenia, evento para el que hasta hubo que cerrar una calle entera porque fue mucha gente. “Eso nunca había pasado en Armenia con un partido que no fuera el Liberal o Cambio Radical”, nos contó un periodista del municipio.
El 26 y 27 de abril estuvo Álvaro Uribe en Pijao, Calarcá, La Tebaida, Circasia y Quimbaya, y el lunes pasado en la noche el exministro Carlos Holmes tuvo una reunión con casi 100 empresarios y miembros de la campaña, según el excandidato a Senado y empresario de la construcción Hernando Márquez, para hablar de la campaña de Duque y de lo local.
En esa reunión, nos contó el representante electo Osorio, “Holmes propuso que un grupo de personas reconocidas en el departamento, como el exalcalde liberal (1990) César Hoyos Salazar o Hugo Palacios (gerente del Banco de la República y Ministro de Hacienda de Belisario Betancur), se unieran para ser el respaldo del alcalde encargado que quede”. Pero le aclaró a La Silla que hasta ahora no suenan candidatos para las locales del 2019 porque están concentrados en Iván Duque.
Mientras el uribismo da pisadas de animal grande, la Coalición Colombia, que en Quindío es una fuerza menor, ve un espacio para crecer.
Eso porque la crisis es el típico ejemplo de uno de los lemas de Fajardo: “El que paga para llegar, llega para robar”, le recordó a La Silla Antonio Gutiérrez, directivo departamental del Polo Democrático.
El 27 de abril, por ejemplo, Fajardo habló en la Universidad del Quindío ante unas 2 mil personas. Allí, entre gritos y aplausos, enarboló su bandera anticorrupción. “Armenia conoce las consecuencias negativas de gobiernos y partidos corruptos. No podemos volver a elegir a los mismos”, dijo. Lo mismo hizo en entrevistas con los medios La Crónica del Quindío y Los Juanes, aludiendo a su época de Gobernador de Antioquia, cuando fue homólogo de Sandra Paola Hurtado.
Además, sus voluntarios, que son principalmente jóvenes, tienen equipos en los 12 municipios del departamento que se están moviendo desde el 15 de marzo, según le dijo a La Silla el coordinador de la campaña por la Alianza Verde, Sebastián Ramos. Esperan ponerle a Fajardo allí entre 45 mil y 50 mil votos.
La coyuntura también le cae bien a Petro, que tiene planeada una visita a Armenia esta semana. Según las fuentes que consultó La Paisa, el candidato de la izquierda no está tan fuerte en el Quindío como Duque y Fajardo, pero su campaña, que lideran principalmente universitarios, podría resultar beneficiada de esta remezón.
Con todo, lo que pase en las presidenciales que vienen será un punto de partida para que se renueve el poder político de Quindío, porque al viejo, ahora sí, lo tumbó la corrupción.
“Lo que sí te puedo decir es que muchos de los políticos que están con Vargas dicen que en primera (vuelta) le cumplen al Fiscal y en segunda se van (a donde quieran)”.
Estas palabras de un congresista conservador hace 15 días resumen lo que -como ya habíamos dicho- repiten congresistas y políticos conocedores de las movidas en distintas regiones.
Se trata básicamente de lo que en octubre del año pasado la hoy candidata a la Vicepresidencia por los verdes, Claudia López, le enrostró al fiscal Néstor Humberto Martínez en el Congreso y volvió a repetir Gustavo Petro en la entrevista de este lunes en Hora 20: el supuesto uso político de la Fiscalía para beneficiar al candidato presidencial de Cambio Radical (el partido del Fiscal), Germán Vargas Lleras.
Dada la gravedad de este rumor, La Silla Vacía lleva semanas entrevistando políticos en las regiones y también revisamos los más de 500 casos de Bolsillos de Cristal para encontrar en cuáles hay políticos o fichas de políticos que están siendo investigados.
No encontramos pruebas que desde la Fiscalía se le esté ayudando a Vargas Lleras pero sí que el uso estratégico de este rumor ha llevado a varios políticos a irse a la campaña del candidato de Cambio Radical.
Siete políticos, con los que hablamos de forma separada, coinciden en que al proyecto vargasllerista se han sumado otros políticos (amigos o aliados de ellos) con rabo de paja porque creen que eso los puede proteger de procesos penales que tienen ellos o miembros de sus grupos.
Sin embargo, ninguno de los consultados nos dio datos concretos porque nos dijeron que sentían temor a despertar una represalia contra sus amigos. Ninguno de los siete nos mencionó que hubiera una amenaza desde la Fiscalía misma, sino que era una decisión autónoma, un mensaje de otro político vargasllerista o el hecho de que de un día para otro hubiera una actuación judicial.
“Son cosas sospechosas, denuncias de hace 10, 12 años, inactivas, de pronto se activan, lo llaman a uno, y uno se pregunta si será entonces que es que la Fiscalía está siendo muy eficiente, o si esa es una forma de mandar un mensaje. Eso sí, nadie te va a dar detalles. Yo no te voy a contar mis preliminares para que después vayas y las menciones”, comentó una de las fuentes.
Dos políticos sucrenses nos dijeron por aparte que otro político de Sucre está llamando a alcaldes y exalcaldes del departamento para decirles que si no se suman a la campaña Vargas “podrían tener problemas judiciales”. Pero no dan pruebas y pidieron no revelar su nombre hasta no tenerlas. En este caso, llamamos a estos alcaldes y exalcaldes pero ninguno quiso contestarnos y la fuente que nos habló del caso dice que no lo harán por temor, ni siquiera fuera de micrófonos.
En Córdoba, por ejemplo, dicen que es sospechoso que la Ñoñomanía esté hoy con Vargas luego de estar en las antípodas, o que el grupo de los García Brugos lo apoye tras haber sido uribista en 2014. Y aunque en los dos casos hay procesos penales, la Fiscalía ha impulsado los procesos, en el primer caso antes de aliarse con Vargas y en el segundo antes y después.
Uno es que hace poco se conoció la adhesión del grupo que lidera el exsenador de La U, Bernardo ‘el Ñoño’ Elías (condenado dentro del escándalo de Odebrecht), a la campaña Vargas, en cabeza de su hermano Julio Elías.
Aunque Julio no tiene problemas penales y Ñoño ya está condenado por algunos delitos, la Fiscalía todavía tendría cómo presionarlos, según la lógica del rumor, porque Ñoño sigue investigado por otros y varios miembros más de la llamada Ñoñomanía tienen procesos andando en diferentes etapas.
Aunque la Ñoñomanía argumenta que su movida obedece a la decisión de La U de irse con Vargas, hace dos meses nos habían dicho que no había ninguna posibilidad de votar por Vargas porque culpan a los viejos aliados del Ñoño en Bogotá (entre ellos Vargas) de su condena. Además, días antes de su captura en agosto, Ñoño le dijo a alguien de su confianza que no dejaría entrar el vargasllerismo a Córdoba en los comicios de 2018.
Pero no pudimos conseguir ninguna prueba, como una fuente directa, de que hubiera habido una reunión o una presión para la voltereta política de la Ñoñomanía.
El otro caso es el del grupo de los García Burgos, que lideran el conservador alcalde de Montería, Marcos Daniel Pineda García, y su mamá, la senadora Nora García Burgos. Aunque apoyaron al uribismo en las presidenciales de 2014, están con Vargas desde octubre y en el Córdoba político muchos explican ese apoyo por una búsqueda de protección frente al proceso penal que tiene Pineda por presuntas irregularidades cometidas en la remodelación de un coliseo.
En ese proceso Pineda y el entonces alto consejero presidencial para las regiones y exalcalde monteriano, Carlos Correa, estuvieron detenidos unos días en junio del año pasado, y sus procesos siguen abiertos.
Tres meses después el hermano del Alcalde, Adolfo, asistió a una reunión política en Barranquilla con miembros de Cambio Radical, se unió a la recolección de firmas para la candidatura de Vargas y hoy dirige oficialmente su campaña en el departamento.
El mes siguiente la Fiscalía llamó a juicio al Alcalde, en una audiencia de acusación programada para el próximo 30 de agosto, en la que se sabrá qué pruebas tiene la Fiscalía y qué tan fuerte pide la condena.
Aunque esa decisión en principio desmiente el rumor, algunas fuentes dicen que no es así pues la captura y el anuncio del juicio habrían servido para apretar al Alcalde y a su grupo.
Para la senadora García la creencia es absurda y “un chismerío”. Dice que su grupo está con Vargas porque “estamos convencidos de que es el mejor candidato a la Presidencia” y por gratitud con Cambio Radical, que coavaló la candidatura de Marcos Daniel en 2015.
Aunque varios congresistas con los que hablamos creen en el rumor, hay otros con los que hablamos que dudan de él.
“De pronto la gente asume que estar con Vargas les puede servir para caerle bien a Néstor Humberto, pero Néstor Humberto no le hace caso a nadie”, dijo un representante de La U que ahora es vargasllerista.
“Yo no creo que eso sea cierto, los políticos están con Vargas porque es el único (candidato) que le está dando importancia a la clase política”, agregó por su lado otro representante conservador, que también está con Vargas.
Como Vargas es el único de los candidatos que tiene trayectoria de político tradicional y es el que ha buscado el apoyo de las maquinarias no es de extrañar que sea el que tenga a casi toda la clase política de su lado, incluidos varios con líos judiciales.
A pesar de la falta de evidencia de que el rumor sea cierto, su existencia misma produce efectos políticos.
Así nos lo dijo un congresista costeño que tiene un aliado en problemas judiciales con la Fiscalía que está en la campaña Vargas desde el año pasado: “Yo le he dicho que no se confíe, que el tema del Fiscal no es así, pero él prefiere curarse en salud y seguir ahí”.
El Fiscal General, por su parte, niega que haya manejo político. “Todas las mañanas le ruego al Altísimo porque se acabe este periodo electoral para que terminen las suspicacias” y cita un caso, que a su juicio muestra lo absurdo de la acusación. “Lo mejor fue con la investigación de (Jesus) Santrich: unos decían que favorecía a los otros y los otros decían que favorecía a los unos. No faltó quién dijera que era para beneficiar a la derecha.... yo me quedo con el argumento de Humberto de la Calle: “la acción de la Fiscalía demuestra que el Acuerdo es legítimo y no constituye un acuerdo de impunidad para el narcotráfico” ¿Esto fue para beneficiar al liberalismo acaso?”, argumenta.
Como no pudimos testimonios que probaran el uso político de la Fiscalía, volvimos a actualizar los datos de la estrategia anticorrupción de la Fiscalía ‘Bolsillos de Cristal’, que contabilizamos por primera vez hace seis meses, para ver si a los aliados de Vargas que tienen investigaciones en la Fiscalía les va mejor que a los que no están con él.
Revisamos uno a uno las más de 1.800 personas involucradas en todos los casos del programa anticorrupción Bolsillos de Cristal iniciado por Martínez y que pueden ver acá, para identificar las que representaran un interés político significativo para grupos o jefes políticos de relevancia regional o nacional. Los agrupamos por grupo o líder político y evaluamos la relación de ese grupo o jefe con la aspiración presidencial de Vargas Lleras.
No incluimos a antiguos poderosos que tienen casos sonados pero que hoy no tienen peso político, como la ex ministra Gina Parody, el ex alcalde de Bogotá Samuel Moreno, el ex gobernador de Cundinamarca, Álvaro Cruz, o el ex alcalde de Ibagué Luis H. Rodríguez. Ni al presidente Juan Manuel Santos, golpeado por las imputaciones a Roberto Prieto, su antiguo gerente de campaña; a su ex ministro y gerente del Día D de la reelección, Miguel Peñaloza; y a su director de la ANI, Luis Fernando Andrade.
Entre los 54 grupos golpeados por la Fiscalía (es decir, que han sido afectados por decisiones tomadas por ésta, desde interrogatorios hasta acusaciones ante jueces), 26 son aliados de Vargas Lleras, 17 están claramente en contra y 11 podrían terminar en su campaña o en una rival.
A partir de esos datos encontramos que la Fiscalía sí se ha metido con aliados de Vargas, incluso después de estar de su lado.
El caso más claro es la imputación de cargos a la ex gobernadora de Quindío y ex candidata de Cambio Radical a la Cámara, Sandra Paola Hurtado, parte del grupo político que ha controlado ese departamento y lo ha convertido en un fortín del vargasllerismo desde hace más de 5 años.
Ese anuncio, en octubre del año pasado, llevó a que Hurtado pasara de aspirar al Senado a hacerlo a la Cámara, a que a la postre se quemara y a que de los más de 31 mil votos a Cámara de su grupo, Cambio solo obtuviera 16 mil a Senado.
Otro caso es el del grupo García Burgos, que al Senado obtuvo casi 97 mil votos en marzo en cabeza de Nora García, y en el que la Fiscalía bajo Martínez va a acusar a una de las cabezas, el alcalde de Montería Marcos Daniel Pineda, hijo de García.
De los 26 grupos aliados, 13 han llegado a la orilla de Vargas desde octubre, lo que podría evidenciar la fuerza del rumor. Pero, al mirar en detalle, solo en 3 de ellos ha habido decisiones de la Fiscalía desde que se unieron a él, además de por lo menos 2, el grupo del gobernador de Cundinamarca Jorge Rey y el de la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, ya se inclinaban hacia Vargas desde antes de octubre.
GRÁFICO NUEVO
La Fiscalía también ha golpeado a potenciales rivales de Vargas, como a Óscar Iván Zuluaga (a quien no investigó, pero compulsó copias al Consejo Nacional Electoral por el escándalo Odebrecht y emitió un comunicado de prensa con el que lo sacó de la carrera presidencial) y Luis Alfredo Ramos (a quien, bajo Martínez, la Fiscalía pidió que sea condenado por parapolítica, y cuya naciente campaña presidencial fue seputltada por otro comunicado del Fiscal, esta vez sobre el llamado cartel de la toga) o gente cercana a Gustavo Petro como el gobernador de Nariño, Camilo Romero o el ex precandidato presidencial, Carlos Caicedo; o cercano a Claudia López como el ex alcalde de Magangué, Marcelo Torres.
También a varios grupos que están activamente en campañas que compiten con la del jefe natural de Cambio Radical, como el de la gobernadora liberal del Meta, Marcela Amaya, o el de la ex alcaldesa liberal de Armenia, Luz Piedad Valencia, a quien la Fiscalía capturó en marzo.
Son, en total, 17 grupos golpeados que no están con Ramos, sino en campañas rivales, lo que ayuda a explicar la vida del rumor, pero no significa que sea cierto.
Dos grupos con procesos andando, el del exgobernador de Córdoba Alejandro Lyons y el grupo del alcalde de Barrancabermeja, Darío Echeverri, estaban en juego y ahora están contra Vargas. Y uno, Musa Besaile, estaba en contra y ahora no tiene una posición clara.
Al revisar la gravedad de las decisiones que ha tomado la Fiscalía (si solo compulsó copias, si imputó o si incluso acusó) con la posición política de los grupos, encontramos que no hay diferencias sustanciales. Por ejemplo, acusó a la cabeza de 2 grupos aliados y de 2 rivales, compulsó copias a 6 de aliados y 4 de rivales, e imputó a la cabeza de 2 rivales y 3 aliados.
La única diferencia fuerte es que capturó a 3 cabezas de grupos rivales y solo 1de aliados, pero si se mira capturas a otros miembros de grupos, no hay ningún grupo rival y sí 5 aliados.
Por eso, estos datos tampoco son concluyentes.
Hoy en La Silla Santandereana les traemos las siguientes historias a profundidad.
Este viernes, cuando Germán Vargas Lleras empiece un nuevo recorrido por Cundinamarca, comenzará también a ponerse a prueba su más reciente refuerzo en el departamento: Julio Roberto Salazar, un fusagasugueño que acaba de renunciar a la Gerencia del Instituto de Acción Comunal de la Gobernación y que tiene como tarea alinear a las Juntas de Acción Comunal (JAC) con el exvicepresidente.
Eso es importante porque en Cundinamarca hay unas 4.300 JAC que para esta época se convierten en un fortín político muy apetecido debido a su potencial para movilizar votantes, y porque la trayectoria política del gobernador Jorge Rey ha estado cimentada, en buena parte, en esos sectores.
De ahí que la llegada de Salazar a la campaña sea una nueva muestra del impulso que el Gobernador le está dando a Vargas, que ya se había notado cuando el Jefe de Gabinete y hombre de confianza de Rey, Nicolás García, renunció en enero para gerenciar y coordinar la campaña en el departamento.
Desde que arrancó a hacer política, Rey ha trabajado de la mano de las JAC, empezando porque su mamá, Mercedes Ángel, ha sido líder comunal en Funza, el municipio donde él nació y fue Alcalde (2008-2011).
Cuando fue Gerente del Instituto de Acción Comunal (Idaco) de Álvaro Cruz, lo recibió en 2012 con un presupuesto de inversión de 200 millones de pesos, y al año siguiente logró que se lo aumentaran 25 veces, a 4.900 millones.
Después de que renunció en 2013 para lanzarse a la Cámara ese presupuesto comenzó a bajar, y cuando se posesionó como Gobernador en 2016 era de 733 millones; sin embargo, Rey le volvió a poner su impronta en 2017, cuando lo subió ocho veces a 5.700 millones.
Y aunque para 2018 le quitaron 700 millones, el Instituto maneja recursos para invertir cuatro veces mayores a los de la Agencia para el Posconflicto y de la Secretaría de Ciencia y Tecnología, y un poco más que la de Minas.
La clave de su éxito con las JAC es que comenzó a invertir en obras que proponen esas organizaciones como parte de convocatorias que hace el Idaco y bajo el compromiso de que ponen al menos el 10 por ciento del valor, así sea en mano de obra.
Las intervenciones van desde mejoramientos de vivienda hasta la construcción de placas huellas en vías interveredales, pasando por la adecuación de polideportivos.
Las obras de la más reciente convocatoria las ejecutaron 116 JAC y se beneficiaron, según cálculos de la Gobernación, unos 34 mil habitantes.
El sello de Rey es tan evidente en esa política, que él mismo se vende como un “Gobernador comunal”, y las JAC así lo reconocen, como en esta placa que le hicieron como parte de una obra:
Ese capital político es el que sale ahora a explotar para Vargas Lleras, por medio de Salazar.
El objetivo de la campaña de Vargas es usar los frutos del trabajo de Rey con los comunales para vender al exvicepresidente como la continuidad de esa política a nivel nacional, y así hacerlo calar entre ellos.
Que Roberto Salazar sea el encargado de esa función es clave porque aún tiene una imagen vinculada a la Gobernación y a Rey, y porque durante dos años se recorrió el departamento estrechándoles las manos. Además, es alguien de confianza del Gobernador, pues fue su asesor en el Idaco en 2013, y luego le hizo campaña.
Su labor también es de pura política menuda, ya que, le dijo a La Silla Cachaca, hará una coordinación departamental que además de los comunales involucre a la campaña a comunidades rurales de sitios apartados.
Eso comenzó a verse la semana pasada, a los pocos días de que renunció y en La Mesa, donde él estuvo haciendo campaña, ya había pendones con el logo de “Comunales con Vargas”:
Y, por ejemplo, el lunes hubo una reunión de comunales convocados por la campaña para preparar el mitin de este viernes con Vargas Lleras en Fusagasugá, la tierra de Salazar.
En un departamento en el que, como hemos contado, el exvicepresidente tiene prácticamente toda la maquinaria y de casi todos los partidos, el respaldo de Rey a través de los comunales llega como refuerzo potente para acortarle distancia al uribismo, que allá suele ganar las elecciones.
Gobernador de Cundinamarca
En Colombia hay más de170 mil servidores públicos, la gran mayoría poco conocidos. Y aunque las noticias suelen hablar de los que cometen actos de corrupción o errores, son muchos los que trabajan duro, silenciosamente, y con frecuencia con sueldos menores a los que podrían conseguir si se fueran a una empresa para que el Estado funcione.
Para reconocer a quienes tienen esa labor La Silla Vacía, en alianza con Bancolombia, continuamos con nuestra serie de "funcionarios imprescindibles”.
Estos nueve, que seleccionamos después de hablar con 50 funcionarios y académicos expertos en temas electorales, son una muestra de los funcionarios que se han encargado de implementar programas y gestionar proyectos para que el sistema electoral colombiano mejore un poco en cada proceso electoral.
Este es nuestro listado:
Hoy, con un comunicado público, Viviane Morales renunció a su aspiración presidencial, sepultando una candidatura que nunca despegó. En parte por los obstáculos a los que Morales se refiere en su renuncia, pero también porque no tenía plata, su equipo de campaña era pequeño y el partido que le dio el aval, Somos, no tenía estructura.
Desde que el Partido Liberal obligó a los candidatos a firmar un manifiesto que con sus principios excluía a Morales, la exfiscal se declaró perseguida por sus creencias religiosas y renunció no solo a su candidatura, sino a su curul en el Senado y al partido.
“Resulta difícil encontrar en la memoria una campaña presidencial independiente y limpia, que haya sido atacada con tanta saña y tanta trampa por sus detractores,” dice en su comunicado de hoy.
Después enumera uno a uno los obstáculos que, dice, encontró en su aspiración.
Hace referencia a “las trampas evidentes” por parte de la cúpula del Partido Liberal por poner como requisito para los precandidatos ese manifiesto que se presentó como la defensa de la ideología del partido, pero que Morales ha leído como una incoherencia con el principio liberal del derecho al disenso.
El manifiesto obligaba a quien fuera candidato a defender los acuerdos de paz que el partido había defendido en los últimos 5 años, a no dejar que las convicciones religiosas interfieran en las decisiones públicas y a no discriminar a poblaciones y promover y acatar las decisiones de la Corte Constitucional frente a sus derechos. Morales, que se había opuesto a varios puntos de los acuerdos, que siempre ha puesto su fe en el centro de su vida privada y pública y que promovió un referendo en contra de la adopción por parte de parejas del mismo sexo, no lo firmó.
Otro de los argumentos que Morales ha dado contra el manifiesto es que a pesar de las críticas que recibió su referendo contra la adopción en el liberalismo, fue una de las propuestas en su campaña al Senado.
En el comunicado habla también de la demanda por doble militancia en el Consejo Nacional Electoral que, según ella, dejó en vilo su candidatura durante más de un mes.
Sin embargo, la duda de la doble militancia también ha existido en la candidatura de Ángela María Robledo, la fórmula de Gustavo Petro, por lo que no es solo de ella. Y, en todo caso, el CNE falló a su favor, por lo que la demanda no descarriló sus intenciones.
Morales se refiere también al supuesto intento de los medios de comunicación por invisibilizar su candidatura al no invitarla a los debates. Es cierto que no la invitaron a los debates de Teleantioquia y la Universidad del Norte, como tampoco invitaron a Piedad Córdoba ni al pastor Jorge Antonio Trujillo, pero luego sí la invitaron al del Pacífico al que dijo que no iba porque estaba esperando la decisión del CNE sobre su candidatura. También estuvo en el de RCN, el primero de un canal de televisión nacional.
De hecho, en La SIlla la buscamos las últimas semanas para invitarla a uno de nuestros “charladitos” con Red+ y la Universidad Sergio Arboleda, pero nunca nos respondió.
Al final, señala al CNE de obstaculizar el desembolso de los anticipos financieros para su campaña y dice “todos sabemos que no soy una mujer adinerada (…) nos llevaron a la asfixia económica total, y con ella a una desventaja antidemocrática insuperable”.
A pesar de todos estos tropiezos y trabas, su campaña no despegó porque Morales no tenía estructura política, no tenía un partido fuerte y no pudo capitalizar los 2 millones de firmas del referendo.
Esto se hizo evidente con los resultados de Somos, antes Partido Alas, que en 2017 recuperó su personería jurídica y se quemó en las legislativas con menos de un quinto de los votos necesarios para pasar el umbral (sacó 90 mil y el umbral era de más o menos 500 mil). También con los resultados del otro grupo político que podía sumar, el movimiento cristiano Colombia Justa Libres.
Este movimiento sacó 431.418 votos y todavía está en disputa para pasar el umbral luego de que encontró más de 30 mil votos en una brigada de fieles que recibieron el llamado del movimiento cristiano para ayudar en el reconteo.
En su campaña, Morales le apostó a capitalizar los votos de lo que llamó la Colombia creyente. Con esta apuesta nombró como su fórmula a Jorge Leyva, un profesor católico con quien pretendió construir una candidatura para que católicos y cristianos defendieran la vida, la familia y la fe.
La fe cristiana siempre estuvo en el centro de su campaña. Con el lema de “llegó la hora de la fe,” la exfiscal intentó cultivar lo que llama las mayorías morales de la sociedad y que en su comunicado describe como “esos hombres y mujeres abnegados sobre cuyos hombros se edifican el trabajo y la esperanza de nuestro país (…) la gente buena, de carne, hueso y familia.”
Con este lema logró la adhesión de Colombia Justa Libres y de las iglesias que apoyan este movimiento como Casa en la Roca y Avivamiento.
Multitudinaria reunión de apoyo a mi candidatura presidencial hoy en la ciudad de Bogotá. Gracias a las miles y miles de personas presentes por su respaldo y cariño. ¡Vamos por la victoria!#LlegóLaHoraDeLaFepic.twitter.com/fFlXlPA7sZ
— Viviane Morales (@MoralesViviane) 22 de abril de 2018
Arrancó su gira por iglesias y por algunos municipios con la ayuda de los voluntarios en su mayoría cristianos que como contamos se fueron sumando por un formulario que rotaron por redes sociales y al que se inscribieron personas que luego la apoyaron en temas programáticos y de comunicación.
Sin el anticipo, Morales financió su propia campaña, exaltando en varias oportunidades la austeridad, y llegó hasta donde llegó con un equipo compuesto por los miembros de su Unidad de Trabajo Legislativo, UTL, en el Senado y por los voluntarios creyentes que llegaron. Morales y su esposo Carlos Alonso Lucio financiaron hicieron las veces de estrategas, jefes de debate y financiadores.
Esta es una campaña austera en recursos económicos pero gigante en corazón, amor y fé! Gracias mis voluntarios del Atlántico pic.twitter.com/MsUrCYQDS3
— Viviane Morales (@MoralesViviane) 30 de marzo de 2018
Ahora que renunció ya comenzaron los coqueteos por parte del uribismo para conquistar los votos crisitanos con los que cuenta Morales.
Aunque en su carta de renuncia Morales deja en libertad a los creyentes, unas horas después de que hiciera el anuncio Iván Duque hizo pública esta carta:
Ante la renuncia a la candidatura a la Presidencia de la República de la Dra. Viviane Morales, le he enviado esta carta para que abramos un camino y podamos ampliar nuestra coalición por el futuro de Colombia. @MoralesVivianepic.twitter.com/MacNToFGXM
— Iván Duque (@IvanDuque) 2 de mayo de 2018
Como pasó con en las elecciones al Congreso, en las presidenciales el voto cristiano llegará dividido. Con su renuncia, Morales no llegó a demostrar si podía convertirse en la líder de la Colombia creyente y si las "mayorías morales" realmente tienen un poder electoral.
ExSenadora del Partido Liberal - Candidata Presidencial
Ayer fue divulgada la Gallup Poll, que mide el estado de ánimo de los colombianos cada dos meses desde hace más de 20 años. La encuesta, que recoge las ciudades más populosas, ratifica en gran medida la narrativa uribista de la campaña, y le ofrece una luz de esperanza a la campaña de Sergio Fajardo. Contrariando las encuestas electorales y las manifestaciones en la calle, no hay tanta sincronía entre las principales preocupaciones y posturas que refleja esta encuesta y el discurso de Gustavo Petro.
(Como explicamos hace varios meses cuando anunciamos la decisión de La Silla Vacía de no usar las encuestas para analizar estas elecciones, la Gallup Poll bimensual es la única medición que seguimos cubriendo porque lleva hace más de dos décadas usando la misma metodología y porque no predice quién ganará las elecciones.)
Estas son nuestras principales conclusiones:
Después de la depresión de febrero, hay un poco menos de pesimismo y en general mejora unos puntos la percepción de todas las instituciones, algo que no beneficia a Gustavo Petro, que propone una ruptura con el status quo. Tres de cada cinco colombianos siguen desaprobando la gestión de Juan Manuel Santos, algo que perjudica a la dupla Vargas-Pinzón que trabajaron durante 7 años en ese gobierno y que han heredado el apoyo de su partido, la U, y del sector santista del partido Conservador.
Después de casi dos años en el que el orden público y la seguridad habían dejado de estar entre las principales preocupaciones de los colombianos, el tema volvió a ser tan importante como antes de la firma del Acuerdo de Paz. Esto le conviene a Iván Duque por la impronta de la Seguridad Democrática de Uribe y también a Vargas Lleras y Pinzón por por su discurso de mano fuerte y experiencia en esta área. A Petro, en cambio, no le conviene que este tema se vuelva un eje de campaña y que baje en prioridad el del poder adquisitivo y otros dado su discurso a favor de una mayor equidad.
Durante todo el gobierno de Santos la percepción de que la corrupción está empeorando no ha hecho sino empeorar. Prácticamente 9 de cada 10 lo considera así. Esto beneficia principalmente a Fajardo, ya que combatir la corrupción es el eje de su campaña, y también a Gustavo Petro por las múltiples peleas que ha dado contra las mafias. Pero también le sirve a Iván Duque porque coincide con la retórica uribista que ha pintado a Santos como un corrupto que ha enmermelado todo, desde la paz hasta la entrega de los refrigerios escolares.
Quizás por los más recientes episodios de la captura de ‘Jesús Santrich’ por estar supuestamente negociando un envío de drogas a Estados Unidos; el asesinato del equipo del diario El Comercio del Ecuador por parte de la disidencia de ‘Guacho’; la decisión de Iván Márquez de irse al Caquetá en cambio de ir al Senado y las noticias sobre el florecimiento de disidencias en menos de un año ha crecido en un 20 por ciento la gente que considera que el problema de la guerrilla está empeorando. Esto ratifica mucho la agenda uribista de Iván Duque. Sobre todo porque las demás campañas que creen en el Acuerdo de Paz no han logrado articular una narrativa que convenza a los colombianos que si no se cumplen los acuerdos las disidencias tenderán a crecer.
La Gallup Poll pregunta la percepción sobre las políticas públicas y en la mayoría de los casos mejora levemente la percepción o se mantiene dentro del margen de error. Hay cuatro excepciones: las que tienen que ver directamente con la guerrilla, el manejo del agro, el medio ambiente y la educación. En esta última hay un abrupto cambio de tendencia que beneficiaría la campaña de la Coalición Colombia de Fajardo, que es el que ha puesto la educación en el centro de su campaña.
El cambio más grande en la percepción tiene que ver con la reintegración de los desmovilizados: la gente que considera que ha empeorado casi que se duplicó desde diciembre. Esta respuesta, más varias otras muy pesimistas sobre la implementación, coincide con la percepción negativa que transmite la campaña de Duque sobre el pos acuerdo. Aunque en principio también coincide con lo que dijo Humberto de la Calle de que “se están tirando” la paz, las demás respuestas indican que más de la mitad de los encuestados nunca ha creído en las promesas del Acuerdo.
Salvo Clara López (que se mantiene igual) y Ángela María Robledo (que miden por primera vez) todas las demás fórmulas vicepresidenciales mejoran en percepción. Pero, de lejos, a la que se le dispara la imagen favorable y se reduce su desfavorable es a Marta Lucía Ramírez, la candidata a la vicepresidencia de Iván Duque, que sube 16 puntos, sumándole al candidato.
Salvo de la Calle que se mantiene igual, todos los demás candidatos aumentan su imagen favorable, pero no en la misma proporción. El que más crece es Iván Duque, cuya imagen favorable mejora 23 puntos desde febrero. Lo sigue Fajardo que mejoró 18 puntos y luego Vargas, que se trepó 13 puntos. Gustavo Petro solo sube 6 puntos y mantiene su desfavorabilidad en el 53 por ciento, mientras que la de Vargas baja 9 puntos y la de Duque sube 13. De todos, Fajardo es el que tiene la imagen más favorable (61%) y la desfavorable más baja (18%). Estas percepciones de favorabilidad contrastan con la de intención de voto de las demás encuestas que están prácticamente a la inversa.
El 55 por ciento de los encuestados tienen una opinión desfavorable de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) que Duque ha propuesto cambiar. Y una mayoría significativa está en desacuerdo también con sacrificar parte de la justicia para lograr la paz, que es la espina dorsal de la justicia transicional y del Acuerdo de Paz. Ambas posiciones favorecen la campaña uribista, que propone incumplir lo pactado en lo que tiene que ver con las penas alternativas diferentes a la cárcel para los guerrilleros que cometieron delitos atroces, el juzgamiento de militares por parte del mismo órgano que juzga a los guerrilleros y la participación política de la cúpula que cometió delitos atroces.
El estado de insatisfacción con el nivel de vida no ha cambiado desde que arrancó la campaña y hay más gente satisfecha con las cosas que puede comprar y hacer que insatisfecha. Esto, en principio, no refuerza la narrativa de la campaña petrista que propone un cambio en el modelo económico y una sustitución en las fuentes de ingreso y que ofrece un diagnóstico muy pesimista sobre la situación económica de la gente
En esta encuesta, la gente que está de acuerdo con firmar tratados de libre comercio alcanza un pico así como aquellos que creen que es bueno fomentar la inversión extranjera y la llegada de multinacionales al país. Esto tampoco es una buena noticia para Petro, que propone renegociar las cláusulas de protección de la inversión en los TLC para revertir la "renuncia a nuestra soberanía" (ver nuestra herramienta de comparación de programas), replantear las reglas de la minería y no renovar los contratos de concesión petrolera.
Aunque un poco menos que en febrero, el 42 por ciento de los encuestados cree que en un futuro Colombia puede estar en la misma situación que Venezuela. Los que no creen aumentaron de 53 a 57 pero la encuesta refleja que el ‘coco’ del castrochavismo ha calado a pesar de las evidentes diferencias entre los dos países, un elemento central en la campaña de Iván Duque. Y algo que tampoco le ayuda a Petro, a quien sus rivales han caricaturizado como el castrochavismo en patas, porque si pasa a segunda vuelta necesita el centro para ganar.
El Fiscal reveló que tiene 80.000 registros telefónicos que revelarían cómo funcionaba la red de corrupción que quería apoderarse de los fondos para la paz. Entre tanto le contamos las siguientes historias.
Hoy en La Silla Santandereana les traemos las siguientes historias a profundidad.
Por primera vez en doce años, en Nariño, en donde las últimas cinco gobernaciones fueron de la izquierda y ganaron Santos en 2014 y el Sí al plebiscito en 2016 (con 251 mil votos contra 136 mil por el No), la clase política le está apostando a la derecha. En este departamento se conformó una alianza entre la mayoría de barones electorales para apoyar a Iván Duque y hacerle frente a Gustavo Petro, quien tiene el apoyo de las bases del Polo y los Verdes.
Una situación sui generis a nivel nacional, teniendo en cuenta que, como hemos contado, la clase política está más alineada en los demás departamentos con el aspirante de Cambio Radical, Germán Vargas Lleras. Seis de los nueve congresistas nariñenses electos le van hacer campaña a Duque. Estos son los azules Myriam Paredes (78 mil), Eduardo Enríquez Maya (66 mil), Liliana Benavides (59 mil), Felipe Muñoz (33 mil).
Esta situación es novedosa ya que principalmente los conservadores, liderados por Paredes y Enríquez Maya (además de un sector liberal) apoyaron la aspiración de izquierda del actual gobernador Camilo Romero.
Apoyando a Duque también están los de La U Teresa Enríquez (52 mil) y Berner Zambrano (71 mil).
Se suman, además, los tres congresistas actuales que no repiten como Manuel Enríquez de La U (que heredó su poder a su hermana Teresa), el conservador Oscar Fernando Bravo (41 mil) y el liberal Javier Tato Álvarez (48 mil).
Se quedan por fuera del grupo el senador liberal Guillermo García Realpe (64 mil) y el representante rojo Gustavo Estupiñan (30 mil) que apoyan a Humberto de La Calle, y el electo representante Gilberto Betancourt (47 mil) que está con Germán Vargas Lleras.
Así fue como Duque conquistó a la mayoría del Nariño político.
De entrada, el apoyo de toda la bancada azul es novedad porque por lo general los dos principales electores Enríquez Maya y Paredes (que controla a los demás congresistas azules del departamento) han tenido una rivalidad por el poder y cada uno actuaba por su lado.
Según dos congresistas azules que nos hablaron, la unidad surgió por varias razones.
La primera es que los congresistas tienen afinidad ideológica con Duque por sus posturas como el respeto a la propiedad privada y la seguridad, además porque no les gusta Vargas por su “carácter” y por “representar el continuismo”, según nos dijo uno de los congresistas.
Además, porque Vargas fue uno de los que denunció el escándalo de corrupción en la liquidada Dirección Nacional de Estupefacientes que salpicó (aunque ya están absueltos) a Enríquez Maya y Paredes y desde ahí “no se la llevan” con el exvicepresidente, según nos dijo una fuente cercana a Paredes.
Otra razón es que hay un descontento generalizado entre los congresistas con el gobernador de Nariño, Camilo Romero, porque “no fue neutral en estas elecciones al Congreso poniendo su candidato (Aulo Polo) y eso cambió el mapa electoral quemando a congresistas como Javier Tato Álvarez y quitándole la oportunidad a Raúl Delgado”, nos dijo un congresista azul que no quiso ser citado.
Otra razón es la electoral, pensando en una posible unidad para las elecciones lcoales de 2019, justamente en oposición a Romero.
“Nosotros hemos apoyado a esas candidaturas alternativas, incluido Romero, pero ya esa dosis se pasó. Vamos a empezar con las presidenciales para construir un proyecto común que luego nos permita recuperar la Gobernación y la Alcaldía en el 2019”, nos dijo otro godo nariñense.
El electo congresista Muñoz nos dijo que las metas para el 2019 son ciertas por la alta votación que tuvieron en marzo, por lo que creen que pueden tener un Gobernador propio y que no venga de la izquierda, como el representante saliente Oscar Fernando Bravo o el médico Damir Bravo.
Sea cual sea la razón de más peso, la idea de los congresistas en estas cuatro semanas es recorrer los 43 municipios (de los 64) donde el Partido Conservador fue la más alta votación en el Congreso, encender sus maquinarias y quitarle votos a Petro.
“Sabemos que Petro está fuerte acá, quizá puede sacar unos 250 a 270 mil, pero la idea nuestra es reducir esa diferencia con Duque poniéndole alrededor de 200 mil votos”, nos dijo un miembro del grupo del senador Enríquez Maya.
“Queremos equilibrar la balanza”, nos dijo el representante electo Muñoz.
Según tres fuentes (dos congresistas y un integrante del conservatismo en Nariño) este acuerdo de los azules con Duque se dio directamente con el candidato en la reunión que tuvieron varios congresistas conservadores en Bogotá el 24 de abril donde pactaron hacer un acuerdo programático.
En dicha reunión los cinco congresistas nariñenses tuvieron un acercamiento aparte con Duque donde pidieron, entre otras, el cumplimiento del Conpes agropecuario, acelerar la construcción de la doble calzada Rumichaca – Pasto e inversión social para Tumaco.
Aunque los conservadores fueron una de las bancadas más beneficiadas con la mermelada santista, esta vez, dijo una fuente “no pedimos nada más a cambio” del apoyo por Duque. Una idea que refutan opositores liberales del departamento.
Uno de ellos nos dijo que la costumbre de los azules en Nariño es pedir al Gobierno seguir con el manejo de la electrificadora Cedenar (que maneja en su mayoría la senadora Paredes y en menor medida, Enríquez Maya).
Por ahora el compromiso de la bancada es organizarle tres visitas a Duque, una de ellas en la plaza de Nariño en Pasto donde esperan llenarla con más de 15 mil personas.
Los congresistas conservadores también se han reunido con el senador de La U, Manuel Enríquez Rosero, y el representante y electo senador del mismo partido, Berner Zambrano, para hacer campaña juntos con Duque.
Según cinco fuentes políticas del departamento, al otro día de la reunión de los conservadores con Duque hubo un almuerzo en el centro de Bogotá de toda la bancada azul de Nariño con los dos congresistas de La U de la región, Enríquez y Zambrano, en un acuerdo que también incluye a la electa representante Teresa Enríquez, heredera de los votos del senador Enríquez que sacó 52 mil votos.
En esa reunión acordaron trabajar en equipo con el mismo objetivo: darle la pelea a Petro y consolidar un trabajo conjunto interpartidista que se mantenga hasta las regionales del 2019.
El acuerdo, según dos de las fuentes, es que los dos partidos pongan tanto alcalde de Pasto como Gobernador.
Este apoyo del representante Zambrano ya se hizo público el pasado lunes cuando en el programa de radio de Pasto Todelar dijo que hizo una consulta con 1200 de sus bases para saber a qué candidato apoyar y 800 de ellos le dijeron que están con Duque y que por eso lo hacía.
“No estamos con Vargas porque como vicepresidente se preocupó por fortalecer solo a Cambio Radical y a nosotros nunca nos ha buscado para nada”, nos dijo un integrante del partido de La U en Nariño.
El acuerdo es tan evidente en Nariño que Iván Duque les mandó saludos tanto a la bancada azul como a la de La U en su visita a Tumaco, como contamos ayer.
Según supo La Silla, los de La U tendrán una reunión mañana viernes para empezar a definir la estrategia de campaña pese a que el partido de La U a nivel nacional ya le dio el apoyo al candidato Germán Vargas Lleras.
A ese apoyo de La U también se suma el del senador liberal Javier Tato Álvarez que pese a que se quemó tiene 48 mil votos con qué negociar.
Aunque los congresistas azules ven esta apuesta con buenos ojos, otros dos congresistas liberales de la región consultados nos dijeron que en las presidenciales no es tan fácil endosar los votos (normalmente los congresistas dicen que pueden poner 30 por ciento de lo que sacaron en las legislativas) y aún menos teniendo en cuenta que quedan solo cuatro semanas para primera vuelta.
Con este panorama, el único bastión de izquierda que queda en el Pacífico tiene las cartas echadas, con las bases sociales y de partidos de esa tendencia con Petro y las maquinarias con el uribismo.
La principal bandera de Sergio Fajardo en su campaña es la educación, como lo fue cuando llegó a la Alcaldía de Medellín y a la Gobernación de Antioquia. De su paso por esos dos cargos, mostró que sí le ha metido la ficha a este sector y que ha logrado avances que ha copiado incluso la Nación, por lo que su bandera sí tiene logros importantes para mostrar, aunque en algunos puntos, como la infraestructura o los resultados estandarizados, hay sombras.
Su propuesta educativa para la Presidencia tiene 25 puntos, de los que por lo menos siete son programas y estrategias que ya creó y ejecutó como alcalde de Medellín y gobernador de Antioquia como el Gran Pacto por la educación, las Olimpiadas del Conocimiento, el concurso Mujeres Jóvenes Talento, la ampliación del programa Buen Comienzo, o el apoyo a la preparación de los maestros.
Por eso, ver qué hizo, qué logro y que no, ayuda a entender qué tan transformadora y viable es su propuesta.
Este artículo es el comienzo de una serie de historias sobre los logros de los candidatos en su principal bandera de campaña. En los próximos días sacaremos los de los demás.
Como alcalde de Medellín, Fajardo destinó el 40 por ciento del presupuesto de inversión de su cuatrienio (2004-2007) a proyectos de educación; alcanzó los 1,8 billones de pesos, una cifra nunca antes destinada para este sector en la capital antioqueña.
Esa gran inversión partía de un concepto de la educación amplio, que iba más allá de los colegios y en el que asumió todo el ciclo educativo.
Empezó por la primera infancia (nutrición y cuidado integral) con Buen Comienzo, un programa que brinda educación inicial y promueve el desarrollo integral de los niños y sus familias durante sus primeros cinco años de vida.
También mejoró los índices de calidad hasta en 8 puntos porcentuales en la educación básica primaria y media, gracias a programas como Nadie por fuera, Maestros al tablero, Medellín digital y las Olimpiadas del Conocimiento.
Por último, incrementó las posibilidades de acceso a la educación superior con la creación del fondo de EPM para becas de formación técnica, tecnológica y universitaria, que a la fecha ha entregado más de 40 mil becas.
Como Gobernador, una de las siete líneas estratégicas de su plan de desarrollo estaba dedicada a la educación, y para ella dispuso 4,3 billones de pesos, el 50,2 por ciento del presupuesto de inversión del cuatrienio.
En ese período, logró que la deserción escolar en los 117 municipios no certificados (en los que la educación depende del Departamento) bajará del 4,37 al 2,47 por ciento. Lo logró aumentando la cobertura, implementando transporte escolar en zonas rurales, mejorando la nutrición de los estudiantes y con más y mejor infraestructura.
Se propuso construir 40 parques educativos en igual número de municipios. Sin embargo, la convocatoria en las alcaldías tuvo tanto éxito que amplió el proyecto a 80. Al final del gobierno, entró 55 parques educativos; a la fecha faltan seis por entregar.
En los dos cargos hizo pactos por la calidad de la educación con las alcaldías y las instituciones educativas, en los que se establecían compromisos para mejorar los indicadores de calidad.
Además, le dio prioridad a los maestros y por eso creó el fondo de maestría para los docentes.
Cuando llegó a la Gobernación, solo 90 de los 19 mil profesores públicos de Antioquia tenían maestría. Fajardo priorizó los recursos de las regalías y el primer fondo de becas de maestría, que otorgó 1.024 becas.
También formó a 241 de los directivos docentes y 100 coordinadores con el programa Rectores Líderes Transformadores.
“El trabajo de Fajardo fue acertado; los maestros no podemos quejarnos en ese asunto. Más que una intención, hubo una apuesta por la educación del docente que no se puede negar", le reconoció a La Silla Paisa Harold Ibargüen, director del Centro de Estudios e Investigaciones Docentes (Ceid) de la Asociación de Institutores de Antioquia (Adida).
Esta apuesta consistía en llevar el rol del rector a un plano político y de toma de decisiones para incidir en sus comunidades.
Por eso, para el exdecano de Educación de la Universidad de Antioquia (U. de A.), Queipo Timaná, con Fajardo hubo un gran progreso entre la relación maestros-gobernante.
"Él sabe que en materia educativa lo primero debe ser la educación del maestro, porque un buen docente es capaz de enseñar hasta debajo de un árbol", agrega.
Por eso —según le comentaron tres fuentes representativas del gremio a La Silla Paisa— en la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación, Fajardo es el segundo candidato favorito del gremio, después de Gustavo Petro.
“Le decimos a nuestros maestros que escojan entre Gustavo Petro, Sergio Fajardo y Humberto De la Calle. En lo particular, apoyo a Fajardo, porque su propuesta tiene como punto de partida la necesidad de tener una educación de alta calidad”, le comentó a La Silla Paisa Francisco Torres, secretario de Relaciones Internacionales de Fecode.
Varias de esas estrategias y programas se convirtieron en políticas nacionales.
Buen Comienzo fue la génesis del programa Cero a Siempre, que es el programa de acompañamiento integral (nutrición y preescolar) a niños de cero a cinco años; el fondo de becas de maestría fue copiado por el Ministerio de Educación para todo el país, y los pactos por la calidad sirvieron como modelo para la estrategia Día E, que fija metas para alcanzar la excelencia educativa a nivel nacional.
En agosto de 2014, después de que Medellín y Antioquia fueran "la más educada"—así se llamaron ambos planes de desarrollo de Fajardo— , el presidente Juan Manuel Santos, en su discurso de posesión para su segundo mandato, lo copió y dijo que Colombia iba a ser la más educada.
"Que un gobernante haya puesto la educación como eje central de su plan de gobierno, deja una grata impresión porque se volvió importante en la agenda de la política; además, que la entienda y aspire a implementarla, es un gran cambio para la sociedad", dice el exdecano Timaná.
Alberto Uribe Correa, rector de la Universidad de Antioquia, durante gran parte de la gobernación de Fajardo, reconoció las virtudes del candidato presidencial en el tema educativo.
"Él sabe lo que hace en esta materia y dejó planteamientos importantes para que los gobernantes entrantes continuarán con esa labor", le enfatizó a La Silla Paisa el exrector.
A pesar de lo anterior, en 2015 —último año de Fajardo en la Gobernación— Antioquia bajó un punto con relación al resultado que obtuvo en 2014 y se ubicó por debajo del promedio nacional en los resultados de las Pruebas Saber 11.
“A pesar de los esfuerzos de Fajardo, Antioquia sigue quedando rezagada en los resultados de las pruebas estatales. La capital antioqueña y el departamento todavía no responden en esos exámenes”, sostiene María Helena Vivas, magister en Filosofía.
A Fajardo no le ha favorecido para mostrar resultados que, en los últimos 18 años, no ha habido una continuidad en las pruebas —que pasaron a ser por competencias y no por conocimientos— y en la clasificación de los resultados —que pasó de denominaciones a categorías—; este último cambio se hizo a mediados de 2014, cuando su gobierno en la administración departamental iba por la mitad.
La Silla Paisa Paisa consultó a dos exsecretarios de Educación de Medellín y uno de Antioquia y, por los cambios que han presentado las pruebas, ninguno pudo explicar por qué los resultados de los exámenes estandarizadase no son coherentes con todo el trabajo realizado por las administraciones de Fajardo.
Aunque sus políticas públicas educativas tuvieron continuación en la alcaldía de Alonso Salazar (2008-2011), las de la gobernación no contaron con la misma suerte a partir de 2016, ya que Luis Pérez —su principal rival político en Antioquia— se encargó de minimizar cualquier logro en educación del plan de desarrollo "Antioquia la más educada", como el financiamiento para la operación de los parques educativos y las Olimpiadas del Conocimiento.
Justamente la infraestructura educativa es uno de los puntos más debatidos pues mientras rivales políticos, como el concejal de Medellín Bernardo Alejandro Guerra, dicen que Fajardo usó la educación como excusa para construir edificios y beneficiar a sus supuestos amigos en el sector, sus aliados sostienen que Fajardo busca construir nuevas sedes para mejorar la calidad de la educación.
“No solo hicimos parques bibliotecas (en Medellín) y parques educativos (en Antioquia), sino que se montaron planes de infraestructura en todo sentido: mantenimiento, ampliaciones y construcción de nuevas instituciones. Solo en Antioquia, en cuatro años, se reformaron 950 instituciones educativas”, le dijo a La Silla Paisa Felipe Gil, secretario de Educación de Antioquia durante la gobernación de Fajardo.
De hecho, una de las acciones que más le valora el ex rector Uribe Correa a Fajardo fue el haber destinado más de 62 mil millones de pesos para ampliar y crear otra sede de la Universidad de Antioquia en Urabá, y la ampliación de las sedes de Oriente, Suroeste y Bajo Cauca.
Como lo hemos mencionado en La Silla Paisa, la infraestructura educativa es una de las razones por las cuales Fajardo no es uno de los candidatos favoritos en Antioquia, debido a que edificios emblemáticos de sus administraciones han tenido problemas de diseño, de ejecución y estructurales.
El último punto que le han criticado es el gasto.
Uno de los grandes motivos por los que el departamento le fue mal en la calificación del desempeño fiscal a su salida y aumentó su deuda pública, es que Fajardo calculó casi a ras los gastos para financiar la educación.
Por eso, a la hora de ejecutar, tuvo que endeudar más al departamento, como con el crédito que recibió de la Agencia Francesa de Desarrollo, por 70 millones de dólares y los que solicitó a la banca nacional para apalancar la construcción de los parques educativos.
Candidato presidencial del Polo y Alianza Verde
En La Silla creemos que ya hay suficientes debates con los candidatos. Por eso queremos que sean sus fans los que digan por qué votar por ellos. Les presentamos este reto en Facebook, que ya arrancó como pueden ver acá .
Cualquiera puede participar. Basta con que publique en Facebook, en una entrada pública, un video de 1 minuto, argumentando por qué votar por su candidato, rete a por lo menos dos personas más a hacerlo y use #DebateDeFans, para que podamos encontrar fácilmente los videos.
Los mejores se verán en nuestra página y entre todos escogeremos a los mejores de los mejores, para hacer algo que no les vamos a contar todavía porque no nos gusta dañar las sorpresas.
Así que ¡adelante!
Aunque su discurso se ha centrado en sus ejecutorias como vicepresidente y ministro de Juan Manuel Santos, y en general en su experiencia y conocimiento del país, es evidente que la principal estrategia de la campaña presidencial de Germán Vargas Lleras es haberse rodeado de prácticamente toda la clase política tradicional, parte de ella cuestionada y condenada.
Por eso, la pregunta ‘existencial’ sobre su candidatura es si logrará que las maquinarias que lo acompañan se muevan para conseguirle votos en la primera vuelta, y darle así chance de pasar a la segunda.
Para pasar a la segunda vuelta, suponiendo que la abstención en las elecciones del 27 de mayo sea la misma que en las legislativas (normalmente es un poco mayor), Vargas necesitaría como mínimo conseguir 4,5 millones de votos.
Como lo contamos en nuestro site electoral, todos los políticos que hoy acompañan a Vargas sacaron en las legislativas 4.296.735 votos. Si le endosaran el 100 por ciento, aún necesitaría unos 200 mil apoyos para asegurar su paso a segunda vuelta.
Hace poco, Cifras y Conceptos, la encuestadora de César Caballero, presentó un pronóstico electoral según el cual las estructuras de los senadores que respaldan a Vargas le trasladarán entre el 20 y el 60 por ciento de lo que sacaron en las legislativas del pasado 11 de marzo.
La predicción -que ratificó Cifras ayer en un tercer estudio- le ha generado a esa firma una lluvia de críticas porque va en contravía de muchas encuestas y porque el modelo tiene varios limitantes, como lo explicamos en La Silla, entre otros que endosar votos no es un ejercicio científico.
Tras hablar para esta historia con 16 políticos activos de región, nueve de ellos de la campaña de Vargas y el resto de otros candidatos, encontramos que la respuesta a esta pregunta está determinada básicamente por dos factores que aún el proyecto vargasllerista no tiene resueltos y no se sabe bien cómo resolverá: la plata y las bases.
Primero la plata. Como le dijo el año pasado uno de los senadores más votados del país a La Silla Caribe: “Aquí esto se mueve es con plata”, en referencia a las maquinarias tradicionales (que son las que acompañan a Vargas).
Para que un congresista logre sacar a votar a sus votantes necesita billete para pagarles a los líderes que le buscan los apoyos.
También para salir a correrías, organizar reuniones en ciudades y pueblos y garantizar la logística mínima (refrigerios y transporte para los votantes) el día de la elección.
Todo eso suma un total por voto que suele variar de elección en elección. Los valores más altos se manejan en las de Congreso y locales, cuando un apoyo puede llegar a ser tasado en unos 50 mil pesos o un poco más.
Para la segunda vuelta presidencial de hace cuatro años, en cambio y por ejemplo, los votos en el departamento de Bolívar fueron tasados por los congresistas del santismo en 10 mil pesos. En esa ocasión, los políticos estimaron que necesitaban tres mil millones de pesos para ponerle 300 mil votos a Santos sólo en ese departamento.
Aunque, en otros lugares como Córdoba, esos respaldos costaron más, como lo contamos en una investigación de La Silla.
Lo anterior, sumado a la plata contante y sonante con la que muchos compran los respaldos directamente el día de la votación.
En un escenario en el que los senadores (electos y quemados) se quedaron “limpios”, como nos dijo uno de ellos, por haber gastado todo en las elecciones de Congreso, en el vargasllerismo por ahora no es claro que vaya a haber recursos suficientes para activar las máquinas de los votos.
“Esto está muy frío, hay que ir a visitar los líderes y eso es con plata, ni siquiera la publicidad nos la han terminado de mandar”, nos contó un político de Córdoba que está en la campaña Vargas.
Su versión de que la campaña de Bogotá no les ha mandado un peso, fue ratificada por otra fuente del mismo departamento.
Otro político vargasllerista, de Bolívar, agregó por su lado: “Se necesita combustible y ha estado escaso”.
Dentro del proyecto Vargas algunos en región están esperando justamente a que esos recursos se los manden de Bogotá, en un modus operandi similar al que sucedió hace cuatro años, cuando Juan Manuel Santos, tras perder la primera vuelta frente al uribismo, para la segunda decidió activar las maquinarias de su Unidad Nacional a punta de billete, particularmente en el Caribe, como lo revelamos en La Silla.
(Esa plata fue puesta, al menos en parte, por Odebrecht, según le confesó a la justicia después el exsenador santista Bernardo ‘el Ñoño’ Elías, condenado dentro del escándalo de las coimas que entregó esa multinacional para hacerse a contratos en el país).
Aunque hace unas semanas un concejal que está en Cambio Radical nos había dicho que estaba seguro de que esa plata llegaría, ahora en la orilla vargasllerista no están contando mucho con ella.
“No lo veo ni de cerca (lo de Odebrecht). Empresarios y la propia campaña con sus equipos financieros han sido cautelosos y temerosos por las restricciones y consecuencias que hay… ahí está justo la incertidumbre: ¿qué tanto se puede mover la estructura política con esa limitante?”, comentó un líder importante de Vargas en el Caribe.
Ese punto nos lo confirmó uno de los miembros de la campaña desde Bogotá, quien prefirió hablar sin ser citado.
Según su versión, las maquinarias no serán aceitadas esta vez con plata sino con el siguiente estímulo: a la clase política le conviene que gane Vargas porque si gana Gustavo Petro, los van a combatir políticamente y, si gana Iván Duque, el uribismo buscará borrarlos electoralmente en las regionales de 2019.
“Eso es más persuasivo que ofrecer recursos, dejarles claro que esto es cuestión de supervivencia para ellos, y que como puedan, tendrán que moverse”, explicó.
Esa fuente y seis de los políticos regionales con los que hablamos coincidieron en que esa precisamente es la razón por la cual Vargas es el rey de las maquinarias, a pesar de no superar el 8 por ciento en ninguna encuesta: el Exvicepresidente es el único candidato que le abrió las puertas de par en par a la clase política tradicional.
Tanto Petro como Sergio Fajardo son abiertamente opuestos a los políticos tradicionales y al clientelismo. Y Duque, aunque tiene aliados con estructuras en su haber, nunca los salió a buscar ni les hizo fila u ofrecimientos burocráticos.
“Duque tiene políticos con él, pero a la mayoría les ha tocado llegar sin bombos y platillos, medio de agache, y además regalados. Con Vargas la gente se ha sentado, se siente valorada. Siente, así no vaya a ser cierto después, que los va a ayudar si es presidente”, detalló uno de los dirigentes vargaslleristas costeños con los que hablamos.
Y el directivo desde Bogotá agregó por su lado: “No es que nosotros estemos sonsacando a los políticos, es que no los están recibiendo en ningún lado, este es el único sitio a donde pueden llegar”.
Esas alianzas, más que un porcentaje de votos endosados garantizado, le generan a la empresa vargasllerista, sobre todo, una percepción de fuerza que, en una suerte de efecto dominó, ayuda a que se sigan sumando más y más políticos.
En la campaña Vargas ni siquiera hay consenso sobre qué porcentaje esperan que esas maquinarias les trasladen de lo que sacaron en las de Congreso: un Senador de Cambio Radical dice que podría ser un 30 por ciento, mientras que el miembro de la campaña al que entrevistamos cree que estará entre un 10 y un 15 por ciento. Es decir, una fracción de lo que calcula el pronóstico de Caballero.
Sin promesas de ríos de plata, la llave de los recursos para moverse podría estar en las alcaldías y gobernaciones de Cambio Radical (que en 2015 reportó haber ganado 10 gobernaciones y 249 alcaldías), o de otros aliados, según detallaron varios entrevistados.
Esas versiones, no obstante, no las hemos probado por el momento en La Silla.
Pero incluso si el asunto de la plata se solucionara, está el otro factor que la campaña Vargas tendría que resolver para saber si logrará o no mover lo suficiente las maquinarias para la primera vuelta: las bases.
Aunque hay varios políticos que creen que sus seguidores votarán por quienes ellos digan, e incluso un congresista de La U que está con el Exvicepresidente nos dijo que cuando él anunció en sus redes que iba con Vargas, muchos que iban con Petro o Duque le respondieron que cambiarían el voto por solidaridad, seis de nuestras fuentes conocedoras concordaron en que hoy entre sus bases se está moviendo un voto emocional que no está con el vargasllerismo.
Las emociones en estas presidenciales las están moviendo, principalmente, el petrismo y el uribismo, y a ello no son ajenas las clientelas de las maquinarias.
Por eso es que algunos de los que hoy le llenan las plazas a Petro son o han sido objeto de la compra del voto de estas estructuras, y es posible que a varios de esos ciudadanos les toque enfrentar en unos días el dilema entre su fervor y un billete.
“Nosotros como dirigencia nos podemos mover, pero ¿llegaremos a la base? Mira, tú le puedes decir y hasta exigir a los amigos, pero ellos llegan a las urnas y votan por el que quieran. Me preocupa que terminemos movilizando los electores de Petro y Duque nosotros mismos”, comentó un político vargasllerista del Magdalena.
“Las bases para mí están con Duque o con Petro, tendrán que poner el Banco de la República a disposición, el tema de la maquinaria tiene que ir acompañado de una buena opinión pública, de resto es un imposible”, añadió por su lado un congresista de Bolívar.
De todas formas, todavía falta bastante agua por correr bajo el puente durante estos 23 días. Hay quienes incluso ven como una fortaleza que Vargas esté entre dos extremos, y a diferencia de Fajardo cuente con la ayuda adicional de los políticos, sea que se muevan por plata o con el estímulo de lo que les espera con Duque o Petro.
Le traemos estas historias para arrancar el día
Mañana el candidato de la ‘Colombia Humana’, Gustavo Petro, estará de gira en Putumayo, donde lo espera, aparte del comité promotor, un salpicón de líderes de base liberales, conservadores, del Polo, de la Alianza Verde y organizaciones sociales. Un salpicón parecido al de la Ola Verde de 2010, que cinco años después ayudó a elegir en el departamento a la gobernadora Verde Sorrel Aroca y que hoy en vez de moverse a favor de Sergio Fajardo, está en modo Petro por las emociones que despierta.
Concretamente, porque lo ven como un candidato sinceramente preocupado por los pobres, con propuestas sobre temas importantes para la región como el medio ambiente, que va a perseguir la corrupción y a la vez como un político alternativo capaz de enfrentarse a la clase política tradicional.
A la campaña de Petro en este departamento, donde triplicó con más de 37 mil votos a Iván Duque (sacó 12 mil) en la consulta del 11 de marzo y superó en número de votos a todas las listas a Cámara, han ido aterrizando poco a poco las bases de otros partidos y no tanto sus dirigentes.
Eso pasa, por ejemplo, con la Alianza Verde, partido que se supone estaba de lleno con Fajardo. Mientras los dirigentes lo impulsan a él, las bases están mirando hacia Petro.
“Como dirigentes hemos acatado la decisión de la dirección nacional de apoyar al profe Fajardo, pero la reacción no ha sido la esperada en las bases, la mayoría ya están con Petro. Ya la gente eligió, mire no más el resultado de las consultas donde Petro barrió e inclusive sacó más votos que cualquier lista a Cámara”, le dijo a la Silla Sur la diputada verde Yuri Quintero.
Mauricio Llanten, otro diputado Verde, nos dijo algo similar.
“Uno le habla a la militancia pero siente que no cala el mensaje porque ya muchos están en línea Petro.”
En el Polo, cuya militancia y maquinaria ha migrado de Fajardo hacia Petro, la foto en Putumayo es la misma.
“Acá más del 80 por ciento del Polo está con Petro y esperamos doblar la votación que sacó en la consulta”, nos dijo el diputado de ese partido, Euler Guerrero.
Los partidos tradicionales no han sido ajenos al fenómeno.
Jesús Zambrano, exconcejal del municipio de Santiago en el Alto Putumayo, le ayudó a Cámara al conservador Jimmy Díaz, pero dice que no lo acompañará a Presidencia. “Es mi amigo, le ayudé para Cámara y siempre le he ayudado, pero él está ya con Duque y yo a ese no le jalo. Junto con unos amigos de Santiago y Mocoa estamos de lleno con lo de Petro porque vemos en él el cambio, un verdadero compromiso con los departamentos como el Putumayo que han sido marginados para la política tradicional”, nos dijo.
Entre los liberales pasa igual. Aunque el representante Carlos Ardila dijo a La Silla que allí la campaña por De La Calle arrancó hace apenas dos semanas y que son pocos los rojos que se han ido a engrosar las filas petristas, para mañana ya hay lista una comitiva de liberales que se presentarán en plaza pública a favor de él.
“En mi caso particular me voy por Petro. Por De La Calle hay admiración, pero no hay opciones y yo creo que para debilitar la corrupción la mejor opción es él. Hay muchos compañeros liberales que piensan como yo”, nos dijo Richard Solarte, exalcalde liberal de Villagarzón.
Murales en favor de Petro en municipios de Putumayo como Santiago, Valle del Guaméz, entre otros.
Por el lado de las organizaciones sociales como la Mesa Regional de Organizaciones Sociales de Putumayo, Meros, que ha sido la que ha liderado la sustitución de cultivos en el departamento, según tres fuentes con las que hablamos, también están de frente con Petro.
Y hace dos semanas la junta directiva de la Asociación de Educadores del Putumayo, Asep, que reúne a más de 3.200 docentes, sacó un comunicado político invitando a votar el 27 de mayo “por una Colombia más Humana, más justa y paz”.
“El Putumayo ha demostrado históricamente tener un espíritu de rebeldía, de necesidad al cambio, y de la importancia de la toma de decisiones, y esta vez no ha sido lo contrario. Encontramos que las propuestas de Petro están encaminadas a temas del sentir propio de los habitantes como el medio ambiente, la ecología y la paz, y eso ha pegado”, dice Agustín Ordóñez, que hace parte de la junta directiva de Asep.
Que sectores tan diversos estén otra vez juntos, como lo estuvieron al apoyar a la gobernadora Sorrel Aroca hace tres años, tiene que ver, por un lado, con las emociones que despierta Petro, y por otro, con la mala percepción que tienen esos sectores de la administración de Aroca.
Aunque en Putumayo a los Verdes históricamente les ha ido bien, como quedó demostrado con la ola Verde de 2010 en la que el entonces candidato Antanas Mockus ganó allá tanto en primera (20 mil votos) como en segunda vuelta (38 mil votos) y ese impulso sirvió para que en 2015 se quedaran con la gobernación, dos curules en la Asamblea y 22 concejales, ese espíritu Verde no se siente hoy a favor de Fajardo.
En las presidenciales de 2010, Antanas Mockus fue el más votado en Putumayo tanto en primera como en segunda vuelta.
Una de las razones que lo explica es la falta de coordinación con la campaña en Bogotá, lo cual se traduce en poco apoyo logístico.
“Ha sido difícil hacer campaña porque no hay apoyo logístico, ni publicidad. Uno se mantiene en la línea pero no como uno quisiera para tratar de llegar a más gente”, dice la diputada Yuri Quintero.
A eso se suma la percepción de que no les consultaron a las bases cuando decidieron elegir a Fajardo como el candidato y que su fórmula vicepresidencial, Claudia López, no ha criticado los escándalos de corrupción de Aroca que son presuntas irregularidades que ha denunciado la Asamblea en el manejo de los programas de transportes y restaurantes escolares.
“Hay contradicciones de la gobernadora Sorrel con algunas decisiones que ha tomado y que han generado resistencia tanto del movimiento Verde y en general del frente amplio que se conformó en 2015 para elegirla. Y ese inconformismo ya mostró sus resultados en las elecciones de Congreso, donde los sectores tradicionales volvieron a ganar terreno”, dice la diputada Yuri Quintero.
Análisis que comparte el profesor Agustín Ordóñez. “El inconformismo es general, hay una decepción entre todos los sectores y movimientos que la apoyamos. Los resultados de la gestión han sido muy pobres en el tema educativo, de salud, uno entiende que algunos recursos de esos programas dependen del Gobierno Nacional pero es que en ella no se ve ni siquiera la gestión”.
Ese inconformismo con la gestión Verde, más la apatía con la dirección nacional y el hecho de que las bases de otros partidos tradicionales no le estén copiando a sus dirigentes, es el que explica una parte del auge que ha agarrado Petro. La otra es su discurso defensor del medio ambiente en un departamento movido por el petróleo y la imagen de ser un antipolítico que le hará frente a la corrupción.
Por todos estos factores es que Petro tiene en el Putumayo a uno de sus seguros fortines electorales, a pesar de que ponga pocos votos.
Ex alcalde de Bogotá y candidato presidencial
Esta semana los dos candidatos de la derecha - Iván Duque y Germán Vargas Lleras- llegaron hasta el Catatumbo para decir lo que harían por ese territorio en caso de llegar a la Presidencia.
Que hayan ido hasta allá a pescar votos -Duque entró hasta Tibú, y Vargas Lleras llegó hasta Ocaña-, cuando ninguno de los demás candidatos lo ha hecho, es muy diciente porque los dos son críticos del Acuerdo de La Habana y en esa región ganó el Sí al plebiscito.
Además, porque por sus características -es la segunda región con más coca sembrada en el país (25 mil hectáreas, según el Sistema de Monitoreo de Cultivos Ilícitos, Simci), tiene presencia del ELN, el EPL y se está armando una disidencia de las Farc-, era el territorio ideal para que mostraran cuál sería su talante para manejar zonas de conflicto en caso de ganar las elecciones.
La Silla analizó y comparó sus discursos.
Aunque, como contó La Silla, en las últimas semanas Germán Vargas Lleras dio un giro en U, se volvió a acercar a las banderas de Santos y empezó a suavizar su discurso contra el Acuerdo de La Habana, en Ocaña y en el área metropolitana de Cúcuta le tiró varias puyas al Presidente.
Además de que cuestionó el avance de grupos armados en el control del Catatumbo y el aumento de los cultivos de coca, también habló de los retrasos en obras de infraestructura vial -que son su fuerte y su principal carta de presentación- y dijo que desde hace un año (desde que él salió del Gobierno) varios proyectos están estancados.
Iván Duque, por su parte, se enfocó en los procesos de paz de Santos con las Farc y el ELN. “Cómo es eso de un Gobierno que dice que está dizque mediando.. no señor, aquí los vamos a someter a la ley.
Ambos también coincidieron en el diagnóstico que hicieron del Catatumbo.
Los dos hablaron de que esa región ha sido históricamente abandonada por el Estado, que debe tener inversión social, de que es uno de los centros de operación del narcotráfico, y de que está cooptada por grupos ilegales.
En este sentido, uno de los ejes de los dos discursos estuvo el despliegue de fuerzas armadas para contener el avance del ELN y el EPL.
“(a los grupos les digo que) aprovechen estos tres meses que les quedan, porque a partir del 7 de agosto vamos a enfrentarlos como nunca imaginaron”, dijo Vargas.
Duque aseguró: “Mi primer consejo de seguridad lo haré en Tibú… necesitamos un Estado que se pare con firmeza... que no se doblega ante el acecho de ninguna fuerza criminal… vendremos a devolverle a la región la seguridad”.
Ambos también hablaron de que la inversión en infraestructura vial es clave para que la cadena económica legal se active en la región, aunque cada uno hizo énfasis en proyectos diferentes.
Mientras que Vargas habló de la terminación de la vía Ocaña - Gamarra, que terminó metida en el escándalo de corrupción de Odebrecht y está abandonada, en la vía Cúcuta - Ocaña y en la recuperación del aeropuerto de Ocaña; Duque se enfocó en la vía Cúcuta - Tibú - Tarra - Convención - la Mata.
Duque y Vargas también tienen en común la forma en la que ven el rol de Venezuela en la frontera.
Los dos amenazaron al Presidente de ese país Nicolás Maduro.
“Les quiero decir a ustedes que esta semana cuando estuve en un foro por La Libertad en el Supercontinente dije que si ustedes me brindan el honor de ser su Presidente, como Presidente volveré a denunciar ese régimen (el de Maduro) y buscaré el apoyo internacional porque no podemos permitir que nuestro país hermano sucumba ante el oprobio de los dictadores”, dijo Duque.
Vargas aseguró: “(la política de) Maduro es promover este éxodo. Al próximo Presidente le va tocar lidiar con este gravísimo problema: mayor control a las fronteras… no vamos a tolerar más la violación de la soberanía nacional por parte de la guardia venezolana. Que queden bien notificados de lo que les estoy diciendo, no mas hacernos los de la vista gorda”.
Incluso los dos asustaron con la figura de Gustavo Petro aprovechando el fantasma del ‘castrochavismo’.
Duque no se refirió directamente a Petro: “Hay algunos que quieren replicar el ascenso al poder que tuvieron los promotores del socialismo del siglo XXI en Venezuela. Ellos llegaron como mansas ovejitas con un discurso que denominaban humanista, pero lo que había detrás era una fiera, un lobo feroz”.
En cambio Vargas lo nombró directamente: “Colombia no puede seguir el ejemplo de Venezuela, a eso nos veríamos abocados de llegar el doctor Gustavo Petro”.
Entre los discursos de Duque y Vargas hubo una diferencia sustancial en el enfoque.
El candidato uribista además de hablar de la intervención militar que impulsaría, enlazó su discurso a la inversión social.
“Vamos a garantizar la presencia de la fuerza pública pero óigase muy bien vamos a trabajar de la mano con la región… Por eso mi compromiso es que aquí no solamente llegue la seguridad, sino que llegue también el proyecto productivo en los sectores que generan empleo de calidad para la comunidad”, dijo en Tibú.
En ese discurso planteó que impulsará el desarrollo de los cultivos de palma, de cacao, de caucho y de cítricos, también habló de acabar los créditos ‘gota a gota’ y de devolverles la vida crediticia a los sembradores y la creación de un microseguro para que tengan cómo solventar imprevistos en las cosechas.
Además planteó inversión en distritos de riego, aumento en las coberturas de servicios públicos y en educación, en la construcción de placas huellas para vías terciarias, en proyectos de mejoras de vivienda y de la creación de cadenas de comercialización de productos.
En cambio Vargas se enfocó en hablar de la expansión militar del ELN, de la rearmada de la disidencia del Frente 33 de las Farc (aunque no está formalmente reconocido), de cifras de muertes por el paro armado (habló de 100 pero ninguna entidad da un reporte similar) y de la guardia de frontera que crearía.
“(al ELN) ocupar zonas que antes antes estaban en manos de las farc, apropiarse del negocio del narcotráfico y de la minería ilegal, conmigo la cosa es a otro precio, y lo mismo le digo al frente 33 de las Farc que se desmovilizó pero nuevamente se rearmó”, dijo en una de sus intervenciones.
Además, en todos los discursos que dio recordó que su estrategia estará en proteger la frontera.
“Como Presidente me propongo crear al interior de las fuerzas armadas nacionales la guardia fronteriza, pero la gente que delinque en el Catatumbo no va a encontrar más refugio en ese país… mayores controles porque o sino este problema nos va a desbordar”.
Duque y Vargas Lleras escogieron interlocutores diferentes en sus intervenciones.
Duque enfocó gran parte de su intervención en los habitantes del Catatumbo, y específicamente de Tibú (el municipio que visitó). Cada vez que pudo los nombró, y aterrizó todas sus propuestas en la región.
En cambio Vargas Lleras, en todos sus discursos escogió de interlocutor principalmente al Gobierno de Santos y a los grupos armados.
Por ejemplo, cuando habló de la fortalecida del ELN, del EPL y de la disidencia del 33 le envió el mensaje “al Ministro de Defensa y a los comandantes Fuerzas Militares para que le presten atención a este problema”.
También aseguró en otro discurso: “mi llamado al Gobierno Nacional para que no permita que esta nueva disidencia se fortalezca en el Catatumbo colombiano”.
Incluso, cuando habló de los atrasos en obras viales le envió el mensaje al director de la ANI y al Ministro de Infraestructura para que le pusieran presión a los contratistas.
En lo que coincidieron Vargas y Duque fue en hablarle directamente a los grupos armados y a Nicolás Maduro, cuando tuvieron oportunidad. A los primeros les dijeron que los combatirían, y al segundo que no serían tolerantes con él.
Ni Duque ni Vargas Lleras hicieron referencia al futuro de la implementación de los acuerdos de paz en esa región, algo que era clave en el Catatumbo porque en esa región ganó el Sí al plebiscito, y ya están andando -aunque accidentadamente- algunos puntos del Acuerdo de La Habana.
Por ejemplo, Duque no explicó qué va a hacer en esa región tras los cambios estructurales que piensa hacerle al Acuerdo; y Vargas Lleras, quien empezó a cambiar su discurso sobre el Acuerdo, no dijo qué haría para que despegara la implementación.
Como lo contó La Silla, en Tibú y Sardinata (los dos municipios del Catatumbo con más coca) ya hay algunos acuerdos para sustituir la mata, pero debido a las demoras en la intervención y puesta en marcha de nuevos cultivos muchos están considerando la posibilidad de volver a sembrar coca para sostenerse.
La relación con el movimiento social fue el otro punto clave que tanto Vargas como Duque ignoraron del Catatumbo.
Ninguno puso sobre la mesa el papel de las organizaciones campesinas y sociales de la región (como Ascamcat, el Cisca, el Mcp o Asojuntas) que en los últimos años han tenido mayor visibilidad y que son el primer eslabón de la política en la región.
Por ejemplo, desde el paro agrario de 2013, la Asociación Campesina del Catatumbo, Ascamcat, está sentada con el Gobierno en una mesa haciéndole seguimiento a los acuerdos de inversión que levantaron ese paro y que en buena parte se han incumplido.
Esa misma organización también está en el proceso de creación de la zona de reserva campesina en el Catatumbo, que ya declararon de hecho desde 2014.
Además, en medio del programa de sustitución de cultivos ilícitos, esa organización junto a la Coccam son dos de las que están en puja con las comunidades por ser el canal entre la inversión nacional y la materialización en la región.
En el lado del Cisca, las peticiones son las mismas. Ellos también tienen acuerdos de inversión que no se han cumplido y que están reclamando.
Tanto Duque como Vargas decidieron omitir en sus discursos la estrategia de erradicación forzosa que tienen en sus planes de gobierno y decidieron no mencionar que tienen planes de retomar las aspersiones aéreas.
Esto es clave, porque si hay algo que ha unido a todos los campesinos de la región es su oposición a que les quiten las matas de coca a la fuerza, debido a que si previamente no hay inversión ellos se quedarían sin con qué sostenerse.
La estrategia que implemente el nuevo gobierno para acabar con las 25 mil hectáreas de coca es determinante, porque cualquier acción puede detonar un paro como el que en 2013 sitió al Catatumbo durante 53 días, estuvo a punto de generar una emergencia humanitaria en la región, y desabasteció a buena parte del país.
Además del tema de seguridad, Duque hizo énfasis en potenciar la agroindustria en la región y reforzó su bandera de revitalizar el campo de la mano del sector privado, algo que, como ha contado La Silla, lo tiene como el candidato de la mayoría de los cacaos regionales.
Habló de que su fórmula para generar empleo formal entre los campesinos de la región es “con ese matrimonio del pequeño productor con la agroindustria”.
Por su parte, Vargas Lleras, se enfocó en su experiencia y en su imagen de ejecutor para decir que es el que debe ocupar la Presidencia.
“Colombia necesita un presidente con experiencia con liderazgo, conocedor del terreno, conocedor de los departamentos, de todos los municipios”, dijo en Cúcuta.
Le pasamos el detector a una imagen que está circulando en WhatsApp sobre los apoyos de exguerrilleros durante el gobierno de Álvaro Uribe. Esta cadena afirma que incluso algunos de ellos apoyan la actual candidatura del candidato del Centro Democrático Iván Duque.
Esta cadena en general es cierta, pues menciona nombres de exguerrilleros que en efecto participaron activamente en el gobierno de Uribe e incluso de varios que hoy lo apoyan y están en la campaña.
Recuerden que si quieren saber si lo an sus amigos sobre política es cierto, nos pueden enviar la cadena al 318-3124521 y nosotros se la devolvemos en un par de días, de ser posible, chequeada para que usted se lo reenvíe a sus amigos.
“Hagamos que todo el mundo vea esta imagen para que no les envolaten el voto diciendo que Petro es del M-19”
Explicación:
Esto es una opinión del autor de la cadena por lo que no podemos chequear. Sin embargo Gustavo Petro sí hizo parte de la guerrilla del M-19.
“Duque recibiendo el apoyo de Angelino Garzón, exmilitante del M-19”
Explicación:
Angelino Garzón, como lo contó La Silla, adhirió a la campaña de Iván Duque como una forma de ayudarle a conquistar el centro. Garzón, fue militante de la Alianza Democrática M-19, el partido político que surgió de la desmovilización de la guerrilla y al que ingresaron personas que no venían de ella como Carlos Albornoz y Álvaro Leyva Durán ambos conservadores Pero Garzón no fue militante de la guerrilla del M-19, por lo que la afirmación es falsa.
“Duque con el apoyo de Everth Bustamante, cofundador del M-19”
Explicación:
Everth Bustamante es uno de los senadores del Centro Democrático que primero mostró su apoyo al candidato presidencial Iván Duque y como dice la cadena, fue cofundador de la exguerrilla del M-19.
“Eduardo Chávez, coautor con Uribe de la Seguridad Democrática, líder del M-19”
Explicación:
Según Semana y El Tiempo, Chávez participó en la campaña de Uribe después de pertenecer a la campaña de Ingrid Betancourt. Aunque el ex líder del M-19 niega su participación en la campaña y afirma que su contacto con Uribe se limitó a trabajar un año en el Ministerio de Ambiente con Cecilia Rodríguez, una alta fuente de la campaña de Ingrid y otra de la de Uribe confirmaron que la versión de los medios es cierta, pues según ellos sí hizo parte de la campaña de Uribe.
Sin embargo, ambas expresan que él tiene razón al decir que no hizo parte de la formulación del proyecto de Seguridad Democrática.
“Carlos Franco, Director del Programa de Derechos Humanos de Uribe, exguerrillero del EPL”
Explicación:
Franco llegó a hacer parte del Ejército Popular de Liberación (EPL), que se desmovilizó en 1991. Tiempo después fue presidente de la Alianza Democrática M-19.
Franco, como dice la cadena, fue Director del Programa de Derechos Humanos en la presidencia de Álvaro Uribe (después de Reinaldo Botero), nombrado nominalmente por el vicepresidente Francisco Santos, pero elegido por Uribe.
“Uribe con su director de Dansocial, Rosemberg Pabón, líder del M-19”
Explicación:
Rosemberg Pabón, conocido como “Comandante Uno” en el M-19, fue muy visible en esa guerrilla porque era miembro de la comandancia y lideró la toma de la embajada de la República Dominicana de Bogotá. También es cierto que en 2006 Uribe lo nombró director del difunto Dansocial, encargado de desarrollar la política estatal sobre Economía Solidaria.
“Candidata cristiana Viviane Morales, con su esposo, Carlos Lucio, líder del M-19”
Explicación:
Lucio es desde 2000 esposo de la hasta ayer candidata presidencial Viviane Morales, y sí fue líder del M-19, muy cercano dentro del movimiento a Eduardo Chávez.
“Augusto Osorno, Director de Saneamiento Básico de Uribe. Líder del M-19”
Explicación:
Osorno hizo parte de la guerrilla del M-19 y, como afirma la cadena, fue director de Agua Potable y Saneamiento Básico durante el gobierno Uribe. Aunque no pertenecía a la dirección nacional del eme, sí fue líder reconocido en Antioquia.
“Darío Mejía, Director de Reinserción de Álvaro Uribe, exguerrillero del EPL”
Explicación:
Darío Mejía, sí fue militante de la exguerrilla del EPL y se reinsertó a la vida civil después de la desmovilización de esa guerrilla en 1991. Efectivamente, Darío Mejía, fue coordinador del programa presidencial de Reinserción en Antioquia pero durante el gobierno de César Gaviria, y en el de Uribe fue asesor de Luis Carlos Restrepo en la Consejería de Paz.
En estas elecciones presidenciales, con candidatos como Gustavo Petro y como Iván Duque “que es el que dijo Uribe” el término “Populismo” está en el centro del debate y de la campaña. Los candidatos se han volcado a la plaza y a las calles nuevamente para entrar en contacto con la gente. Sin embargo, poco se sabe del término y su uso se reduce a repetir lugares comunes de manera irreflexiva.
Para entender mejor su lugar en la historia, su significado teórico y su uso práctico, La Silla Académica habló con Luciana Cadahia, profesora de filosofía de la Universidad Javeriana, que es una estudiosa del populismo y ha escrito varios artículos sobre el tema como: “Populismo y Democracia: una alternativa emancipadora” ,“Populismo republicano: más allá de «Estado versus pueblo»” y, “A contracorriente: materiales para una teoría renovada del populismo” .
La Silla Académica:En estas elecciones se ha acusado tanto a la derecha como a la izquierda de populismo. Usted dice que asumir que el populismo va en contravía de la democracia es un prejuicio. ¿por qué?
Luciana Cadahia:Como estudiosa del populismo debo aclarar que hay tres usos diferentes del término: uno práctico, uno teórico y otro mediático.
El uso práctico hace referencia a experiencias políticas concretas que se se remontan a principios del siglo XX, tanto en los Estados Unidos como en la Unión Soviética, y en ambos casos se hace referencia a un tipo de organización política que apunta a las formas de vida populares.
Para el caso latinoamericano, en cambio, el término comienza a usarse en los 60’s. Es sobre todo el sociólogo italiano Gino Germani quien lo retoma para referirse a formas de gobiernos populares que :a) rompen con los Estados oligárquicos y elitistas; b) construyen un tipo muy específico de modernidad democrática y c) establecen un vínculo entre los sectores populares y el poder estatal.
Las experiencias modernizadoras más conocidas fueron las de Getúlio Vargas en Brasil; Lázaro Cárdenas en México y Domingo Perón en Argentina. Aunque para el caso colombiano podría hablarse de López Pumarejo.
A partir del uso práctico se fue consolidando un uso teórico que desde Germani no dejó de complejizarse hasta llegar al importante libro de Ernesto Laclau “La razón populista”, quien decide explicitar que el populismo tiene una racionalidad propia que debe ser explorada con rigor, seriedad y honestidad intelectual.
El último uso, en cambio, es más espontáneo y se emplea simplemente para encasillar todas las experiencias políticas que no encajan con el modelo de democracia liberal de mercado
LSA:¿A qué se refiere ese tipo de uso?
L.C.: Es un uso confuso y muchas veces corre el riesgo de impedir un diálogo racional sobre lo que hay en juego con el término. Es muy comprensible que las personas no estudiosas del populismo tengan dificultades para usarlo, pero es necesario que se deje de emplear en sentido estigmatizante. Y se visibilice más la opinión de quienes trabajamos con rigor este campo del pensamiento y la teoría política.
Por eso, preferimos conservar el uso teórico para pensar su dimensión práctica y desconfiamos del uso mediático.
En ese sentido, y respondiendo a tu pregunta desde una perspectiva teórica, podría decir que el populismo es la forma en que ciertos Estados latinoamericanos consiguieron que las mayorías populares participaran de la vida política y gozaran de derechos (derecho al voto, derechos laborales, vacaciones o contratos, derechos civiles, etc.).
El populismo es rechazado por los neoliberales y por quienes queriendo el cambio no se animan a dar los pasos para que tengan lugar.
Luciana Cadahia
LSA: Usted dice que varios ejemplos de experiencias populistas en la región desmienten que el populismo sea inherentemente antidemocrático pues han expandido los derechos, pero mucha gente piensa lo contrario respecto a Venezuela, Ecuador o Cuba, por poner algunos ejemplos de uso autoritario del poder. ¿Cuáles son los matices que no están viendo?
L.C.: No estoy segura que “la mayoría de la gente” en Colombia tenga esa idea que apunta en tu pregunta. Incluso aquí en Colombia, por citar un ejemplo de los mismos medios, Marianne Ponsford, ex directora de la Revista Arcadia, llegó a publicar un artículo de prensa donde afirmaba que se sorprendía gratamente al ver los resultados de los exámenes Pisa en Ecuador, a diferencia de los que arrojaba Colombia.
Esto era un indicativo de los logros que Ecuador había conseguido tras la política desarrollada para mejorar la educación pública, tanto en materia modernizadora como en la posibilidad de que sectores populares accedieran por primera vez a la universidad e, incluso, obtuvieran becas en el extranjero para retornar como profesores de universidades públicas.
Otro matiz importante que me gustaría resaltar es la diferencia que experimenta la ciudadanía con el transporte público.
Si uno observa el grado de satisfacción con el transmilenio en Bogotá es mínimo. Hay un malestar generalizado. Es un sistema con impacto ambiental negativo para la ciudad y sus habitantes, con un diseño incómodo para sus usuarios y que no resuelve el problema de tráfico.
En cambio, si pensamos en el teleférico de la Paz en Bolivia sucede lo contrario: es ecológico, estéticamente muy sofisticado y sus usuarios van cómodos y disfrutan de la ciudad mientras viajan allí.
Me atrevería a decir, por otro lado, que muy posiblemente son determinados medios de comunicación en Colombia los que no comprenden lo que han significado experiencias populistas y progresistas en Ecuador, Bolivia, Argentina y Brasil -por citar unos ejemplos- a diferencia de la población que quizá es más receptiva a varias opiniones a la vez.
LSA: Usted dice que desde la derecha se critica al populismo por atentar contra el pluralismo de la libertades individuales. Y desde la izquierda se acusa al populismo por atentar contra el pluralismo de los movimientos sociales. Y usted dice que ambos están equivocados de alguna manera ¿por qué?
L.C.: Cuando los enfoques europeos o norteamericanos tratan de entender la experiencia de populismo en América Latina, se les rompe la brújula.
Desde la izquierda históricamente se ha considerado que el Estado perpetúa las desigualdades sociales y, desde el lado del liberalismo, se considera que el Estado atenta contra la libertad individual en términos estrictamente económicos, en términos de libertad negativa, esto es: soy libre en tanto nada interviene sobre mí.
Pero ambas concepciones son muy pobres y deben ser enriquecidas.
Cuando vemos la experiencia populista en la región, el Estado no perpetúa la desigualdad sino que a veces busca subsanarla en alianza con los movimientos sociales. Eso se vio, sobre todo, en los gobiernos de principios del siglo XX y en los de Ecuador y Bolivia.
Por otro lado, el populismo entiende que para que haya libertades individuales se necesita que haya una libertad política y material que se traduzca en acceso a la educación, a la salud, a la vivienda, y eso requiere paradójicamente que el Estado intervenga y regule para que esos bienes no sean un privilegio de unos pocos sino que tengan un uso común.
La libertad no es solo libertad económica. Foucault ayudó a entender cómo nuestra época ha empobrecido e identificado la libertad con la libertad individual y a esta con la economía. Un pensador como Locke o Tocqueville se horrorizarían al ver ese uso empobrecido de la libertad.
LSA: Usted habla de dos tipos de populismo, uno reactivo y otro liberador, y sólo éste permite que haya democracia ¿en qué se diferencian?
L.C.: Hasta hace unos años los estudiosos del populismo no distinguíamos entre populismo de izquierda y de derecha.
Fue necesario hacerlo cuando el populismo empezó a manifestarse en Europa a través de Syriza en Grecia, Podemos en España, Marine Le Pen en Francia. Yo todavía no estoy segura de que haya populismo de derecha o sea otra cosa.
Por eso hablo mejor de populismo reactivo que puede coquetear a veces con el fascismo porque la solución a los problemas implica la eliminación de un “otro” que se ve como amenaza.
Marine Le Pen, por ejemplo, sostiene la necesidad de que haya un Estado intervencionista para recuperar la dignidad francesa que ha sido amenazada por los inmigrantes, con lo que termina promoviendo el discurso del odio.
Por el contrario, el populismo emancipador o progresista cree en la necesidad de un Estado que intervenga y que los de abajo recuperen su dignidad, pero ello sólo depende de que haya una ampliación de derechos que abarque a las mayorías.
Durante el gobierno de los Kirchner muchos colombianos se beneficiaron con las becas Conicet para estudiar durante cuatro años en una universidad pública de calidad, un populismo reactivo no concebiría esa posibilidad integradora para la región.
LSA: ¿En qué contextos se da el populismo?
L.C.:En América Latina se ha dado como respuesta a la desigualdad y ha sido una forma efectiva de instaurar una democracia real, consolidar la república y ampliar las instituciones.
Llama la atención también que un momento de crisis y de crecimiento de las desigualdades en Europa, las propuestas populistas surjan como alternativa al neoliberalismo y, en Estados Unidos, con Sanders, como un freno a la crisis que la socialdemocracia de Obama no pudo terminar de resolver, porque estaba ahogado en sus propias contradicciones.
El populismo, tal y como parece perfilarse en su dimensión progresista, parece ser lo opuesto al neoliberalismo, entendido como la forma agresiva en que el capitalismo se desarrolla hoy. El populismo es rechazado por los neoliberales y por quienes queriendo el cambio no se animan a dar los pasos para que tengan lugar.
Un gobierno populista no significa necesariamente una ruptura con las élites sino una nueva alianza.
Luciana Cadahia
LSA: De acuerdo con su idea, el populismo abre la posibilidad de tener un nuevo Estado que represente los intereses de todos y no que garantice los privilegios de una élite económica y política que es lo que perpetúa la desigualdad social. ¿Sin embargo, es posible que exista este tipo de populismo sin el riesgo de promover el odio de clases y la fuga de capitales necesarios para el desarrollo?
L.C.:No creo que las experiencias progresistas en América Latina hayan consistido en “promover el odio” ni tampoco una disolución de la propiedad privada, sino distribución, regulación y uso social.
Incluso me atrevo a decir que ayudaron a disminuir la rabia social que creció durante los años 90 con los gobiernos neoliberales.
El odio, lastimosamente, lo crean las élites cuando obstaculizan la ciudadanización de su pueblo y les niegan los derechos y las oportunidades. Y Colombia tiene una larga experiencia en eso. El odio es una reacción humana y comprensible a una violencia previa. Y la tarea de la política primero es evitar esa violencia previa y, paralelamente, deshacer el odio hasta convertirlo en pasiones constructivas y más reflexivas.
Por otro lado, respecto al odio de clases y la fuga de capitales, varios casos demuestran lo contrario.
Por citar un ejemplo, durante el gobierno de Kirchner, por ejemplo, Argentina resolvió su problema de deuda externa, de forma legal y legítima, y ha sido la época de mayor inversión extranjera en el país después de muchas décadas. En oposición al gobierno de Macri donde esto mermó.
Es más, un gobierno populista no significa necesariamente una ruptura con las élites sino una nueva alianza con justicia social, algo que hizo Evo Morales con las élites de Santa Cruz.
LSA:Muchos líderes populistas han terminado siendo dictadores o muy autoritarios ¿Cómo detectar uno si un candidato populista puede derivar en eso?
L.C.: Deme un ejemplo para entender su punto…
LSA: Se me ocurre Maduro en Venezuela.
L.C.:El problema de Maduro no es el autoritarismo sino la incapacidad de gobernar, la ausencia de un proyecto político.
Autoritarismo es desconocer el sistema electoral, por ejemplo, y varios gobernantes populistas en América Latina han demostrado lo contrario.
Rafael Correa o Cristina Kirchner no pudieron ser candidatos y lo aceptaron. Ninguno intentó perpetuarse por medios extra democráticos. Dilma Roussef sufrió un golpe de estado y sigue luchando desde las instituciones y la democracia ¿Hay algo más democrático que aceptar la derrota o seguir apostando por las instituciones?
Insisto que debería revisarse qué se entiende por autoritarismo antes de usar ese calificativo. Al menos en el pensamiento político tiene un sentido bien claro que no se ajusta con cierto uso confuso y ligero.
En esa línea el autoritarismo significa suspensión del Estado de derecho, eliminación de las libertades colectivas, materiales e individuales, aplicar una política sistemática de la sospecha y el miedo, incluso la muerte.
En los gobiernos autoritarios los periodistas son asesinados o encarcelados, la gente no puede ejercer su propia soberanía, las tramas narrativas están alteradas y nadie se anima a decir públicamente lo que piensa.
LSA: ¿Correa no atentó contra la libertad de prensa?
L.C.:Entiendo que te refieres a la ley de medios que promovió. Allí hubo un conflicto sobre formas de gobernar la prensa, no un problema de libertad de expresión, que se traduce en la persecución de quienes opinan distinto. Algo que, a mi entender, no sucedió en el gobierno encabezado por Correa, donde existieron programas de televisión y radio y prensa de varias orillas políticas.
Colombia vive un momento de ruptura populista.
Luciana Cadahia
LSA: ¿Definirá el populismo estas elecciones?
L.C.: Colombia vive un momento de ruptura populista, que significa que los candidatos están ahora más en la calle, en contacto con la gente.
La gente está necesitada de figuras políticas que se tomen en serio sus problemas, eso genera una identidad que no es de ahora sino histórica y que no responde solamente al calor electoral.
En lo discursivo y propositivo, Petro logra combinar una respuesta eficaz al problema de desigualdad y a la falta de oportunidad. También están Fajardo o Humberto de la Calle, en la misma línea, pero con menos fuerza persuasiva, conectan menos con su pueblo. Y para la política en general la empatía es crucial.
Lo entiendo como un momento muy interesante. Pero eso no significa que vaya a haber una gubernamentalidad populista.Todo depende de quién gane las elecciones.
LSA: ¿En qué sentido es eficaz la respuesta de Petro?
L.C.: Por eficacia me refiero a que las respuestas vienen dadas desde la institucionalidad. Hay instrumentos legales que pueden ser utilizados para resolver la desigualdad. Se ofrecen desde un Estado de Derecho democrático con sentido social.
Es eficaz también porque las soluciones planteadas no encierran contradicciones insalvables.
Foto: Adelaida Ávila
LSA: Usted critica el reduccionismo del populismo a un “líder carismático que manipula las masas” y estimula su irracionalidad. Dado que tanto a Petro como a Uribe se les acusa de populistas en ese entendido ¿Cómo se puede explicar a través de ellos que ese reduccionismo es equivocado?
L.C.: Lo primero es que podemos encontrar algunos elementos populistas en Uribe pero no podemos decir que haya sido un gobierno populista. Yo no creo que Uribe sea populista.
Aunque generó grandes lazos afectivos con el pueblo colombiano, no contribuyó a la institucionalidad popular, al contrario, desmanteló el Estado de Derecho.
El populismo está asociado con la generación de lazos afectivos, con la tensión entre los de arriba y los de abajo, pero también con una institucionalidad republicana y democrática. Esto es: ampliación de derechos y oportunidades para las mayorías.
Por eso para mi es un error pensar en Uribe y Petro como dos formas de populismo. No es riguroso y, como estudiosa de la política, no los pondría en pie de igualdad.
Más aún, en sentido estricto, elementos populistas tienen todos los candidatos: Humberto de La Calle, Fajardo, Petro.
LSA: ¿Cómo hace para identificar esos elementos populistas?
L.C.: Son populistas cuando apelan a lo afectivo y cuando apelan a la necesidad de sociedades más igualitarias.
Por eso a mi me resulta bien curioso cuando Claudia López arremete contra Petro, porque ella también está apelando a lo afectivo cuando habla desde las injusticias sociales para dar respuestas institucionales. Yo los veo mucho más cercanos de lo que en el juego mediático se quieren mostrar.
Iván Duque, a diferencia de los demás, tiene muy pocos elementos populistas. Busca presentarse como una figura muy formada que ha ocupado altos cargos en el exterior, un técnico con una propuesta que implica mayor privatización, según él, exitosa.
Si bien es el candidato de Uribe, por sí solo le queda muy difícil generar una adhesión afectiva de carácter populista. Y tampoco veo en su propuesta una búsqueda por democratizar o ampliar derechos. Al contrario. Veo un retroceso allí.
Un buen político es lo más parecido a un artista, en el sentido de que sabe empatizar con esas fuerzas sociales que demandan una forma de racionalidad y sensibilidad distinta.
Luciana Cadahia
LSA: Hasta qué punto el liderazgo populista no facilita la irracionalidad de los seguidores fanáticos, hasta el punto que tanta gente dijera que votaría “por el que diga Uribe” sin importar siquiera quien era? ¿o que seguidores de Petro en Manizales casi linchen a Iván Duque y a Vargas Lleras o al que se atreva a criticarlo en redes?
L.C.: Antes de responder la pregunta, la cual me gustaría problematizar, hace falta aclarar algunas cosas.
En primer lugar, todo político o profesional que quiera que su sociedad sea más democrática y libre no puede ni subestimar ni despreciar a su pueblo. El líder encarna y articula muchas demandas populares y por eso genera lazos afectivos, lo cual no es fácil. Un buen político es lo más parecido a un artista, en el sentido de que sabe empatizar con esas fuerzas sociales que demandan una forma de racionalidad y sensibilidad distinta.
En segundo lugar, en el siglo XX se creó la dicotomía que donde hay pasiones y afectos no hay racionalidad y viceversa. El psicoanálisis nos ayuda a entender que esa dicotomía es falsa.
Incluso, los pensadores de la modernidad también nos ayudan a entender la artificialidad de creer que existe algo así como “una posición moderada y desprendida de los afectos” -si no hay afectividad o pasión no hay política-. Puede haber totalitarismo, apatía generalizada, postpolitica o desvío de las pasiones hacia fetiches como el fútbol -que me gusta mucho- o las telenovelas, pero no hay política.
En tercer lugar, lo que puede suceder es que pueblos que sistemáticamente han vivido en carne propia la violencia estructural, necesitan canalizar ese malestar de alguna manera y en Colombia esa manera ha sido históricamente la violencia cruda, la guerrilla, el paramilitarismo, el narcotráfico.
Como persona residente en Colombia, a mí me parece más preocupante que ese malestar se canalice por fuera del Estado. Ese es, a mi entender, el nudo ciego que Uribe enredó y que debe desenredarse.
Es importante un proyecto político que canalice las demandas y el malestar hacia la democratización y la institucionalidad republicana.
Lo que hay que hacer es canalizar ese malestar a través de la política y, en ese sentido, creo que Petro lo hace. Por eso hay que ser cuidadosos con las equivalencias y ejemplos rápidos.
No me gusta poner a Uribe y Petro juntos porque creo que despiertan cosas distintas, incluso me animaría a decir radicalmente opuestas.
LSA:¿Dependiendo como se canalicen no se puede generar violencia también?
L.C.: Pero la violencia ya existe en Colombia y el desafío es cómo canalizar el malestar para que deje de ser violencia, como sucede ahora, y se convierta en política, en pasiones políticas de gestión de las conflictividades. Hoy en Colombia hay enemigos a muerte y lo que necesitamos es que existan adversarios políticos -usando la expresión de Chantal Mouffe-. El conflicto es inerradicable, pero la violencia no.
Petro, al igual que Fajardo o Humberto de la Calle hacen pedagogía de los afectos. Cada uno en un grado distinto muestran el malestar y tratan, a su manera, de darle una trama histórica para explicarlo y buscar resolverlo.
Uribe, en cambio, hace demagogia de los afectos: canaliza el malestar hacia el odio a un otro que sería el supuesto responsable de mis males. Es odio entre hermanos que consolida la desigualdad estructural. Hace creer que en la eliminación de otro -las Farc, el castrochavismo, el inmigrante, etc. - estaría la solución a los problemas de los colombianos.
En el uso que hace del lenguaje el vínculo con la verdad está roto -como dice el psicoanalista Jorge Alemán-, sus discursos buscan un efecto determinado sin ningún anclaje en la realidad, confunden la trama de los sucesos e impiden pensar.
Hoy en Colombia hay enemigos a muerte y lo que necesitamos es que existan adversarios políticos -usando la expresión de Chantal Mouffe-
Luciana Cadahia
LSA:¿A qué se refiere con que impiden pensar?
L.C.: Busca generar efectos de verdad sin que haya una verdad de por medio. Se mezclan todos los hechos, no se da razones, se ofrecen declaraciones efusivas y en esas declaraciones hay amenazas soterradas que generan miedo, confusión y parálisis.
LSA: ¿El populismo de Petro no puede llevar al odio de clases?
L.C.: Lo que creo es que Petro no promueve el odio de clases sino que explicita el conflicto de clases existente. En Colombia hay conflictos de intereses, es sano explicitarlos y tratar de resolverlos por la vía institucional y democrática. A veces se confunde el hecho de nombrar un malestar o explicitar un conflicto con la idea de que eso es incitar al odio.
Parte del ejercicio de la democracia es aprender a nombrar los conflictos, asumirlos y trabajarlos. Como decía el clásico pensador liberal Alexis de Tocqueville: eso es la salud de la democracia.
LSA:Usted dice que no se deben concebir los afectos y liderazgos políticos, que son dos elementos esenciales del populismo, como obstáculos de la institucionalidad. ¿Puede el populismo de Petro devenir en autoritarismo?
L.C.: Los afectos y las instituciones pueden ir juntos. De hecho en la historia de la humanidad siempre han ido juntos. Es el lugar donde se organiza la vida en común. Otra cosa son las narrativas postpolíticas que nos hacen creer, falazmente, que van separados.
Ahora bien, creo que sería importante debatir qué se entiende por autoritarismo. Sin ir más lejos, cuando se hizo el plebiscito para la Paz lamentablemente no ganó la propuesta del Gobierno y, sin embargo, Santos no asumió los resultados, decidió continuar con la implementación de los acuerdos y esto no generó revuelo. No se oyeron voces ni a los grandes medios decir que la decisión de Santos fuera antidemocrática o autoritaria.
Solamente puedo decir, pero esto es una impresión que me atrevo a emitir dada la insistencia de hablar sobre Petro, que tuve la oportunidad de vivir aquí durante su Alcaldía y no hubo casos de presos políticos, ruptura de la institucionalidad, falta de libertad política e individual. Por eso me parece que hay que ser más cuidadosos con el uso de las palabras.
El término autoritarismo está cargado de muchas cosas y a veces se usa de manera muy vaga e imprecisa cuando sencillamente a alguien no le gusta la manera de directa de hablar de otra persona, o su propuesta. No hay que confundir mi rechazo a alguien o a un proyecto con el hecho de decir ligeramente que es autoritario.
Me parece que la ciudadanía colombiana se debe un debate serio sobre lo que se entiende por autoritarismo, de lo contrario puede usarse simplemente para descalificar a unos políticos sin llegar al fondo de la cuestión. Hacer eso no es democrático, porque la democracia exige un uso responsable de las palabras, un debate público que ayude a pensar a sus ciudadanos.
Uribe, en cambio, hace demagogia de los afectos
Luciana Cadahia
LSA:Usted ha explicado que el populismo genera institucionalidad ¿el caso de Venezuela se puede considerar en ese sentido populista?
L.C.: Dado que venimos hablando de las elecciones en Colombia no sé si tiene mucho sentido hablar de Venezuela.
Podemos nombrar a Venezuela como también podríamos nombrar a Estados Unidos, Portugal o Grecia.
No entiendo por qué se insiste en esta estrategia diseñada por Uribe, la verdad. Igualmente, debo decir que si con tu pregunta te refieres al gobierno de Venezuela, y más precisamente, intuyo que a Chávez y Maduro, ambos han tenido estilos distintos y momentos diferentes. Creo que la primera etapa de Chávez sí creaba institucionalidad populista.
A su vez tengo la ligera sospecha, pero debería estudiarlo más, que la fijación que hay en Colombia con la experiencia política de Venezuela de los últimos 20 años sólo funciona como una forma de distracción de los problemas propios que tiene Colombia.
La tendencia de hacer una fórmula como Venezuela= castrochavismo= populismo= Petro es un pastiche carente de sentido. Se parece a esa demagogia afectiva que mencionaba antes sobre la estrategia de Uribe. Es un eslogan que rompe cualquier vínculo con la verdad y no ayuda a pensar, solo incita al odio.
Foto: Adelaida Ávila