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Los líos de Hernán Moreno dejaron sin paneles solares a Tumaco

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El empresario paisa, Hernán Moreno Pérez, dueño y exrepresentante legal de la empresa de ingeniería eléctrica Furel S.A que está en el ojo del huracán por presuntamente haber sido uno de los contratistas beneficiados de coimas de contratos públicos en Armenia y San Andrés como parte de pago de sus aportes a campañas de políticos de esa región, también llegó a Tumaco este año para instalar paneles solares.

Se trata de dos millonarios contratos para suministrar e instalar paneles solares en las veredas del puerto de Santo Domingo, El Progreso, Chontal y Teherán, en la zona rural.

A diferencia de los otros contratos en Armenia y San Andrés donde está involucrado, a Tumaco no llegó por apoyar a políticos en las elecciones, sino a través de una empresa chocoana. 

Los dos contratos los ganó con la empresa distribuidora de energía en Chocó, Dispac S.A. en abril como muestran estosdocumentos pese a que Moreno fue capturado el 28 de marzo de este año en el marco del escándalo de contratación de la capital de Quindío, que hoy tiene presa a la exalcaldesa de esa ciudad, Luz Piedad Valencia.

Los contratos los hizo Dispac para ejecutar un proyecto de paneles solares para zonas no interconectadas a la red eléctrica nacional que financia el Ministerio de Minas y Energía, y que eligió a Dispac para ejecutarlo en diferentes partes del país, incluido Tumaco.

Furel, la empresa de Hernán Moreno hasta ese momento, ganó dos contratos, uno por 3.244 millones de pesos y otro por 3.119 millones. Ambos adjudicados el 24 de abril y en convocatorias donde fue el único proponente.

Los contratos se firmaron el 10 y el 15 de mayo, respectivamente, con otro representante legal que reemplazó a Moreno en Furel, Jhon Jairo Toro. 

El proyecto ya había empezado a marchar. Incluso hace tres meses funcionarios de Dispac y Furel fueron a esas veredas para tomar los datos de las 374 familias beneficiarias de los tres paneles solares por hogar, que iban a generar 750 voltios, según nos dijo el tesorero del consejo comunitario de Bajo Mira, Ricardo Montaño, que agrupa a algunas de esas veredas.

Sin embargo, Dispac canceló los contratos una vez vinieron los problemas judiciales para Moreno con la Fiscalía.

Así le dijo a La Silla Pacífico la empresa, que aseguró vía correo electrónico que aunque en el sistema de registro de contratación pública (Secop) los contratos aún aparecen como celebrados, ya no es así.

La gerencia de Dispac nos que los contratos con Furel se dieron antes del 12 de junio de 2018, cuando la Fiscalía embargó cautelarmente a Furel en el marco de las investigaciones en Quindío y San Andrés.

Sin embargo, los adjudicó cuando Moreno, dueño de Furel y su representante legal principal, ya estaba preso, y Dispac aún así determinó en este documento que eso no inhabilitaba a la empresa para seguir contratando con el Estado.

De todos modos, Dispac aseguró que luego de la intervención, no solo terminó el contrato sino que lo hizo sin girarle plata a la cuestionada empresa.

Ahora Dispac tendrá que hacer una nueva convocatoria para contratar otra empresa para llevar energía solar a la zona rural de Tumaco, que no solo sufre los azotes de la violencia, sino las carencias de servicios básicos que el Estado aún no lleva.

El tesorero del consejo comunitario de Bajo Mira le dijo a La Silla Pacífico que iba a radicar una derecho de petición a Dispac y al Ministerio de Minas porque no tienen información sobre el proyecto que, según él, ya lleva tres meses de retraso.

Una espera que podría alargarse más a cuenta de líos por presunta corrupción del empresario Moreno que llegaron al otro extremo del país.

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Las 10 cosas que están en juego con la Reforma a la Justicia

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Hace unos minutos la Comisión Primera del Senado aprobó la Reforma a la Justicia que empieza a avanzar en el Congreso y que viene de los proyectos de reforma del Gobierno, de Cambio Radical y del uribismo.

Aunque le faltan otros siete debates, lo que votó la Comisión y decenas de propuestas más que no se aprobaron pero se pueden revivir porque en la comisión acordaron dejarlas como proposiciones, marcan la cancha de lo que podría cambiar con esta reforma, si es que sale adelante.

Estos son los 10 puntos prinicpales que están en juego

1

Si la tutela se restringe

Uno de los puntos más debatidos de las tres propuestas de reforma a la justicia es que tocan la tutela para, de forma diversa y en puntos distintos, limitarla.

El Gobierno propuso limitar el plazo para presentarla, obligar a que fuera entre ciertos jueces, regular la tutela contra sentencias y exigir que solo la puedan presentar los directamente afectados, para evitar las tutelatones; Cambio coincidió en las dos últimas; y el uribismo aparentemente planteó reemplazarla por un recurso de amparo nuevo (su redacción no es clara), limitándola mucho más que Duque o Cambio.

Todo eso produjo una reacción contra las propuestas de reforma, especialmente las del gobierno y el uribismo. 

En la ponencia, aprobada ayer, opta por no modificarla.

 

 

 
2

Quién juzga a los altos funcionarios con fuero

Uno de los puntos más discutidos en las recientes reformas fallidas es quién será el juez de los funcionarios con fuero, como el presidente, los congresistas, los magistrados de altas cortes, el Fiscal y el Procurador.

El proyecto del gobierno solo aclaraba que las funciones que tiene el Congreso, que hace la parte inicial de investigación, son políticas y no judiciales - lo que hace más sencillo el trámite, mientras que el del Centro Democrático reforzaba el poder de los congresistas en el tema

Eso porque eliminaba los fueros excepto el del Presidente, a quien juzgaría el Congreso (hoy el Congreso investiga y la Corte Suprema juzga), y le da al Congreso el poder para quitarle el fuero a magistrados y congresistas, y el de permitir la detención y el llamamiento a juicio.

La ponencia propone crear un tribunal especial para los aforados, como propuso la fallida reforma de Equilibrio de Poderes del Gobierno Santos, que se dediquen únicamente a tramitar los procesos penales contra personas con fuero que le envíe el Senado.

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3

Quién maneja los más de 4 billones anuales de la Rama

Uno de los puntos que se repite en las fallidas reformas a la justicia es el cambio de la estructura administrativa de la Rama Judicial, que maneja de forma autónoma su presupuesto y que ha tenido en la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura un organismo de administración muy criticado, porque funciona como una Altas Cortes y no como una entidad administradora.

En esta ocasión el Gobierno propone eliminar la Judicatura y darle las funciones de gobierno y administración a la Comisión Interinstitucional de la Rama Judicial (donde están los presidentes de las Cortes y delegados de los funcionarios de la Rama, y que ahora se encargaría de las decisiones estratégicas), a una dirección de la Rama que tendría un consejo directivo y un gerente; y a una comisión de carrera judicial que conformará las listas de elegibles para los tribunales.

Cambio Radical dejó una propuesta más sencilla, la de reemplazar la Judicatura por una dirección administrativa que maneje una sola persona, un director que sería muy poderoso; y el uribismo propuso que haya un gerente de la rama y encima una junta directiva en la que estarían el gerente, el presidente de la única alta corte, el Fiscal, un representante de los empleados de la rama y tres independientes que propondrían decanos de derecho.

Este punto quedó en la ponencia y no se ha votado hasta ahora.

 

 
4

Si los congresistas pueden definir en qué se va la plata

La propuesta del Centro Democrático, en la lógica de la de Equilibrio de Poderes que sacó adelante el Gobierno Santos pero finalmente perdió casi toda su fuerza, propuso fortalecer el Congreso, sobre todo permitiéndole definir libremente en qué se irá una quinta parte de todo el presupuesto de inversión de la Nación, que para el 2019 serían unos 8 billones de pesos, más de lo que se necesitaría para rescatar a Electricaribe.

Eso le permitiría a los congresistas decidir sobre montos millonarios sin tener que negociarlos con el Gobierno, por encima de la mesa y de forma colectiva, lo que reduciría la necesidad de la mermelada (los cupos indicativos) pero también podría dejar en manos de las mayorías la definición de toda esa plata, lo que reforzaría su poder.

Este punto, que en la ponencia se eliminaría pero no se ha definido, curiosamente apareció en la reforma política que avanza en paralelo, en la ponencia que presentó ayer Roy Barreras.

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5

Si se cambia de un tacazo la cúpula de la justicia

Uno de los temas más sonados de las propuestas de reforma es la de Paloma Valencia y muchos otros congresistas uribistas fue la de crear un Tribunal Constitucional Supremo, que sería una única alta Corte y que tendría magistrados nuevos. Es decir, cambiaría de un golpe toda la cúpula de la Rama, lo que podría darle una visión totalmente nueva a las grandes decisiones judiciales del país.

Aunque las otras dos reformas no la retoman, la propuesta puede revivir y el presidente Duque la compartía por lo menos inicialmente en campaña.

 

 
6

Si los magistrados siguen metiéndose en la conformación de otras ramas

Los tres proyectos le quitan funciones electorales a los magistrados de las Altas Cortes, lo que busca evitar que éstos sigan contaminados por un cruce de favores y prebendas con los políticos, pero le da más poderes a éstos.

Eso porque en los tres casos propone que dejen de participar en el nombramiento del procurador (que hoy sale de una terna con un candidato propuesto por cada alta corte); en la del uribismo propone que la Sala Penal de la Corte Suprema deje de participar en la del Fiscal para que lo nombre el presidente si supera un veto en el Senado; y en las del Gobierno y Cambio Radical, que el auditor y el registrados sean elegidos por el Congreso, después de procesos meritocráticos.

En todos los casos el poder que pierden los magistrados lo ganan los congresistas, y la comisión ya aprobó que así sea para el procurador y el Auditor General.

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7

Si los jueces de carrera se quedan con la Rama

Aunque ha pasado relativamente desapercibido, una de las propuestas del Gobierno cambiaría en buena medida el equilibrio de poder en toda la Rama Judicial.

La idea es que los magistrados de las Corte Suprema y el Consejo de Estado deben haber sido jueces o magistrados, lo que aseguraba que conocerían el quehacer judicial pero rompía las relaciones que tradicionalmente han tenido esas Altas Cortes con la academia. Además, podría dejar totalmente la Rama en manos de roscas judiciales, que han ido creciendo.

La idea, que no comparten las otras propuestas, no quedó en la ponencia que está en discusión, pero el acuerdo es dejar lo que se hunda como proposición.

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8

Si sobreviven las contralorías territoriales

La ponencia aprobada ayer mantiene la eliminación de las contralorías departamentales y de los distritos y municipios grandes que propuso Cambio Radical en su proyecto.

Esa idea es un viejo reclamo que estaba entre las propuestas del entonces presidente Álvaro Uribe en su fallido referendo de 2003, y se debe a que son fortines burocráticos, muchas veces se usan para presionar a rivales políticos o hacer negocios ilegales (como contamos en el caso de Norte de Santander) y además duplican sus funciones con las gerencias departamentales de las contralorías regionales.

A pesar de eso, como no se trata directamente de un tema judicial y como además hay intereses políticos de no perderlas, no es sencillo que la propuesta salga adelante.

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9

Si la Fiscalía sigue siendo independiente

Una de las grandes propuestas del uribismo en su reforma es incluir a la Fiscalía en la Rama Ejecutiva y permitir que sea el presidente quien nombre al Fiscal General, lo que lo complementa permitiendo que el Congreso tramite una moción de censura contra él, como hoy puede hacer contra los ministros.

Ese cambio, que no fue aprobado ayer, cambiaría toda la lógica del sistema penal para hacerlo más similar al de Estados Unidos.

 

 
10

Si los carcelazos tienen plazo máximo

El proyecto de reforma del uribismo propone ponerle un techo al tiempo que una persona puede estar detenida preventivamente, una medida garantista para evitar que las personas duren años esperando un juicio en la cárcel y al final salgan absueltos, una situación que no es inusual y que no solo es injusta con ellos y sus familias sino que trae grandes demandas al Estado.

Ayer la comisión primera aprobó que ese plazo máximo sea de un año a menos de que haya otra investigación penal por otros hechos. El reto que traería es que hay casos en los que la justicia tarda mucho más de un año en llegar a una sentencia, y que habría más incentivos para que la defensa busque dilatar el proceso para así obtener la libertad de una persona encarcelada preventivamente, incluso si fue capturado en flagrancia.

 

Silla Nacional
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Los cocaleros le muestran los dientes a Duque

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Mientras el paro de los estudiantes se calienta en varias ciudades, al presidente Iván Duque se le puede abrir otro frente de movilizaciones en el campo. En Caquetá y Norte de Santander, dos de las regiones más cocaleras del país, los campesinos cultivadores de coca salieron a paro hace unos días para decirle al Gobierno, entre otras cosas, que si no dejan entrar más familias al Programa Nacional de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito, Pnis, van a paralizar las carreteras.

Esa petición es nueva y el lío es que además es una de las líneas rojas del Gobierno, pues el Presidente Duque ha dicho que solo honrará los acuerdos que ya están suscritos y su alto consejero para la estabilización, Emilio Archila, ha repetido en varios escenarios que el Pnis está desfinanciado y que incluso están haciendo una “maroma presupuestal” para cumplirles a las más de 54 mil familias a las que ya les comenzaron a pagar.

Aunque Duque también ha dicho que va “a darles alternativas productivas a las regiones” con más coca, aún no es clara esa propuesta, y en su lugar la incertidumbre está cocinando un paro cocalero que además de ser una mostrada de dientes al Gobierno, puede llegar a sitiar el país como pasó en 2013. Todo eso, sin que haya volado todavía el primer avión con glifosato, la carta de la fumigación aérea que quiere retomar el nuevo Gobierno.

La papa caliente

Hoy en Norte de Santander se acaba el plazo que se dieron cocaleros, delegados de los gobiernos locales y Ejército y Policía para suspender por ocho días la erradicación forzada de coca en el Zulia y Cúcuta.

 

Aunque esos dos municipios no hacen parte del Catatumbo, subregión en la que se concentran la mayoría de hectáreas sembradas en ese departamento, en los últimos años han tenido un crecimiento exponencial de cultivos de coca, y se convirtieron en el epicentro de la mostrada de dientes de los campesinos cocaleros de la zona.

Hace una semana miembros de la Coordinadora de Cultivadores de Coca, Amapola y Marihuana, Coccam (que es afín a la Farc) y de la Asociación Campesina del Catatumbo, Ascamcat, bloquearon la vía que conecta a Cúcuta con Tibú, y se declararon en asamblea permanente para protestar porque la Fuerza Pública llegó a las veredas de Cerro León y Cerro González en El Zulia a arrancar las matas.

El paro duró pocas horas debido a que, además de acordar con el Ejército y Policía que suspendería la erradicación por ocho días, el gobernador de Norte, William Villamizar, se comprometió a hacer acercamientos con Presidencia para lograr que más familias fueran incluidas en el Programa de Sustitución.

Eso es clave porque en ese departamento el programa solo llegó a Tibú y a una vereda de Sardinata en el Gobierno Santos, pese a que allí hay 16 municipios cocaleros.

Ese mismo argumento de meter nuevas familias al programa como condición para no convocar un gran paro regional fue el que llevaron los campesinos cocaleros de la Coccam en Caquetá cuando se sentaron con Claudia Salcedo, encargada de la Dirección de Drogas de Presidencia, que depende del alto consejero Archila.

Como contó La Silla Sur, hace dos semanas 200 campesinos de la inspección de Puerto Nuevo Zabaleta del municipio de San José de Fragua, en límites con el Cauca, bloquearon las vías de la zona y se declararon en asamblea permanente.

Allí, tal como pasó en Norte de Santander, los cocaleros también lograron que el Ejército suspendiera la erradicación por unos días.

“Hicimos un alto en el camino y les dijimos a los campesinos que vamos a revisar bien quién se acogió al Programa y quién no”, dijo a La Silla el general César Augusto Parra, comandante de la Fuerza de Tarea Júpiter, que es la que hace presencia en Caquetá.

Además de suspender la erradicación, los campesinos le dijeron al General que querían hablar con alguien del Gobierno y fue así como Claudia Salcedo viajó hasta allá para “bajarle la temperatura al tema”, como nos dijo una fuente de Presidencia.

La Silla supo que en esa reunión Salcedo se comprometió a llevarles el 15 de noviembre un diagnóstico a los campesinos sobre en qué van los pagos de cada familia y qué ha pasado con las más de 5 mil familias cocaleras que están suspendidas en el sistema de Presidencia porque, por ejemplo, al cruzar datos sus nombres no coinciden, o no han estado en el predio cuando van a verificar que sí han arrancado las matas.

De hecho, el mismo Duque viajó la semana pasada a presidir un consejo de seguridad en Caquetá y habló de la sustitución, pero para reiterar el punto del Gobierno y es que van a cumplirles solo a los que ya tienen acuerdos firmados sin incluir a nadie más.

Mientras en estas regiones ya salieron a las carreteras y mostraron la primera chispa de un eventual paro cocalero, en otras como Antioquia y Cauca no han salido pero sí están calentando motores.

En esos dos departamentos no tienen fecha para salir a la calle a protestar, pero entre las bases de la Coccam se está cocinando una manifestación, porque al igual que en Caquetá y en Norte, el Pnis va atrasado en los pagos en algunas veredas y hay soldados erradicando en otras.

En Antioquia ya doce asociaciones campesinas del Bajo Cauca, el Norte de Antioquia y Sur de Córdoba, que son casi todas de Coccam, se reunieron esta semana en Montería y hablaron del tema. Las de Cáceres, Tarazá, Anorí e Ituango se declararon en asamblea permanente.

“Las bases de nuestras organizaciones van a estar preparados para una movilización. Cuando lleguen los drones vamos a ser una sola voz en todos los municipios de la región”, le dijo a La Silla José David Hernández, coordinador de la Coccam en Antioquia.

La referencia a los drones tiene que ver con que en ese departamento en el Bajo Cauca les respira en la nuca un piloto de erradicación con glifosato de la Gobernación de Luis Pérez.

Los drones, según le dijo a La Silla la gerente del programa de erradicación de la Gobernación de Antioquia, Lina de los Ríos, comenzaron ayer a asperjar, pero no hay información sobre los sitios donde lo están haciendo porque “hay mucha gente a la que no les gustan y los pueden tumbar”.

En Cauca la tensión pasa por la unión de todos los sectores cocaleros.

Cristobal Guamanga, campesino de la Coccam, nos dijo que se volvieron a unir los pequeños cultivadores que desde el inicio estaban de acuerdo con entrar al programa de sustitución, con los grandes cultivadores que no entraron al programa porque no les parecía rentable.

“Así la pelea con el Gobierno va ser más dura, la gente va a a salir a pelear y taponar la Panamericana si es necesario”, le dijo Guamanga a La Silla.

A eso se suma que, según nos contó un funcionario del Pnis que nos pidió no citarlo, los campesinos cocaleros están llegando a las Personerías y Alcaldías locales diciendo que quieren entrar al programa de sustitución Pnis y se hacen registrar para evitar la erradicación y argumentar que el Gobierno no les cumple.

Así que a pocas horas de que se cumpla el plazo en Norte, cuando en Caquetá están a la expectativa de lo que va a suceder, y en Antioquia y Cauca están calentando motores, lo que por ahora está claro es que todos los ingredientes están servidos para que en cualquier momento estalle una movilización.

El 'stand by' del Gobierno

En el lado del Gobierno aún no hay nada concreto sobre cómo van a capotear la situación.  

No solo por las declaraciones del Presidente Duque y de Archila, sino porque La Silla confirmó que, más allá de que no hay plata para financiar la entrada de nuevas familias en el Pnis, por ahora la instrucción es revisar y diagnosticar el programa que dejó Santos montado, y hasta que no hagan eso, no van a ni a pensar en inscribir a nadie más.

El chicharrón que dejó Santos es grande porque su gobierno firmó acuerdos colectivos con 130 mil familias y de esas, 97 mil firmaron acuerdos individuales. Eso quiere decir que hay más de 30 mil familias en el limbo (porque apenas les comenzaron a pagar a 54 mil).

Pero además, esas 130 mil familias viven en 52 de los 118 municipios con coca, según cifras del Gobierno.

Eso significa que el Pnis no ha entrado ni a la mitad de los sitios donde está el problema y, según supo La Silla, dentro del Gobierno creen que pagarles 36 millones de pesos a cada familia, que es el compromiso del Pnis, es insostenible.

Por eso están pensando crear un nuevo modelo para entrar a los territorios donde no han entrado.

El problema para el Gobierno es que mientras hacen el diagnóstico y piensan en un plan B para la sustitución, los cocaleros están a punto de bloquearles las carreteras.

 

Silla Nacional
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El Contralor imputado: otro impulso para la centro izquierda cachaca

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La imputación de cargos y la medida de aseguramiento que pedirá la Fiscalía para el Contralor de Bogotá, Juan Carlos Granados, por presuntas irregularidades en contratos con los que habría favorecido a la corrupta multinacional brasilera Odebrecht cuando fue Gobernador de Boyacá, políticamente es un golpe más a los partidos tradicionales en la ciudad en un año en el que la centro izquierda les sacó ventaja en la ciudad y se fortaleció de cara a las elecciones locales del año entrante.

El Contralor está metido en el caso Odebrecht desde que en noviembre de 2017 el excontratista y testigo Federico Gaviria le dijo a la Fiscalía que Granados había recibido 200 millones de pesos de esa empresa a través de su aliado político Plinio Olano (que ya fue llamado a juicio), con el fin de financiar la campaña a la Gobernación de Boyacá en 2011.

Esa mención era lo único que lo involucraba y le hacía ruido, y desde entonces él se cuidó de salir a medios, que poco volvieron a hablar del tema.

Hasta que ayer el caso revivió con la posibilidad de que lo pongan preso. La Fiscalía anunció que el 29 de octubre le imputará concierto  para delinquir e interés indebido en la celebración de contratos, ya que, agregó, tiene suficientes pruebas de que él “estaría involucrado en posibles irregularidades en su condición de candidato a la Gobernación, además de otros hechos similares supuestamente cometidos como primer mandatario de dicho departamento”.

Nada de de eso tiene que ver con Bogotá, pero como todo ha reventado mientras ocupa su cargo como Contralor, el coletazo político de la imputación de cargos puede sentirse en la ciudad, con miras a las elecciones locales del año entrante.

El coletazo

La responsabilidad política de elegir a Granados recae sobre los partidos de centro derecha que, en su mayoría, pretenden unirse para sacar un candidato único a la Alcaldía.

Granados fue elegido en el Concejo con el voto de 35 de 45 concejales, entre los que estuvieron los nueve de Cambio Radical, los seis liberales, los seis del Centro Democrático, los cuatro de La U, los tres conservadores, el de Libres, el de Opción Ciudadana y cinco de los seis de Alianza Verde.

Esos partidos, a excepción de los verdes, se unirían para la Alcaldía en 2019, con lo que el factor Granados les puede jugar en contra ante la opinión pública, sobre todo si se tiene en cuenta que, como contamos en La Silla Cachaca, lo eligieron a pesar de que le fue mal en la prueba de conocimientos para acceder al cargo, y una vez él se posesionó, los retribuyó con burocracia.

Y de los partidos que lo eligieron, la responsabilidad mayor es para Cambio Radical, que como parte de los acuerdos que hizo la coalición mayoritaria del Concejo fue el encargado de proponer un candidato a la Contraloría para que luego fuera respaldado por las demás fuerzas. Y sugirió a Granados, un exgobernador aliado de Germán Vargas Lleras.

Por eso el golpe a Granados es otro golpe para Cambio, que, como contamos, la tiene cuesta arriba para las locales del año entrante después de obtener menos de lo que esperaba en las legislativas en Bogotá, de la debacle electoral del tan cachacho Vargas Lleras y de que al alcalde Enrique Peñalosa, al que avalaron, le haya sido imposible repuntar en las encuestas la imagen negativa que proyecta ante la gente.

Ya un concejal de Cambio, Yefer Vega, pidió la renuncia del Contralor, y se le sumaron otros que también votaron por él: Lucía Bastidas, de Alianza Verde; la liberal María Victoria Vargas, y el concejal cristiano Marco Fidel Ramírez, de Opción Ciudadana. (De los que no votaron por él le pidieron que renunciara Jorge Torres, de los verdes; Manuel Sarmiento, del Polo y Juan Carlos Flórez, de la ASI).

Lo que está por verse en los próximos días es si hay un desmarque tan grande como la coalición que lo respaldó o si, como hace un año que lo salpicaron por primera vez, sigue manteniendo el respaldo mayoritario de ese bloque político.

Se quede solo o no, la oposición ya comenzó a recordar quiénes fueron los que lo eligieron, con el fin de que los castiguen el año entrante, como lo hizo el representante a la Cámara por Bogotá David Racero, de Colombia Humana, el movimiento que lidera Gustavo Petro:

Otro revés para la derecha con la situación de Granados es que Gustavo Petro puede sacar réditos.

Desde que llegó al cargo, el Contralor y subalternos suyos fallaron en tres ocasiones contra el exalcalde por presuntas irregularidades que habría cometido como mandatario, relacionadas con la implementación del sistema de aseo y la rebaja de tarifas de Transmilenio (ésta fue suspendida).

De ahí salieron multas contra Petro por unos 300 mil millones de pesos.

Petro siempre interpretó eso como una persecución con la que el jefe político de Granados, el exvicepresidente y máximo líder de Cambio Radical, Germán Vargas Lleras, pretendía sacarlo de la campaña presidencial.

Ahora el dedo acusador lo tienen el exalcalde y sus seguidores, que ven cómo Petro pudo ser candidato y pasar a segunda vuelta, mientras Granados ha quedado expuesto ante la picota pública.

Hasta ahora el Contralor ha negado su participación en cualquier irregularidad, y el 29 de octubre será la Corte Suprema la que decida si permite que afronte el proceso judicial en libertad u ordena detenerlo.

Cualquiera sea el caso, el manto de duda ya lo puso la Fiscalía y, en plena precampaña electoral, eso tendrá sus consecuencias.

Silla Cachaca
Juan Carlos Granados Becerra

Juan Carlos Granados Becerra

Contralor de Bogotá

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En Barranquilla sí hubo conflicto (parte II)

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En los recientes ocho días, volvió a aparecer un cuerpo desmembrado en Barranquilla (el número 23 desde 2011) y también ocurrió un tiroteo en el barrio Las Américas, que dejó cinco muertos, incluyendo un agente de la Sijín.

A propósito del debate de seguridad que sigue sin abrirse del todo en la ciudadcontinúa este especial sobre la historia del conflicto en Barranquilla.

En la primera parte analizamos el paso de la guerrilla y en esta segunda el de los paramilitares y cómo éstos llegaron incluso a tener presencia en la Alcaldía.

Para entender las dinámicas del paramilitarismo en las ciudades, y especialmente en Barranquilla, hay que delimitar sus objetivos al manejo del monopolio de la coerción y la prestación de seguridad a un conjunto de actividades económicas proclives al control del crimen organizado, tales como las plazas de mercado, la extorsión a los pequeños y medianos comerciantes, el contrabando y el narcotráfico, entre otras.

En esta línea, el paramilitarismo en la ciudad de Barranquilla operó como una mafia (en el sentido clásico del concepto), es decir, como una forma superior de crimen organizado, que se basa en el cobro de un impuesto a cambio de protección a individuos u organizaciones y las actividades económicas que realizan (sean legales o ilegales) fungen como empresarios de la protección.

Es importante señalar que si bien Barranquilla no ha sido el eje sobre el que gravita el narcotráfico colombiano ni la sede de un cartel poderoso, su espacio ha sido utilizado tradicionalmente por miembros de mafias de todo el país, por su privilegiada condición de puerto marítimo y desembocadura del río Magdalena.

Precisamente, esta ubicación geográfica ha hecho de Barranquilla un punto estratégico para la exportación de droga y el ingreso de armas e insumos químicos. Esto, con un contexto social de alta tolerancia frente al contrabando y el lavado de activos provenientes del tráfico de drogas.

Según el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH (2005), la presencia de crimen organizado en la ciudad de Barranquilla no es reciente, sino que se remonta a la década de los setenta del siglo pasado, momento en el cual operaron en la ciudad grupos dedicados a la mal llamada limpieza social.

Al mismo tiempo, se conformaron organizaciones delincuenciales dedicadas al hurto, asentándose en barrios periféricos como La Chinita, El Ferry y Rebolo. Con el tiempo, los miembros de estas bandas se dedicaron entre otras cosas a actividades relacionadas con el sicariato llegando a prestar sus servicios al narcotráfico y el paramilitarismo.

El narcotráfico ha sido un elemento central de las dinámicas recientes de la violencia en Barranquilla.

Es importante señalar que en los setenta, cuando la bonanza marimbera estaba en pleno desarrollo, muchos marimberos guajiros se trasladaron a Barranquilla.

Para Sánchez Bonnet (2003), la instalación del sicariato como práctica reiterada para el cobro de cuentas o la resolución de conflictos son una evidencia de su paso por la ciudad. De esta manera,  hacia finales de los setenta e inicios de los ochenta, se fue incubando toda una tradición socio-cultural en torno al narcotráfico.

A mediados de los ochenta, se conforma el Cartel de la Costa, teniendo como centro de operaciones Barranquilla y Santa Marta.

En la segunda mitad de los noventa este cartel fue debilitado entre otros factores por el accionar de las autoridades y por la llegada a la región de nuevos agentes ilegales, principalmente representantes de los narcotraficantes del norte del Valle, que ocuparon los espacios dejados por el Cartel de la Costa, y a su lado se fortalecen los contrabandistas y narcotraficantes de La Guajira (Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH, 2012).

Hacia fines de los noventa, el control del crimen en la ciudad lo ejercía la banda de “alias Dino Meza”, que según el diario El Tiempo“era la dueña de las calles de Barranquilla, recogía por seguridad y extorsiones más de 10 millones de pesos diarios”.

En 1999 llegaron a Barranquilla los primeros hombres de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) enviados por “alias Jorge 40”, y como en ese momento, el primero arriba mencionado controlaba todas las actividades susceptibles de extorsión, “alias Yair”, el primer jefe paramilitar que operó en la ciudad, lo citó invitándolo a que se uniera a las AUC y en dicha reunión “Meza” fue asesinado.

Desde ese momento en Barranquilla y el Atlántico hicieron presencia activa dos estructuras del Bloque Norte de las AUC, más precisamente el Grupo Atlántico entre los años 2000 y 2003 y el Frente José Pablo Díaz (en adelante FJPD) entre los años 2003 y  2006.

El frente cambia de nombre en el año 2003, en honor  a José Pablo Díaz, quien fue líder de la estructura paramilitar del departamento del Atlántico entre el 2000 y 2003, año en que es asesinado en una emboscada del Frente XIX de las Farc en la troncal del Caribe, en el trayecto entre Ciénaga y Fundación.  

La importancia de Barranquilla en el despliegue de las AUC en el norte de Colombia fue evidente en la versión libre que ante la fiscal de Justicia y Paz rindió el segundo hombre de las AUC en el norte de Colombia, Rodrigo Tovar Pupo, “alias Jorge 40”, en la cual afirmó que el objetivo central de todas las acciones político-militares del Bloque Norte de las AUC era la captura de Barranquilla, ya que “meterse en el departamento del Atlántico, era una obsesión de la casa Castaño”.

Es necesario aclarar que en Barranquilla la presencia de los paramilitares no obedeció a un objetivo contrainsurgente, dado que las organizaciones guerrilleras nunca han tenido una presencia activa en la capital del departamento, sino que por el contrario, su expansión está ligada a las raíces históricas que los unen con el narcotráfico y al crimen organizado.

El proceso de expansión y consolidación del FJPD de las AUC se presenta entre 2003 y 2006 (año de su desmovilización). En este lapso de tiempo, la estructura paramilitar del departamento del Atlántico estuvo bajo el mando de Edgar Ignacio Fierro, “alias don Antonio”.

Fierro siguió la misma estrategia de control social y expansión territorial usada por las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), que consistía en ganar el apoyo de la Fuerza Pública y las instituciones del Estado, establecer alianzas con políticos locales, instalar candidatos propios en corporaciones públicas y hacer ciertas inversiones económicas con el fin de construir bases sociales.

El impacto social causado por la expansión y consolidación del FJPD en la ciudad de Barranquilla produjo un dramático aumento de la criminalidad y la violación de los derechos humanos en la capital del Atlántico, según verdadabierta.com, esta estructura paramilitar entre los años 2004 y 2006 cometió 1.664 homicidios.

Con la llegada del FJPD, el desplazamiento forzado en Barranquilla pasó de 966 personas en 1999 a 6.297 en el 2.000 y a 10.778 personas en el 2001.

Hay que resaltar que en estas cifras no se tienen en cuenta muchos homicidios cometidos por el FJPD y que fueron registrados como muertes comunes o no ligadas a la acción paramilitar.

En el caso de Barranquilla, la extorsión a comerciantes se convirtió en una práctica común.

Según verdadabierta.com, Oswaldo Calvano era el encargado del cobro del “impuesto” en el mercado público de la ciudad, del cual obtenían un aproximado de 50 millones de pesos mensuales.

Otro gremio afectado directamente por la actividad extorsiva del paramilitarismo en la ciudad de Barranquilla fue el de los tenderos, quienes durante el año 2005 pagaron 3000 millones de pesos en extorsiones .    

Imagen: El Heraldo.

Pero la mayor fuente de ingresos de esta estructura paramilitar la constituyó el monopolio que ejercieron sobre la protección, transporte, acopio y control de puntos de exportación de cocaína. El encargado de las actividades relacionadas con el narcotráfico fue Miguel Villarreal Archila, “alias Salomón”, un subintendente  retirado de la Policía.

En su versión libre, “alias Salomón” confesó que en asocio con miembros de la Policía los narcotraficantes entre los años 2003 y 2006 exportaron por los puertos del Atlántico más de 100 toneladas de cocaína. También afirmó que los paramilitares les cobraron por cada kilo un impuesto de entre 50 y 75 dólares, y que por este concepto el FJPD recaudó  más de dos millones de dólares anuales.

La revista Semana registró un hecho que dejó en evidencia la anterior información. En agosto de 2003, miembros de la Policía Nacional del departamento del Atlántico decomisaron 2 toneladas y media de cocaína que luego fueron devueltas a narcos del norte del Valle, previo pago de un soborno gestionado por el Bloque Norte de las AUC, que era el encargado de la protección y transporte de la droga.  

Fue tal la colaboración de la Policía Nacional en este departamento con el Bloque Norte de las AUC, que el diario El Tiempo en su edición digital del 4 de febrero de 2007, señaló que:

En Barranquilla empezó a decirse que la coca de los ‘paras’ se movía libremente por la ciudad. De hecho, el retiro de cinco oficiales de alto rango de la Policía Atlántico en los últimos tres años y la detención de 20 miembros de la institución están relacionados con escándalos como la devolución de tres toneladas de cocaína que habían sido descubiertas en un retén.    

Las interacciones desarrolladas por la comandancia del FJPD de las AUC y distintos agentes estatales escenifican un proceso de reconfiguración cooptada del Estado en la ciudad de Barranquilla.

Con respecto a esto, “alias Don Antonio” ha reconocido en varias declaraciones públicas que tuvo estrechos vínculos con Gabriel Turizo, quien fuera director del Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía General de la Nación en los departamentos de Atlántico y La Guajira, y dijo que le pagó 20 millones de pesos a este funcionario cuando le informó sobre varios operativos en su contra y la inminencia de su captura.

Esta información posibilitó el escape del comandante paramilitar, que asimismo confesó que, con la ayuda de funcionarios de la Registraduría Nacional, sustrajo las fichas con sus huellas dactilares y toda la información que había sobre él en esa entidad.

También contó que recibió ayuda del excongresista Pedro Peñalosa, suplente del también excongresista Jorge Luis Caballero, condenado por la Corte Suprema de Justicia a 6 años de prisión por sus vínculos con el paramilitarismo.

“Don Antonio” sostuvo que el entonces congresista Peñalosa le había prestado su vehículo blindado oficial y, además, les había entregado carnés a sus hombres para que se hicieran pasar por guardaespaldas del parlamentario.

Curiosamente, una fuerza política que tranzó con el FJPD fue el Movimiento Ciudadano, una organización de centro-izquierda, conformada por la convergencia de movimientos políticos como la Alianza Democrática M-19 y otros movimientos sociales de izquierda, que se agruparon en torno a la candidatura a la Alcaldía de Barranquilla de Bernardo Hoyos, quien también recibió el apoyo de sectores liberales como el movimiento Voluntad Popular del entonces senador Fuad Char.

La candidatura de Hoyos se construye sobre un proyecto político de tipo popular y progresista, en oposición de las tradicionales casas electorales de la ciudad (José Name y Roberto Gerlein), con un discurso populista que denunciaba la corrupción y los abusos presentes en la ciudad causados por los antes citados.

Esta nueva fuerza política popular y de izquierda, que se enfrenta a los caciques tradicionales, sale victoriosa y logra obtener en las elecciones de 1992 la Alcaldía de Barranquilla, con Bernardo Hoyos.

En esa ocasión, para la Gobernación del Atlántico sale vencedor Gustavo Bell, con un proyecto que no era el mismo del Movimiento Ciudadano, pero también enfrentaba a las maquinarias tradicionales.

Una vez terminada su Administración, Hoyos logra “traspasar” electoralmente la Alcaldía a un candidato de su mismo movimiento, Edgar George (1995-1997), y luego repite el primero en el periodo 1998-2000.

El caudal electoral del Movimiento Ciudadano se ve afectado con el triunfo de Humberto Caiaffa (2001-2003), pero logra recuperarse con la victoria de Guillermo Hoenigsberg (2004-2007), este sería el último alcalde por ese movimiento en Barranquilla.

Salvo la primera elección de Hoyos, todos las victorias electorales del Movimiento Ciudadano contaron con el respaldo de José Name y en la elección de Guillermo Hoenigsberg dieron su apoyo los Gerlein (Caicedo, 2008).

Precisamente fue durante la campaña electoral de Hoenigsberg que el FJPD logra ingresar a los espacios políticos de la ciudad.

Carlos Mario García “alias Gonzalo”, coordinador político del FJPD, ha contado públicamente que le entregó a la campaña de Hoenigsberg 2500 millones de pesos a cambio de su participación activa en la Administración. Según el propio “Gonzalo”, el FJPD llegó a proyectar que el 40 por ciento de la Alcaldía de Barranquilla sería suyo.

En esta ciudad, los intereses paramilitares se concentraron más en la captura y apropiación de las finanzas públicas que en la representación política. En este sentido, el medio usado para dicha captura fueron las concesiones, destacándose las siguientes: una suerte de concesión (en el papel no lo era, pero en la práctica sí) a Inversiones Los Ángeles, para la gestión y recaudo tributario.

Ese negocio lo entrega inicialmente Bernardo Hoyos y, posteriormente, en la Administración de Guillermo Hoenigsberg, Inversiones Los Ángeles cede la concesión a Métodos y Sistemas, constituida por intereses privados y capitales ilegales.

La Monografía político-electoral del departamento del Atlántico 1997-2007, realizada por la Misión de Observación Electoral y la Corporación Nuevo Arcoíris, sintetiza de la siguiente manera la forma como el Bloque Norte de las AUC y su FJPD intervinieron económica y políticamente la Administración Pública de Barranquilla:

- Concesión del recaudo de impuestos a privados: el alcalde de Barranquilla, Hoyos, da en concesión el recaudo de sus impuestos a Inversiones Los Ángeles Ltda., por medio del Contrato de Consultoría GP-CM-CONS-001-2000 (…). - Cesión del contrato: Inversiones Los Ángeles Ltda. cede el contrato de recaudo de impuestos a la empresa Métodos & Sistemas S.A. A finales de diciembre de 2003. - Cambio de socios del concesionario Métodos y Sistemas permitió que entraran socios y funcionarios presuntamente relacionados con “Jorge 40”. - Asesinato de socios del concesionario. Eduardo Losada (presidente de Métodos y Sistemas, y quien presuntamente había sido quien entregó los dineros para la campaña de Hoenigsberg, fue asesinado en junio de 2004. - Según confesión de “alias Don Antonio” los paramilitares obtenían del concesionario Métodos y Sistemas un aporte mensual de veinte millones de pesos para las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) (MOE- CNAI, 2008, pp. 47-49).

Después de la financiación ilícita de la campaña de Guillermo Hoenigsberg logran posteriormente afianzar sus alianzas políticas y electoral regionales; así, por medio de la coerción armada y el fraude electoral, los entonces senadores Mauricio Pimiento, Álvaro Araújo y Dieb Maloof, obtuvieron el apoyo electoral de la Administración de Hoenigsberg en Barranquilla y de la alcaldesa de Soledad Astrid Barraza (MOE-CNAI, 2008).

Precisamente, la Corte Suprema de Justicia acaba de compulsar copias a la Fiscalía General de la Nación para que investigue al exalcalde Hoenigsberg, basándose en una declaración rendida los días 1 y 2 de agosto de 2013, por el excomandante paramilitar Diego Fernando Murillo Bejarano, “alias Don Berna”, ante una comisión de fiscales delegados. En dicha declaración, este afirmó que:  

Él era alcalde de Barranquilla, él estuvo en Santa Fe de Ralito, a él lo lleva un señor al que le hicieron un atentado del que salió inválido, que le decíamos “Yuyo” (…) el objetivo era conocerlo y saber que él era una persona cercana a la Autodefensa, que tuvo el apoyo y respaldo del Bloque Norte, concretamente del señor (Rodrigo Tovar Pupo) “Jorge 40”, también para intercambiar algunos conceptos e ideas, ya que una de las labores mías en la organización […] era la parte política, y yo sé que él era cercano a la organización y tuvo el respaldo y el apoyo de “Jorge 40”.

En conclusión la presencia del paramilitarismo en la ciudad de Barranquilla no obedeció a una estrategia contrainsurgente, sino a sus estrechos vínculos con el narcotráfico y el crimen organizado.

Los objetivos del paramilitarismo en la ciudad de Barranquilla se centraron en el control del monopolio de la coerción y la prestación de seguridad a un conjunto de actividades económicas proclives al control del crimen organizado, tales como las plazas de mercado, la extorsión a los pequeños y medianos comerciantes, el contrabando y el narcotráfico, entre otras.

Esperen ‘En Barranquilla sí hubo conflicto (parte III)’

*Este texto no representa el pensamiento de la Uninorte sino el de su autor.

 

 

 

 

Referencias

Caicedo, E. (2008). Estructuras de poder político y electoral. En C. López (Coord.), Monografía político electoral del Departamento del Atlántico 1997a 2007. Bogotá: Misión de Observación Electoral, Corporación Nuevo Arcoíris, Universidad de los Andes.

Monografía político electoral del Departamento del Atlántico 1997a 2007. Bogotá: Misión de Observación Electoral, Corporación Nuevo Arcoíris, Universidad de los Andes.

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. (2005). Dinámica reciente de la violencia en Barranquilla. Bogotá: Vicepresidencia de la República de Colombia.

Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y DIH. (2012). Diagnóstico de la situación de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario del Departamento del Atlántico 2000-I semestre de 2011. Bogotá: Vicepresidencia de la República de Colombia.

Sala de Justicia y Paz del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá (2011) Magistrada Ponente: Léster María González Romero. Radicación: 110016000253-200681366. Postulado: Edgar Ignacio Fierro Flores.

Sánchez Bonnet, L. (2003). Barranquilla: Un espacio para la sospecha. En: L. Sánchez Bonnet, L. (Comp.). Barranquilla: Lecturas Urbanas. Barranquilla: Editorial Mejoras.

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Archila quiere estabilizar su poder en la implementación

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Ayer La Silla conoció el borrador de la política que el alto consejero para la estabilización, Emilio Archila, está planteando para que el gobierno de Iván Duque aterrice el Acuerdo de La Habana.

Archila nos dijo que “es un muy borrador” y en Presidencia nos dijeron que es un “documento interno que sigue en construcción”; sin embargo, es clave porque plantea la visión del funcionario encargado de llevar el timón de la implementación del Acuerdo.

El documento, que es mitad un diagnóstico y mitad políticas, mantiene la mayoría de puntos estructurales que dejó el Gobierno Santos, como las zonas priorizadas, la discusión de la inversión con sus habitantes, el grueso del programa de sustitución, los proyectos productivos para los ex combatientes y buena parte del modelo para llevar el Estado a las zonas más golpeadas por la guerra.

Pero también señala los problemas que ha habido al aterrizarlos y propone, para superarlos, rebarajar el poder y centralizar las funciones más trascendentales en la Alta Consejería. Si esa visión llegara a primar, Archila tendría mucho más protagonismo del que tiene hoy, algo que podría ayudar a mejorar la coordinación de todas las entidades que tienen que aterrizar el Acuerdo.

Eso se nota en estas cuatro líneas de su propuesta:

 

1

Tendría más entidades a su sombra

Archila busca que haya más coordinación entre las agencias que creó el Gobierno Santos para aterrizar el Acuerdo y todos los ministerios que tienen responsabilidades en la implementación.

Para las entidades del Acuerdo, propone unificar los consejos directivos de la Agencia de Renovación del Territorio, ART (encargada de aterrizar los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial, Pdet), la Agencia de Desarrollo Rural, ADR y la Agencia Nacional de Tierras, ANT, en un solo consejo. Hoy la Alta Consejería no está en los de la ADR y la ANT.

Adempas, propone que si el presidente Duque designa Agentes Especiales del Territorio para que impulsen los Pdet, actúen “bajo las directivas del Alto Consejero”.

 
2

Repotenciaría la Alta Consejería y su liderazgo

Como habíamos anticipado, el cargo que antes ocupaba Rafael Pardo y ahora Archila, ya no se va a llamar ‘Alta Consejería para el Posconflicto’ sino ‘Alta Consejería para la Estabilización’.

Archila propone bajo su cargo al director del Fondo Colombia en Paz, que hoy depende de un consejo directivo que nombra el Presidente y no del Alto Consejero; y reforzar su equipo con un gerente especial para el Catatumbo, la subregión de Norte de Santander que es epicentro de la coca y de la guerra entre el ELN y el EPL, y cuatro para los 16 Pdet, que hoy no dependen del Alto Consejero sino de la ART.

Todo eso le da más poder, además de que haría otros ajustes para mejorar el funcionamiento de la Alta Consejería como reemplazar dos de las cuatro direcciones de la Alta Consejería que dirigía Pardo (Posconflicto y Acción Integral contra Minas Antipersonal) por una nueva de Gestión de la Implementación, lo que muestra por un lado que el Gobierno quiere borrar de su narrativa la palabra “posconflicto” y que el desminado ya no será tan prioritario como para que tenga una dirección aparte.

 
3

Estaría a la cabeza de la gestión y ejecución de los recursos

La Alta Consejería se mantendría al frente de la coordinación de los recursos que lleguen por cooperación internacional para evitar que haya acciones atomizadas que “le resten al proceso de estabilización”, lo que le quita funciones a la Agencia Presidencial de Cooperación.

Encima, al tener al gerente del Fondo Colombia en Paz, el Alto Consejero sería el jefe de quien maneja todos los recursos para el posconflicto, que suman $129,5 billones para los próximos 15 años, es decir, el doble del presupuesto anual de Medellín o la mitad del de Bogotá, que hoy dependen del Secretario General de Presidencia.

Además, plantea que todos los recursos destinados a financiar el Acuerdo deberán quedar identificados en el Presupuesto General de la Nación, y propone que la Alta Consejería y la ART asesore a los municipios priorizados en el posconflicto para agilizar los trámites para financiar proyectos del posconflicto con regalías.

Eso es clave porque asesorando a los municipios podría opinar o tener injerencia sobre las obras que se van a jalonar relacionadas con el aterrizaje del Acuerdo.

 
4

Tendría más protagonismo para definir la seguridad de los excombatientes

Archila propone que la política de seguridad de los excombatientes, que manejaba la Consejería de Seguridad, entre “en la órbita de gestión de la Alta Consejería para el Posconflicto como responsable de la política de estabilización”. Eso le pondría un chicharrón grande, aunque también le daría más poder.

De hecho Archila ya es el delegado presidencial en la Mesa Técnica de Seguridad y Protección que se encarga, entre otras cosas, de diseñar las acciones de protección para los ex combatientes y hacerle seguimiento al plan estratégico de seguridad y protección.

En ella se sientan, además de él, el director de la Unidad Nacional de Protección, UNP, el Subdirector de la Subdirección Especializada de Seguridad y Protección de la UNP, el director de Derechos Humanos del ministerio del Interior y cinco delegados de la Farc.

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El operativo fotográfico de Fico y Duque

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Aunque se cumplía el aniversario de la Operación Orión en Medellín, el presidente Duque estuvo demasiado ocupado recorriendo la ciudad con el alcalde, clausurando ollas y vociferando que "el que la hace la paga", para recordarlo. En la Mesa de Centro, el audaz operativo fotográfico de Iván Duque y Federico Gutiérrez.

Dirige y presenta Carlos Cortés. 

 

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Opinión

“Aumentar penas o imponer cadena perpetua es un placebo político”.

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Este sábado, el senador Álvaro Uribe, entre otros, está liderando una marcha en defensa de los niños con el #EsteSábadoPorLosNiños , que forma parte de la campaña para sacar adelante el proyecto de reforma constitucional para permitir cadena perpetua contra violadores de niños.

Varios expertos han dicho que esa medida no es viable, sobre todo, por razones jurídicas, pues contraría el Pacto de Derechos Civiles y Políticos que hace parte de la Constitución del 91.

La Silla Académica revisó el trabajo investigativo de Marcela Gutiérrez y Norberto Hernández, profesores de la Universidad Externado y de la Universidad Javeriana, respectivamente, sobre la cárcel como institución.

En el caso de Gutiérrez, su investigación ha incluido trabajo de campo en la Picota y en la Modelo, por lo que conoce de cerca la realidad, algunas de sus publicaciones son“Política Criminal y Prevención” y “Política Criminal y Libertad”. Hernández, es el autor de “El discurso protector de las víctimas menores de edad. Populismo punitivo en España y Colombia”, de “El fracaso de la resocialización en Colombia” y del "Derecho Penal de La Cárcel", y está a punto de publicar un artículo académico en coautoría con Alexa Rodríguez, psicóloga de la universidad del Bosque, sobre delitos sexuales y política criminal.

Estas son diez razones por las cuales, de acuerdo con el trabajo de estos dos académicos, y más allá de la constitucionalidad o no de la cadena perpetua, la idea de creer que aumentar el castigo es la solución -también entendido como populismo punitivo- no es sólo retórica, sino que representa un verdadero problema social.

1 La cárcel no satisface ni a las víctimas, ni al victimario ni a la sociedad

Norberto Hernández
“Las víctimas deben tener un papel preponderante en el proceso penal. Es importante devolverles el conflicto a ellas, para que puedan decidir cuál es la solución que más las satisface. En el caso de los delitos contra el patrimonio económico, como la estafa, por ejemplo, las víctimas muchas veces prefieren que les devuelvan el dinero a que la persona vaya a la cárcel y se le pague una multa al Estado. Lo mismo pasa, por ejemplo, con algunas víctimas del conflicto armado. Más que la pena de cárcel, quieren saber dónde están los restos de sus seres queridos o, quieren que los victimarios les ofrezcan perdón, más aún sabiendo que en un sistema carcelario como el colombiano la pena no va a resocializar a la persona, por el contrario, muy probablemente lo va a convertir en un reincidente ante la falta de oportunidades educativas y laborales que tienen las personas que preponderantemente van a la cárcel.”
Marcela Gutiérrez
“Con la cárcel nadie queda satisfecho. Esta institución es producto de un movimiento político e ideológico de venganza y castigo, electoral, si se quiere, porque es populista, que no tiene en cuenta los derechos ni de la víctima, ni del victimario ni de la sociedad misma dada la reincidencia. El impacto negativo a nivel de la familia del que cometió el delito también es muy grande. La cárcel debe ser la última ratio y además de garantizar la dignidad de las personas recluidas, debe procurar que éstas tengan contacto con la sociedad. Es incomprensible cómo la gente se puede socializar en una institución cerrada al mundo.”

 

2 La cadena perpetua no va a persuadir a otros de no cometer delitos

Norberto Hernández
“El aumento de penas o la cadena perpetua quizá son útiles para personas que normalmente no cometen delitos porque les refuerza la decisión de no hacerlo dado todo lo que tienen en juego, un trabajo, un ingreso económico importante, una posición social, etc. Para las personas que adoptan la delincuencia como su modo de vida, no les importa. El aumento de la pena no implica el aumento del riesgo de ser capturados. Lo que realmente importa ahí es la efectividad del sistema judicial.

 

La gravedad de la pena no es un criterio útil para efectos de desincentivar el delito. Tanto la idea de la cadena perpetua como la castración química lo que muestran es una alta influencia del sistema estadounidense.

 

Lo que muestran las cifras es que con el aumento de penas desde 2009, el número de personas presas también ha ido en aumento:

3 “La cadena perpetua sólo agravaría el problema”.

Norberto Hernández
“La cadena perpetua tiene un efecto devastador y es que es una muerte en vida porque acaba con la esperanza de la persona, que es lo que la motiva a tener un buen comportamiento en la cárcel. En este caso ya no tienen nada que perder ni que ganar. Lo que se vendría es un hacinamiento carcelario aún mayor y eso, probablemente, va a repercutir en que la situación de orden al interior de las cárceles empeore y se traduzca, por ejemplo, en más motines. También pueden aumentar las tasas de suicidios y muertes violentas intramurales lo que va a hacer que el Estado sea responsable por fallas en el servicio y vaya a tener que indemnizar a las víctimas con impuestos de los colombianos.”
Marcela Gutiérrez
“En las condiciones actuales, las personas privadas de la libertad no tienen posibilidad de resocializarse. Entran y salen y eso significa un fracaso del sistema.”

 

 

Los reincidentes se conocen en las cárceles como “seres copados". Son personas a las que no les importa seguir cometiendo delitos. En el caso de la cadena perpetua eso seróa todavía más grave. Hay una cifra oscura -porque no se conoce- de la criminalidad intramural. Los condenados a cadena perpetua serían esas personas que van a seguir delinquiendo en la cárcel lo cual va a hacer aún más difícil la resocialización de las demás personas recluidas. El Estado lo que va a hacer es cerrar la cortina ante la incapacidad de ir al fondo de los problemas.”

 

4 La cadena perpetua es una forma de ganar votos aprovechando la desinformación

Marcela Gutiérrez
“El aumento de penas por parte del Congreso no responde a un trabajo empírico ni a una evaluación del impacto que puede generar, sino a la reacción a un escándalo. Aunque en la en la exposición de motivos se argumenta, que se hace por prevención, lo cierto es que los hechos se siguen dando.”
Norberto Hernández
“Lo que hacen algunos políticos al proponer medidas como la cadena perpetua es generar tranquilidad en la sociedad con la falsa idea de que se está haciendo algo por los niños y niñas, a cambio de votos. Ese fue el caso de la segunda senadora más votada en 2010, Gilma Jiménez. La promesa de aumentar penas o poner cadena perpetua es un placebo político.

 

Un estudio que se hizo en la universidad de Girona, replicado después en la universidad Eafit probó con encuestas aplicadas a estudiantes, que después de una actividad de pedagogía sobre penas alternativas a la cárcel y su efectividad en materia de no reincidencia, el 90 por ciento o más de los encuestados modificó su idea de que la ausencia de cárcel es igual a impunidad. Las actitudes punitivas que tienen los ciudadanos son por falta de información.”.

 

5 El delito sexual no es un problema individual, es un problema social

Noberto Hernández
“Lo que hemos encontrado es que los abusadores sexuales en algunos casos son personas que han sido abusadas anteriormente. Este es el caso de Garavito, por ejemplo. Es decir, se replica la afectación.

 

Esto está relacionado también con la pobreza. En algunos hogares, padres e hijos tienen que compartir la misma cama o espacio para dormir, y los padres terminan teniendo relaciones sexuales con sus hijos o teniendo relaciones sexuales en presencia de sus hijos. Asimismo, las condiciones de pobreza facilitan que haya este tipo de delitos pues en los barrios pobres hay muchos lotes vacíos, por donde a los niños les toca muchas veces caminar solos de camino al colegio, por ejemplo, y el riesgo de que sean interceptados es mayor. Esa probabilidad es menor para quienes viven en un conjunto cerrado.

 

Los delincuentes sexuales, generalmente, hacen parte del núcleo familiar de la víctima. La mayoría de adultos mayores que están en las cárceles lo están por delitos sexuales, y eso lo explica la curva del delito, porque en esa etapa de la vida ya no tienen mucho que perder.

 

Las carencias afectivas también explican este fenómeno. El Estado no protege la familia realmente, por lo que en Colombia fallan los “controles primarios” consistentes en los valores inculcados en la familia y en la escuela ”.

 

Marcela Gutiérrez
“La mayoría de los delincuentes sexuales que están en la cárcel son población vulnerable.

 

En lo que respecta a la cadena perpetua hay que ver cuáles son los factores. La violación de niños ¿Es un problema del individuo, de la familia o de la sociedad? Porque eso señala dónde hay que trabajar. Hay un problema de desarmonización social. La delincuencia sexual no es un problema eminentemente individual sino social. El trabajo empírico muestra que el control social punitivo se ejerce sobre personas con capacidades sociales débiles y en estado de vulnerabilidad, principalmente.“Ante este panorama de desigualdad, el Estado, a través del poder punitivo, selecciona a ciertos grupos vulnerados, sin tener en cuenta las situaciones sociales inequitativas o las capacidades ciudadanas” (Nussbaum, 2012a)”.

 

6 La incapacidad de resocialización de los delincuentes sexuales es un mito

Norberto Hernández
“Es un mito que los delincuentes sexuales no son susceptibles de resocialización. Tratamientos psicológicos de tipo cognitivo-conductual han probado tener buenos efectos, con niveles de reincidencia sólo de un cinco por ciento.

 

Si se trata de un problema psicológico o psiquiátrico que le impide a la persona autodeterminarse, la cárcel no tiene nada que hacer ahí y la medida debe ser.”.

 

7 El riesgo de que el sistema judicial falle es alto

Marcela Gutiérrez
“¿Cómo se construye la verdad penal? Las garantías procesales no siempre se cumplen. El sistema de administración de justicia penal es selectivo. El principio de la presunción de inocencia y el “in dubio pro reo” (cuando haya dudas se resuelven a favor del acusado) sólo opera para ciertos grupos y para ciertos delitos.

 

Cuando hay estigmas para ciertos delitos como los sexuales, que recaen en los hombres, las pruebas reinas resultan muy problemáticas. Los medios de comunicación, el legislador, los jueces, a veces, no escuchan, no ven la realidad de las personas y menos cuando hay estereotipos.

 

Si esto es así, sería muy peligroso establecer medidas más severas como la cadena perpetua. Hay expedientes muy pequeños, que claramente demuestran que no hubo defensa, y no son necesariamente casos de capturas en flagrancia.

 

Hoy la moda es allanarse a cargos, la práctica de pruebas está privatizada y depende de los recursos con que cuente el acusado”.
Norberto Hernández
“En Colombia hay una tendencia al mayor encarcelamiento. Se diferencia del caso norteamericano, donde la mayoría de la población que está recluida es afro e inmigrante, aquí no sucede eso, pero sí pasa que la mayoría de gente que va a la cárcel son personas de escasos recursos. Según estadísticas del Inpec, la población carcelaria de Colombia son personas de estratos uno y dos mayoritariamente. La delincuencia de estrato seis, de cuello blanco, es reducida. Las principales causas son homicidio y hurto, en muchos casos, precisamente, por la falta de oportunidades. ”.

 

Marcela Gutiérrez
“Un buen ejemplo de esto es el delito de inasistencia alimentaria. Las personas que van a la cárcel, es porque realmente no tenían la plata y no van a cumplir con la obligación porque estén privados de la libertad, eso sólo agrava el problema”.

 

8 La construcción de sociedad no puede hacerse a punta de crear delitos

Marcela Gutiérrez
“La política criminal en Colombia se sigue construyendo en clave represiva a través de la judicialización y prisionalización de los conflictos. Una sociedad que se construye a través del derecho penal, que no es un derecho pacífico, genera muchos problemas sociales.

 

Los aumentos punitivos lo que hacen es aumentar el problema social de violencia. Pues los legisladores crean delitos y crean delincuentes. En otros países donde la construcción social no es delictiva, hay menos delincuentes. Por ejemplo, la eutanasia puede ser un delito o un acto de amor: ‘Te quiero tanto que te voy a ayudar a morir’.

 

Colombia no puede ser un Estado Social de Derecho y al mismo tiempo argumentar que para manejar las violencias hay que ser violentos. No podemos seguir reaccionando a hechos lamentables con más hechos lamentables como lo es la situación en que se encuentran las personas privadas de la libertad. Eso es la ley del talión. Un Estado debe satisfacer los derechos de las victimas y de la sociedad”.

 

9 Los recursos públicos deberían destinarse a políticas para mejorar la calidad de vida de los niños y niñas

Norberto Hernández
“Pese a las condiciones precarias que hay en las cárceles, el costo de vida una persona privada de la libertad es muy alto, aproximadamente, un millón doscientos mil pesos mensuales. Si el Estado lo debe mantener de por vida, la pregunta que deberíamos hacernos es cómo podrían invertirse de manera más efectiva esos recursos para lograr la protección de los menores de edad, que es el objetivo”.

10 Si el Estado no puede lo más no puede lo menos

Norberto Hernández
“En la primera página de “Vigilar y Castigar” Michel Foucault muestra cómo desmembran una persona con cuatro caballos. Ya no lo mostramos así en público porque nos da cierta pudor. Pero este tipo de castigo cruel e inhumano no es cosa del pasado. Se ‘deposita’ en las cárceles a los delincuentes en las peores condiciones, el objetivo de humanización no se ha logrado. Si el sistema colombiano no puede ni siquiera administrar penas menores, cómo va responder frente a la una severa como la cadena perpetua.”.

 

Silla Académica

Con su presupuesto, Duque continúa con la línea de Santos

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Obras son amores, dice el dicho, y para las obras se necesita plata. Por eso, la distribución que definió el Gobierno del presupuesto para 2019, que aprobó el Congreso el miércoles, dice mucho sobre dónde están los amores del Iván Duque.

Más allá de los datos ya conocidos - que es 10,9 por ciento más grande que el de este año o que los sectores que recibirán más dinero son educación, con el 16 por ciento de la torta; defensa, con 12,9; y salud con 12,4 por ciento -, el Gobierno mostró claramente sus prioridades. Arrancó a trabajar con un anteproyecto que dejó el Gobierno Santos antes de salir, y aunque Carrasquilla decidió no modificar el monto total de 258,9 billones de pesos (dejó pasar, hace meses, la ocasión para hacerlo), sí podía cambiar la distribución de ese dinero.

La torta en general no es muy distinta a la de los presupuestos aprobados en los últimos cuatro años durante el Gobierno Santos. Como en aquellos, en este presupuesto se mantuvo la tendencia de crecimiento en el sector de educación y la tendencia a mantener el presupuesto de defensa más o menos en el mismo nivel (aunque el Gobierno de Duque le aumentó la plata que estaba en el proyecto inicial para Defensa).

 

En el Congreso el Ministro Carrasquilla fue enfático en que este presupuesto era particularmente complicado porque tuvieron que trabajar sobre la base que les dejó el Gobierno anterior, lo que dificulta la tarea de plasmar la visión de la nueva administración en el gasto público. Y porque el presupuesto colombiano tiene una serie de inflexibilidades, es decir partidas que no se pueden modificar, como por ejemplo el pago de pensiones.

Esto es cierto, pero, aplazando el pago de 14 billones de deuda que estaban programados para pagar el próximo año el Gobierno logró sumarle plata al presupuesto de inversión, es decir la plata que se destina a nuevas obras y proyectos (como implementación de nuevas tecnologías, mejoramiento de infraestructura, subsidios) aumentó en 20 por ciento frente al año pasado.

Esto quiere decir que a pesar de las quejas del Gobierno de haber recibido un presupuesto desfinanciado, al final lograron tener más plata para inversión que la administración anterior. Y mucha más de la que había quedado en la primera versión de presupuesto presentada por el exministro Mauricio Cárdenas.

Esto sin embargo, obliga a que pasen una ley de financiamiento (que es básicamente una tributaria) que debe conseguir 14 billones de pesos para cubrir el hueco de la deuda que quedó pendiente y que no se puede dejar de pagar, porque la ley lo prohíbe, además porque tendría consecuencias muy negativas en los mercados financieros que podían dejar de confiar en la seriedad fiscal del país.

Al revisar esos ajustes en cada una de las 159 partidas, se ve más continuidad que ruptura con las prioridades de Santos, algo que el Plan Nacional de Desarrollo que está a punto de presentar podría corroborar o poner en duda.

Estos son los cuatro grandes cambios que muestran esa continuidad.

 
1

Más plata para lo social o “de la equidad”

El título del Plan Nacional de Desarrollo será “Un pacto por Colombia, un pacto por la equidad”. Ese énfasis en la palabra "equidad", que puede ser la cuota inicial de un discurso que explique para dónde va el Gobierno, se nota en que las entidades que más plata ganaron son las relacionadas con temas sociales y educativos.

El de mayor aumento fue el Ministerio de Salud, con 6,8 billones de pesos más. Esto le permitirá al Ministro de Salud Juan Pablo Uribe contar con 31 billones de pesos, 32,6 por ciento más plata que su antecesor.

La segunda entidad a la que más plata le adicionaron fue al Ministerio de Educación. En medio de las marchas de la semana pasada el presidente Duque anunció que añadirían 500.000 millones de pesos al presupuesto de educación, de los cuales 55 mil millones son para gastos de funcionamiento de las universidades. Pero en total en el tránsito del proyecto en el Congreso le añadieron 5 billones de pesos, con lo que aumentará el 10,6 por ciento frente al año pasado.

A Minas y Energía le añadieron 2,4 billones de pesos, que casi triplicaron el presupuesto frente al proyecto inicial. Aunque eso no suena muy social, como contamos en La Silla, buena parte de estos recursos van para financiar los subsidios de energía y gas a los hogares, un gasto social que suele ser usado como bandera política por congresistas, especialmente de la bancada Caribe.

Otras entidades que también tuvieron aumentos considerables en el presupuesto fueron el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, al que le sumaron 1,8 billones de pesos, y el Instituto Nacional de Vías, que aumentó su presupuesto en 1,4 billones de pesos, particularmente para proyectos de vías terciarias, las que conectan las veredas con vías más grandes o cascos urbanos, y el Departamento Administrativo para la Prosperidad Social que ganó en la discusión 777.147 millones de pesos.

Todos esos aumentos le dan un sustento a la nueva bandera del Gobierno, que es la equidad.

 

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Hubo más plata para el posconflicto, aunque tenga otro nombre

Las tres entidades creadas para aterrizar el Acuerdo con las Farc para el agro salieron con más plata de la que había propuesto Santos.

La Agencia Nacional de Tierras, que se encarga de saber quién tiene y cómo usa la tierra, de legalizar las tierras ocupadas sin papeles sólidos, y de entregarle tierra a los campesinos que no tienen. Durante el trámite del presupuesto en el Congreso recibió 195.556 millones de pesos más, con lo que duplicó su presupuesto y terminó con 19,7 por ciento más pesos que este año, en lugar de tener menos plata como proyectó Santos.

También se duplicó el presupuesto de la Agencia de Desarrollo Rural, encargada de que haya bienes públicos rurales que ayuden al desarrollo del agro (como distritos de riego, asesitencia técnica o subsidios para semillas); y el de la Agencia de Renovación del Territorio, encargada de manejar los planes de desarrollo con enfoque territorial (que creó el Acuerdo para invertir y darle un empujón a las zonas más afectadas por el conflicto), aumentó un 67 por ciento.

Otras entidades relacionadas con el manejo del conflicto también tuvieron alzas en el presupuesto.

Para la Unidad de Protección de Víctimas creció el 34 por ciento y el del Centro de Memoria Histórica subió el 14 por ciento.

Sin embargo a la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas, que tienen un rol clave en el posconflicto, le redujeron el 81,5 por ciento de los recursos y quedó con un presupuesto de 33.332 millones de pesos.

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Algo de plata para lo naranja, menos para tecnología

La economía naranja es una de las banderas más propias del Gobierno Duque, sin embargo, no quedó con mucho presupuesto.

Los ministerios que tienen que ver con las industrias creativas son el de Comercio, el de Cultura y el de TIC, que no suman ni el uno por ciento del presupuesto. 

Los dos primeros lograron aumentos durante la discusión del presupuesto.

Comercio, encargado de apoyar el financiamiento y la formalización empresarial de compañías del sector naranja, obtuvo 96.115 millones de pesos, un 20,4 por ciento más de lo propuesto por Santos y un 14 por ciento más de lo que tiene este año; Cultura, encargado de liderar la política de las industrias culturales y creativas, obtuvo 84.726 millones de pesos más y quedó con recursos por 355.000 millones de pesos.

En contraste, el sector de Ciencia y Tecnología .salió perdiendo. Aunque al Ministerio de las TIC le añadieron 826 millones de pesos, un aumento de 1 por ciento, las entidades a su cargo perdieron presupuesto: la Agencia Nacional del Espectro, la Autoridad Nacional de Televisión y Computadores para Educar, tuvieron caídas de 10, 45 y 68 por ciento, respectivamente.

El bajo presupuesto de las entidades de lo naranja le pondrán un reto al Gobierno de conseguir financiación para cumplir su promesa de convertir a este sector en el nuevo jalonador de la economía del país.

 
 
Iván Duque Márquez

Iván Duque Márquez

Presidente de la República de Colombia

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¿Qué viene para el aborto en Colombia?

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Los #ViernesEnLaSilla es la reunión con expertos que hacemos todas las semanas para invitar a nuestros SúperAmigos. Aporta y haz parte de nuestra comunidad con criterio.

Hablamos con Ana María Méndez, Abogada de Incidencia de la Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres; y, Jorge Caro, Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Antonio Nariño, sobre cómo interpretar la decisión de la Corte Constitucional de no modificar los límites actuales del Aborto.

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Aún podemos evitar la debacle planetaria

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*Esta columna es una creación colectiva del equipo de Transforma. Participaron como co-autores: Carolina Urrutia, Isabel Cavelier, Juan José Guzmán, Lina Puerto, Mariana Loboguerrero y Martin Ramírez.

Debemos actuar mucho más rápido si queremos evitar una debacle. Es lo que concluyó el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) en elreporte especial que publicó el pasado 8 de octubre en respuesta a la solicitud de los gobiernos signatarios del Acuerdo de París a la comunidad científica.  

El reporte contrasta los impactos de un calentamiento global de 1,5 °C frente a uno de 2 °C, revela posibles trayectorias para limitar el calentamiento a 1,5 °C, y proporciona opciones para fortalecer la respuesta global al cambio climático.

Los mensajes centrales son dos: por un lado, aún podemos evitar una catástrofe de proporciones planetarias y evitar un aumento superior a 1,5 °C. Por otro, es absolutamente urgente escalar exponencialmente las medidas para lograrlo. El planeta ya se calentó cerca de 1°C, reporta el IPCC.

Por eso, en este momento todo es cuestión tiempo y aceleración: necesitamos multiplicar la velocidad de la transformación, a todo nivel: individual, local, nacional e internacional.

Para Colombia la situación es crítica, en dos sentidos: como país particularmente vulnerable a los impactos del fenómeno, debemos aumentar los esfuerzos para adaptarnos. Y como economía en crecimiento, debemos profundizar significativamente las medidas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

En el marco del Acuerdo de París, Colombia se comprometió en su Contribución Nacionalmente Determinada (NDC por sus siglas en ingles) a reducir unilateral e incondicionalmente sus emisiones de GEI en un 20 por ciento con respecto a las emisiones proyectadas para el año 2030. Este compromiso puede aumentar hasta una reducción del 30 por ciento sujeto a la provisión de apoyo internacional.

Según el reporte de “The New Climate Institute” de 2017, Colombia está entre los países con altas posibilidades de alcanzar su propia meta. Para ello, sin embargo, el principal reto es el aumento de la deforestación. La pérdida de bosque es el problema ambiental más grave que enfrenta el país en este momento. Tan sólo en 2017, cerca de 220.000 hectáreas de bosque fueron deforestadas, un aumento del 23 por ciento con respecto a 2016.

Dentro de las causas que se le atribuyen a este fenómeno está el acaparamiento de tierras en zonas asociadas con el conflicto armado. En este contexto Colombia debe fortalecer sus esfuerzos y ajustar sus compromisos para frenar la deforestación, teniendo en cuenta no sólo sus consecuencias sobre el cambio climático, sino sus implicaciones en la configuración de nuevas estructuras de poder en el territorio. Es la medida de adaptación y de reducción de emisiones más urgente de todas.

Otro aspecto que requiere atención dentro del proceso de revisión de la NDC de Colombia es el incremento de las emisiones de GEI que provienen de la producción y el consumo de energía y que representan el 43,6 por ciento del total. El impuesto al carbono es una de las medidas que el país ha adoptado para contrarrestar esta situación y avanzar en el cumplimiento de su compromiso.

Actualmente el impuesto al carbono excluye el carbón de los combustibles fósiles gravados, tanto para consumo interno, como para exportación. No obstante, el carbón es uno de los combustibles fósiles que más contribuyen a las emisiones de GEI y de otros contaminantes de gran impacto para la calidad del aire y afectaciones a la salud humana.

Si bien la participación del carbón en la generación de energía eléctrica es mucho menor que la del agua, el incremento en la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos ha puesto presiones sobre el suministro de agua en los últimos años. Las preocupaciones por la seguridad energética de Colombia han incentivado una mayor participación de combustibles fósiles en la matriz, tales como el gas natural y el carbón. Por ejemplo, en el período entre 2011 y 2013, la generación eléctrica con carbón ascendió de 3 a 9 por ciento. 

Ampliar la base gravable para incluir el consumo interno de carbón incrementaría el potencial de recaudo del impuesto y enviaría una señal de mercado inequívoca hacia la implementación de tecnologías energéticas eficientes y renovables, además de estar en línea con el llamado del reporte especial del IPCC para fortalecer la ambición climática a nivel global.

Colombia es el país con la novena reserva de carbón más grande del mundo y el cuarto exportador a nivel mundial. Sin embargo, los mayores importadores de carbón colombiano ya se han comprometido a eliminar progresivamente el carbón de su capacidad de generación eléctrica y reemplazarla mediante recursos renovables entre 2030 y 2050.

Por otro lado, por lo menos 80 por ciento de las reservas globales de carbón deben permanecer bajo el suelo para prevenir niveles peligrosos de cambio climático. Colombia no sólo debe desincentivar el consumo interno de carbón, sino que también necesita prever la disminución paulatina de su extracción por medio de una transición justa que tenga en cuenta las necesidades locales.

Colombia ya ha sido líder en las negociaciones internacionales de cambio climático. Ahora tiene el potencial de convertirse en un caso emblemático de una economía emergente capaz de hacer la transición hacia un futuro bajo en carbono. La oportunidad que ofrece para Colombia la coyuntura de formulación del Plan Nacional de Desarrollo y la participación en la próxima Conferencia de las Partes (COP24) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Polonia debe aprovecharse. Ojalá el nuevo gobierno sepa hacerlo.  

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El retrato del diálogo de Duque

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El gobierno ha querido transmitir la imagen de ser un “gobierno dialogante”. El Presidente va a los congresos empresariales, hace talleres construyendo país y reuniones de “diálogo social”. En la práctica el resultado ha sido una especie de estado corporativo que se pone al servicio del que tiene capacidad de lobby y de presión.

El primer mal síntoma es la manera como se define la agenda del Presidente y se escogen sus interlocutores. ¿A cuáles eventos asiste y a cuáles no? La mayor tensión de las últimas semanas se ha dado alrededor del financiamiento de la educación superior y aunque el Presidente ha anunciado un “pacto” no se ha reunido con líderes estudiantes y ni siquiera lo ha hecho con rectores de las universidades. Ha hecho anuncios unilaterales que no dejan satisfecho a nadie.

El Presidente y sus ministros están en plan de complacer a los grupos de presión. Esta semana fue a la Asamblea de Cotelco en Pereira y les ofreció el oro y el moro: bajar los impuestos, devolverles lo que pagan por IVA y movimientos financieros y “luchar contra la informalidad”, que no es otra cosa que poner obstáculos para que otras personas participen, así sea mínimamente, del negocio.

La reunión de Pereira fue campeona porque además demostró un gran desconocimiento por parte del Presidente y de sus ministros de los asuntos del sector. Ambos prometieron imponer la obligación de inscripción en el Registro Nacional de turismo para los inmuebles que se arriendan por cortas temporadas, normalmente con fines turísticos. Esa obligación existe desde hace once años en la ley 1101 de 2006 y fue reforzada en el nuevo Código de Policía.

Pero más allá de eso, la reacción retrata bien cómo funciona el Estado corporativo: de un lado un grupo empresarial organizado que pide todo tipo de privilegios que el Estado concede y además arranca a poner trabas a otros que quieran entrar en el negocio.

Desde hace por lo menos 40 años, muchas personas de clase media que han comprado una finca de recreo en municipios cercanos a las grandes ciudades, o apartamentos en lugares turísticos los alquilan ocasionalmente por cortas temporadas normalmente para cubrir los gastos de mantenimiento del inmueble que de otra manera no podrían tener.

Esa opción permitió que en distintas épocas y aún hoy haya habido importantes desarrollos inmobiliarios en municipios como Melgar, Jamundí, el norte de Cartagena, el Rodadero y Pozos Colorados en Santa Marta, Restrepo en el Meta y decenas más. En muchos de esos lugares los que crean empleo no son los hoteles sino los propietarios de esos inmuebles que contratan personas para el mantenimiento, para el cuidado de las piscinas o para vigilancia.

Los hoteles siempre han tratado de impedir esa actividad económica totalmente lícita para controlar el negocio, pero ahora con la irrupción de las herramientas tecnológicas que facilitan la conexión entre el que ofrece el servicio y quien lo demanda sienten una amenaza mayor.

Es exactamente lo que pasa con el forcejeo entre el gremio del transporte en taxi y herramientas como Uber. El Estado se pone del lado de quien siente capacidad de presión con el pretexto de calidad del servicio o de competencia desleal porque no pagan impuestos.

Lo de los impuestos es falso, todo lo contrario, en el caso de Uber es mucho más simple para el Estado controlar los ingresos de propietarios de vehículos y conductores y cobrarles el impuesto de renta que en cambio no pagan los propietarios de taxi porque de sus actividades no queda rastro. Pagan impuestos de rodamiento a tarifas más altas que los vehículos de servicio público y, en fin.

Exactamente pasa lo mismo con los alquileres que se hacen por plataformas como airbnb cuyos pagos están totalmente bancarizados y los ingresos de los propietarios de los inmuebles deben ser declarados como ingresos constitutivos de renta y pagar el impuesto a las tarifas normales, mientras que los hoteles pagan a una tarifa especial o están exentos. Paga más impuesto de renta por ese concepto la viuda propietaria de una casita en Melgar que Luis Carlos Sarmiento Angulo por la operación del Gran Hyatt que acaba de inaugurar en Bogotá, claro con la presencia del Presidente de la República y sin embargo los grupos de presión piden que persigan a la señora por competencia desleal.

¡Duque y el Ministro Restrepo dicen que hay que nivelar la cancha! Como si no estuviera suficientemente desnivelada en favor de Sarmiento.

Rappi, en cambio, que afecta el negocio de las tiendas y droguerías de barrio es mostrada como un gran ejemplo, que lo es, de innovación. Duque se toma fotos con los propietarios, yo también lo haría porque generan orgullo, pero ahí nadie habla de competencia desleal porque son instrumentos de crecimiento de ventas de grandes superficies y de cadenas multinacionales.

No hay congresos empresariales de panaderos y si los hubiera Duque no iría como no va a los de cooperativas u otros que para él no tienen nivel presidencial.

 

*Por transparencia con los lectores debo contar que soy copropietarito minoritario de un modesto apartamento en Cartagena que nos vemos en la obligación de alquilar para solventar los gastos de mantenimiento, lo cual me convierte en una opinión interesada pero a la vez cualificada porque conozco de primera mano la situación.

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Los Ríos buscan reencaucharse en Transmilenio

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Los hermanos Javier y Carlos Ríos Velilla planean reencaucharse como grandes contratistas de Bogotá por medio de las nuevas concesiones de Transmilenio, con las que el alcalde Enrique Peñalosa pretende reemplazar los buses más viejos. Para eso hicieron una alianza con BYD, la empresa china que propone traer los primeros carros eléctricos al sistema.

Esa movida, por un lado, ratifica que los nuevos contratos quedarán en manos de los viejos jugadores del sistema; y por otro, hace que la posible llegada de los buses más amigables con el medio ambiente, que es lo que ha centrado el debate alrededor de estas licitaciones, esté ligada a unos empresarios que, a pesar de contar con mucha experiencia en la operación de buses, recién fueron cuestionados y se enfrentan a una posible sanción por asuntos relacionados, precisamente, con el recaudo de los pasajes de Transmilenio.

 

Vuelven "de ladito"

Carlos y Javier Ríos Velilla estuvieron metidos en Transmilenio a comienzos de la década del 2000, cuando eran accionistas de Express del Futuro, empresa que se ganó una de las primeras concesiones del sistema. Sin embargo, vendieron su participación entre 2008 y 2010 para irse como como operadores del Transantiago, el Transmilenio chileno.

Hoy en la contratación de Bogotá están presentes por medio de Ecocapital, la empresa contratada por el Distrito hasta 2020 para tratar y llevar los residuos hospitalarios al Relleno Doña Juana.

(Ellos trabajan aparte de su hermano Alberto Ríos, que hasta comienzos de este año fue un superpoderoso de Bogotá como contratista del aseo con su empresa Aseo Capital, es muy cercano al exvicepresidente Germán Vargas Lleras y es el papá del exconcejal y excandidato a la Cámara por Cambio Radical Felipe Ríos).

El retorno de Carlos y Javier Ríos se hizo oficial el viernes pasado, cuando llegó a medios un comunicado de prensa que informó sobre la alianza entre la china BYD y la colombiana Actin Transport, “en el marco de la licitación para la renovación de los casi 1.500 buses de la flota más antigua de Transmilenio”.

Al final, agregaba: “Este consorcio cuenta con la participación de Carlos y Javier Ríos Velilla, socios controladores de Alsacia-Express, el operador del transporte urbano de Santiago de Chile y uno de los más grandes de Latinoamérica”.

Eso hizo oficial algo de lo que se venía hablando en el sector del transporte en Bogotá, en voz baja, desde hace varias semanas, según una fuente de otra empresa interesada en las licitaciones.

Y es que, según supo La Silla Cachaca, ellos no querían hacer tan público que estaban metidos en la licitación, y sólo hasta el viernes se decidieron, aunque hasta el cierre de esta historia ningún medio había hecho eco del anuncio que hicieron en el comunicado.

No obstante, al menos desde el 12 de octubre era posible rastrear a los Ríos en la puja. Lo particular es que no aparecían entre ninguno de los oferente.

Ese día presentaron sus ofertas las empresas que competirán por los contratos para operar los nuevos buses por los próximos 13 años.

Entre las siete que lo hicieron estaba Actin Transport (Actintrans), que, como lo dice el comunicado, tiene una alianza con la china BYD. La idea es que Actintrans opere los buses que fabrique y traiga BYD, que compite por los grupos de buses que llegarán a los patios de las Américas, Suba y Usme.

Pero Actintrans es una empresa recién creada por una consultora llamada Innova, que nada tiene que ver con el negocio de los buses.

La alianza real y más importante de los chinos es con Express de Santiago Uno, una de las dos empresas de transporte que tienen Carlos y Javier Ríos Velilla en Santiago de Chile. La otra es Alsacia, y en conjunto los convierten a ellos en los principales operadores del Transantiago, el Transmilenio chileno.

Es Express de Santiago Uno la que le permite a Actintrans acreditar en la licitación la experiencia necesaria en operación de buses.

La alianza entre ambas quedó sellada en un “contrato de alianza estratégica empresarial” que Actintrans entregó el 12 de octubre como parte de los documentos de su propuesta.

Es la empresa de los Ríos la que tiene el poder, pues según ese contrato, todas las decisiones que tome Actintrans “de orden administrativo, operativo, financiero, técnico, logístico, jurídico y organizacional” relacionadas con la licitación, y con la ejecución del contrato en caso de que se lo gane, “están subordinadas a las instrucciones y órdenes” de Express de Santiago.

Además, esta empresa “asume independientemente toda la responsabilidad por la debida ejecución de las obligaciones previstas en el contrato”.

Es decir: el contrato o contratos que se ganen los firmará Actintrans, pero realmente lo ejecutarán los Ríos.

Y claro, también acordaron que Express de Santiago recibirá ingresos y utilidades, aunque el documento no habla de porcentajes porque, dice, eso se definirá dependiendo de los resultados.

Por eso, así no aparezcan como dueños de ninguna empresa que participa en la competencia, sí están metidos de lleno.

Ganar alguno de los seis contratos significaría, entonces, su regreso a la operación de buses en Bogotá después de casi una década.

Aunque, realmente, aún no es claro si nunca se desligaron de Transmilenio, y ese es el lastre que cargan ahora que reaparecen.

El lío con el recaudo

Hace un mes, El Tiempo reveló que la Superintendencia de Sociedades les formuló pliego de cargos a Carlos y Javier Ríos Velilla por no registrar ante las autoridades que son quienes controlan la empresa Recaudo Bogotá, encargada de recaudar el dinero de los pasajes que pagan los usuarios de Transmilenio.

Eso revivió las dudas alrededor del papel que han jugado ellos en Recaudo, pues el rumor ha existido desde que esa empresa se ganó la licitación para recaudar los pasajes en 2011, y siempre se han defendido diciendo que han sido asesores, mas no dueños.

Lo que argumenta la Súper es que ellos sí controlan Recaudo a través de una empresa en Chile y dos en Panamá, pero lo niegan.

Eso es importante porque en caso de que el proceso, que sigue en curso, concluya que eso es así, les tocará entrar a responder por la difícil situación financiera que vive Recaudo, que a comienzos de este año entró en proceso de reorganización con esa misma superintendencia para poder responder por sus deudas, que ascienden a 137 millones de dólares.

Eso los pondría en una situación más difícil de la que viven hoy, teniendo en cuenta que también está en crisis Inversiones Alsacia, el grupo empresarial que tienen en Chile y que es dueño de Express de Santiago Uno y de Alsacia Express, las empresas con las que se convirtieron en los operadores más grandes del Transantiago en Chile.

Eso la pone en una situación similar a sus competidores, todos los cuales tienen dificultades financieras porque son concesionarios del SITP (el sistema de los buses azules que se meten a los barrios, diferentes a los largos y rojos de Transmilenio) y ese negocio no les da.

En lo otro en que coinciden los Ríos con los demás es en que son otra familia más disputándose los contratos, ya que, como contó La Silla Cachaca, las empresas que están en la competencia son familiares, de los mismos que han estado en el negocio desde hace 18 años.

Silla Cachaca
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¿Están gobernando los jueces?

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Varias decisiones judiciales volvieron a abrir el debate sobre el rol de los jueces en la política. No solo la Corte Constitucional limitó las consultas populares locales para frenar la minería, y debatió la posibilidad de limitar el plazo para abortar en los tres casos que ella misma despenalizó, sino que Nelly Villamizar, magistrada del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, ordenó a la CAR adoptar el proyecto de Peñalosa para la Van der Hammen y dijo que los jueces deben “cogobernar”.

Para hablar del rol y el alcance de los jueces invitamos a dos expertos de nuestras redes. Ellos son Sandra Botero, profesora de la Facultad de Ciencia Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, y Juan Carlos Carlos Esguerra, ex ministro de Justicia y de Defensa y ex constituyente.

Nota: Este y el resto de programas del podcast de La Silla Vacía los pueden bajar en iTunes, Stitcher y Akörde FD.

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Marta Lucía Ramírez arranca con más chicharrones que poder

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Marta Lucía Ramírezsiempre ha querido ser presidenta y a pesar de que no lo logró, eso no le ha quitado las ganas de gobernar. Aunque la vicepresidenta es una voz fuerte en la Casa de Nariño y trata de tirar línea en todo, las funciones que le delegó el presidente Iván Duque muestran que por ahora tiene más chicharrones por resolver que temas estratégicos por manejar.

Eso muestra que arrancó débil en la puja de poder en Palacio, pero que si logra resolver los chicharrones y mostrar resultados, puede ganar fuerza.

El globo que se desinfló

Ramírez no heredó todo lo que manejaban sus antecesores ni logró quedarse manejando la implementación del Acuerdo de paz, el tema más políticamente sensible del que habló en campaña.

 

Antes de que saliera el decreto de septiembre en el que Duque definió qué funciones le delegó, la vicepresidenta mencionaba la implementación cuando le preguntaban por sus tareas.

Incluso varios de sus asesores más cercanos daban por hecho, como contamos en La Silla, que ella iba ser la cabeza de la implementación.

Eso porque desde que ganó el No en el plebiscito de 2016, fue una de las voceras de la renegociación y metió en el equipo de empalme del área gente de su cuerda, como el hoy alto consejero para la estabilización, Emilio Archila.

Pero en el decreto con sus funciones no está incluido ese tema.

“Lo que veo es que, quizás con el deseo de tener el control en Palacio, el Presidente decidió trasladar todas las funciones del Acuerdo a presidencia”, dijo Ramírez a La Silla. “Pero yo de todas maneras hago parte del comité de paz y allí tengo injerencia”, agregó.

Sin embargo, a su círculo cercano le sorprendió que ella no se quedara al menos con una parte de ese tema.

“Todo el mundo asumía que la implementación era de ella porque era algo a lo que le venía trabajando desde hace cuatro años”, dijo a La Silla un asesor de Ramírez. “Pero eso tampoco quiere decir que no va estar encima, porque ella tiene la expectativa de influir en todo”, agregó.

En implementación tampoco heredó lo que Santos le delegó al generalÓscar Naranjo, quien reemplazó a Germán Vargas como vicepresidente desde marzo del año pasado.

El General asumió la responsabilidad de garantizar la seguridad para líderes sociales y ex combatientes y de supervisar toda la ejecución del posconflicto, cosas que también volvieron a Presidencia.

Ese no es el único tema que no heredó.

Una vicepresidencia adelgazada

Tampoco le dejaron derechos humanos, que manejaron todos los vicepresidentes desde Gustavo Bell en el gobierno de Andrés Pastrana, hace 20 años, y que incluso mantuvo Angelino Garzón cuando Juan Manuel Santos le quitó casi todo el poder.

La Silla supo por dos fuentes cercanas al gobierno que la idea es que ese tema pase a una oficina de asuntos internacionales y derechos humanos en cabeza del alto consejero Francisco Barbosa, que esíntimo amigo de Duque.

La vicepresidenta cree que ella debería mantener ese tema y espera que eso pase en la reestructuración del departamento administrativo de Presidencia que se está cocinando.

“Yo preferiría que derechos humanos esté en vicepresidencia porque a esto hay que darle una importancia por sí misma. Esto no puede hacer solo parte de la agenda internacional porque es que ese tema es una prioridad”, dijo Ramírez a La Silla. “No creo que deba quedar subsumido en una consejería”, agregó.

Por último, tampoco será la jefe de toda la política de infraestructura y de los ministerios de Transporte y Vivienda, como era Vargas.

Aunque en ese sector tiene la “supervisión funcional” de transporte e infraestructura, no solo ya no tiene Vivienda sino que no le da el poder de ser jefe que tenía Vargas cuando Santos le delegó la “coordinación del sector”.

Ramírez nos dijo que así en el papel no diga que ella será la coordinadora, ella lo es.

Sin embargo, en algunas entidades de transporte eso todavía no se ve.

Por ejemplo en la Agencia Nacional de Infraestructura, una de las entidades donde el poder de Vargas era tal que adentro sentían que tenían dos jefes, dos fuentes de alto nivel nos dijeron por aparte que no ven a Ramírez como su jefe ni le ven un liderazgo claro.

“Por ahora yo creo que no ha arrancado un liderazgo de ella, ha habido una o dos reuniones, pero hasta ahí”, nos dijo una de la fuentes.

“Yo no la siento encima del sector. La mayoría de decisiones las toma el viceministro Manuel Gutiérrez y una asesora de la ministra Orozco, pero no veo que las cosas pasen por ella”, nos dijo otra.

Sin embargo, por lo menos algunos funcionarios del ministerio, que encabeza Ángela Orozco, ex socia de Ramírez en una firma de consultoría privada y su amiga personal, la ven como una jefe.

“Ella nos dijo que no va ser la que se pone el casco y las botas como Vargas. Es otro estilo, pero uno sí la ve encima y toca rendirle cuentas”, nos dijo una fuente que trabaja allí.

Pero aparte de esos temas, hay otros encargos que potencian su papel como primera mujer en la vicepresidencia.

Por ejemplo, al darle el tema de equidad de género, la Consejería de la Mujer que antes dependía de presidencia pasó la vicepresidencia y está teniendo más protagonismo.

Eso se nota en que, como le contaba a La Silla la consejera Ana María Tribin, habrá un capítulo entero de género en el Plan Nacional de Desarrollo (antes aparecía regado en algunos puntos).

Duque también la delegó como asesora de presidencia en desarrollo empresarial, aunque ahí el que lleva la batuta es el exempresario y ahora súper consejero en Presidencia, Carlos Enrique Moreno.  

Según Ramírez, aunque no sale en el decreto, ella también es la encargada de trazar toda la estrategia de lucha contra la corrupción.

De resto, más que liderar sectores, Ramírez tiene a su cargo chicharrones.

Los chicharrones

Duque le asignó a la vicepresidente varios temas puntuales, muchos de ellos empantanados. 

Por ejemplo, la puso a supervisar la reconstrucción de Mocoa, Putumayo.

También a coordinar el patrimonio del Galeón San José, a organizar la celebración del Bicentenario de la Independencia Nacional, y como contó La Silla Caribe, es la veedora de la administración por encargo en Cartagena, una ciudad que padece una profunda crisis institucional.

Todos son problemas difíciles de resolver, que por eso mismo pueden convertirse en formas de ganar visibildiad y poder.

Por ejemplo, en Mocoa, como ha contado La Silla Sur, ha pasado más de un año desde la avalancha y hay varios retrasos en retos como construir el nuevo acueducto o comprar los predios para construir nuevas viviendas. Pero si logra meterle el acelerador a las obras, puede mostrar una capacidad de ejecución que seguramente le de más juego en Palacio.

Algo parecido ocurre con lo del Galeón, donde hay una vieja pelea entre el gobierno español y el colombiano por quién debe quedarse con el barco y sus tesoros, y una entre quienes prefieren la defensa a ultranza del patrimonio cultural y quienes lo ven como una oportunidad económica.

Aunque allí también tiene margen para crecer, en todo caso sus funciones no han dejado contentos a sus aliados y ella seguramente va ir por más.

Las expectativas y lo que viene

Lo que Duque le delegó a Ramírez no es lo que esperaban algunos.

“Yo siento que con esas funciones a ella la limitaron bastante”, nos dijo un político conservador de vieja data y cercano a ella, que nos habló del tema a cambio de no citarlo.

”Con o sin decreto, yo no voy a dejar de tener una voz”

Marta Lucía Ramírez

Tres fuentes (una del gobierno y dos cercanas que lo saben de primera mano) nos dijeron por aparte que uno de los más molestos con las funciones de Ramírez es el ex presidente Andrés Pastrana, quien impulsó tanto la aspiración presidencial de la vicepresidenta como su alianza con el uribismo, porque cree que el cargo daba para que le pusieran responsabilidades mucho más gruesas.

Pastrana le negó a La Silla que estuviera molesto. Dijo que él sí cree que le dieron temas clave como corrupción, infraestructura y género, pero también aclaró que “yo sí hubiera buscado un respaldo mayor en la vicepresidencia."

"No es el Centro Democrático el que llegó al poder. Es la coalición y por lo tanto yo le daría más poder a Marta Lucía”, resumió Pastrana.

Ramírez parece coincidir con la lectura del expresidente, sobre todo en el peso político de ella y su aporte a la victoria de Duque.

“Todos los vicepresidentes anteriores fueron a dedo. En el caso mío fue un acuerdo porque yo aporté ni más ni menos que dos millones de votos y eso es lo que hace que yo tenga una voz”, nos dijo la vicepresidenta. 

Su sueño de hace más de 30 años ha sido llegar a la presidencia a gobernar, no ser un asesor de peso de un presidente. Como nos dijo una fuente muy cercana “quitarle el chip de ser presidente y gobernar es muy difícil”.

Quizás por eso Ramírez dice “con o sin decreto, yo no voy a dejar de tener una voz”. Falta ver si finalmente es una voz que asesora al presidente o una que toma decisiones de peso con autonomía de él.

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La pelea por Riohacha: entre el vargasllerismo, dos representantes y Petro

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Un candidato conservador, apadrinado por la representante Cristina ‘Tina’ Soto; uno de la Alianza Social Indígena y del Partido de La U, respaldado por el representante Alfredo Deluque; uno de fuerzas alternativas, incluyendo a la Colombia Humana del senador Gustavo Petro; y un cuarto de Cambio Radical inscribieron sus candidaturas a la Alcaldía de Riohacha, cuyas atípicas serán el 2 de diciembre.

Como anticipó La Silla Caribe, el Gobierno Nacional convocó a atípicas ante la destitución del alcalde titular, Fabio Velásquez de Cambio Radical, por corrupción en la entrega del PAE.

Quien gane, lo hará bajo la expectativa de poder gobernar más allá de 2019 (cuando se realizarán de nuevo elecciones ordinarias) debido al proyecto que cursa en el Congreso y que busca unificar los periodos de mandatarios locales y presidente, extendiendo a los actuales alcaldes y gobernadores hasta 2022.

La Registraduría aún no tiene el monto de cuánto costarán estas atípicas en la capital del segundo departamento más pobre del país.

Las inscripciones cerraron este sábado.

Estos son los candidatos y los poderes detrás de ellos:

Manuel Cayetano Sierra Deluque

Es ingeniero Industrial y de Sistemas. Fue avalado el pasado jueves por el presidente del Partido Conservador, Hernán Andrade, y localmente su madrina es Tina Soto, reconocida en La Guajira por haber sido la histórica contrincante del exgobernador y criminal Juan Francisco ‘Kiko’ Gómez, en el pueblo de ambos: Barrancas.

Mane Sierra, como es conocido, ya se había postulado sin éxito para la Alcaldía de Riohacha por el conservatismo en 2003. Luego, entre 2004 y 2007, fue secretario privado del exgobernador condenado por corrupción, José Luis González Crespo, y actuó como gobernador encargado durante ese periodo. En 2011, fue candidato quemado a la Asamblea de La Guajira y en 2014 fue secretario de Hacienda durante la Alcaldía del liberal Rafael Ricardo Ceballos Sierra.

En 2014, protagonizó un episodio judicial cuando fue detenido por la Fiscalía por presunta corrupción siendo Gobernador encargado. Sin embargo, fue absuelto en 2016 y días después nombrado asesor financiero del actual gobernador Wilmer González (quien enfrenta un proceso por presunta corrupción electoral), en representación del grupo de Rafael Ceballos.

A pesar de tener esa liga con el liberalismo, vía Ceballos, llega a las urnas vestido de azul conservador y esta vez no lo respalda el exalcalde rojo.

Juan Carlos Suaza Móvil

Es comerciante y exconcejal de la ASI. Lo avalaron ese partido y La U, y localmente tiene el respaldo de Nueva Guajira, uno de los dos grupos que históricamente se han disputado el poder en La Guajira y que hoy lidera el representante, de La U, Alfredo Deluque, uno de los congresistas impulsores de la iniciativa que ampliaría el periodo de los actuales alcaldes y gobernadores del país.

También cuenta con el apoyo del exalcalde Rafael Ceballos.

Estuvo en el Concejo de Riohacha de 2012 a 2015 y aspiró nuevamente en las últimas elecciones, pero se quemó con 899 votos.

En 2013 la Procuraduría lo suspendió por ocho meses junto a otros 13 concejales como sanción por irregularidades en la elección del personero de la ciudad de Riohacha, Breider Redondo Solano, en 2012.

Suaza apoyó en 2014 la candidatura a la Gobernación de José María ‘Chemitas’ Ballesteros, heredero político de Kiko Gómez y condenado por corrupción.

En las últimas semanas ha estado especialmente activo en su campaña. Un perfil de Facebook con su nombre publicó que el miércoles se reunió con el gremio de comerciantes en el Mercado Nuevo. Esta semana, también, visitó el corregimiento de Tomarrazón y el viernes pasado citó a las 3 de la tarde a sus seguidores en el Parque San Rafael  a la inscripción de su candidatura.

Sin embargo, viene haciendo correrías desde más atrás, mucho antes de que se supiera que habrá atípicas.

Miguel Ángel López Hernández

Es investigador, defensor de Derechos Humanos y poeta wayuu.

Lo apoyan la Colombia Humana, la UP, Mais, Fuerza Ciudadana (del exalcalde samario Carlos Caicedo), el Movimiento Constituyente Popular (MCP) y sectores sindicales y sociales.

Perteneció al Polo Democrático y fue candidato a la Cámara por la Unión Patriótica en 2014, pero se quemó con 1.780 votos.

Iller Enrique Acosta Mejia

Actual concejal de Riohacha de Cambio Radical, inscribió su candidatura a última hora por ese partido .

En La Guajira política no sonaba su nombre, aunque a principios del mes pasado había hecho un anuncio discreto. Va respaldado localmente por una parte de la colectividad que a nivel nacional lidera el exvicepresidente Germán Vargas Lleras.

Aunque cuenta con algunos ediles vargaslleristas y dirigentes barriales riohacheros, según una fuente conocedora no todo Cambio Radical lo apoya.

Ha sido concejal de Riohacha los últimos dos periodos. Al igual que el candidato Suaza, en 2013 fue sancionado por irregularidades en la elección del personero Redondo Solano. 

Germán Vargas, Gustavo Petro, Alfredo Deluque y María Cristina Soto.
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Un Duque ficouribista calienta la precampaña en Medellín

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A cinco días de que se les acabe el tiempo a los funcionarios para meterse a la baraja del 2019, y de que se cumpla un año antes de las elecciones locales, José Nicolás Duque, secretario Gestión y Control Territorial de Medellín, entra al abanico de precandidatos del Centro Democrático.

Con eso abre la puerta a una candidatura que reúna al grupo político del alcalde, Federico ‘Fico’ Gutiérrez, con el uribismo, una alianza que sería poderosa, pero que podría tener otras cartas.

A diferencia de Duque, los tres directivos de la alcaldía que renunciaron antes lo hicieron para lanzarse por firmas, como lo hizo Gutiérrez en 2015.

 

Los otros son el exconcejal y exsecretario de Inclusión Social, Luis Bernardo Vélez; el de Planeación, César Hernández; y el exdirector del Inder, Juan David Valderrama, que ya se están moviendo por su lado para hacer campaña con marca independiente.

Por eso, la de Duque es la primera candidatura que hace puente entre Álvaro Uribe y Gutiérrez, algo fundamental porque cinco fuentes del Centro Democrático en Medellín le han comentado a La Silla Paisa por aparte que el gallo uribista saldrá de un acuerdo con el Alcalde.

Sin embargo, hasta ahora no es claro que el saliente secretario -quien fue compañero de Gutiérrez en el Concejo entre 2008 y 2011- sea el del guiño fiquista, como podría parecer por salir directo de su administración.

Los otros precandidatos también pueden pelear por ese guiño: el exsenador Alfredo Ramos Maya, la diputada ramista Ana Cristina Moreno, el exdirigente deportivo Luis Fernando Begué y los concejales Nataly Vélez y Jaime Mejía, el de Valencia Cossio.

Los primeros dos, según tres personas con las que hablamos, estarían más cerca de Gutiérrez que Duque.

Más allá de eso, una de esas fuentes, que conoce las movidas del Alcalde por dentro, le dijo a La Silla que su inclinación solo estará cantada si renuncian para lanzarse, o más adelante para meterse a la campaña de algún candidato, Santiago Gómez, su mano derecha y enlace con los concejales y su gabinete; su secretario de Hacienda, Orlando Uribe; o su secretario privado, Manuel Villa, ambos de su círculo primario.

Aunque tienen plazo hasta este viernes para dar el paso sin inhabilitarse como candidatos, todavía no hay pistas de que vayan a lanzarse. Además, apenas la precampaña se está calentando, y el Alcalde tiene tiempo para sacar sus cartas. 

Por eso el panorama sigue abierto. 

Renunciado purasangre, ficha improbable

Aunque ha sido cercano a 'Fico', y por eso resultó nombrado en su gabinete, Duque no es tan cercano al Alcalde como para ser su ficha, según nos dijeron cuatro de los cinco uribistas que consultamos.

Nicolás Duque arrancó en la política al lado del uribista Juan Carlos Vélez, quien le compitió a Gutiérrez hace cuatro años la Alcaldía y, aunque quiera repetir candidatura por el Centro Democrático, está caído, como contamos.

El nuevo aspirante fue asesor de infraestructura de aeropuertos nacionales y gerente del aeropuerto José María Córdova cuando Vélez era el director de la Aeronáutica Civil, en el gobierno Uribe; luego le hizo campaña a Senado por La U, y con el aval de ese partido y el apoyo de Vélez se lanzó y fue elegido al Concejo de Medellín en 2007.

Repitió puesto en 2011, cuando Gutiérrez fue el candidato de La U para la Alcaldía de Medellín, y Carlos Mario Estrada, el actual director nacional del Sena, a la Gobernación.

Pero en 2014, cuando nació el Centro Democrático, dijo públicamente que iba a votar por Óscar Iván Zuluaga y el nuevo partido uribista, cosa que lo metió en problemas con La U, lo mismo que le ocurrió a Vélez.

A este último lo acompañó en su fallida campaña a la Alcaldía de Medellín en 2015, un momento en el que Duque se acercó al grupo del médico Fabio Aristizábal, el Superintendente de Salud, y de Estrada.

Finalmente, para las parlamentarias de este año, respaldó a Aristizábal a Senado y a su fórmula, César Eugenio Martínez, a la Cámara. Vélez estuvo ya más cercano a los godos en las elecciones de este año, como contamos también.

Con Martínez, el tercer uribista en votación en Medellín en marzo pasado (con 15 mil votos), tiene un capital inicial ya cantado para buscar el aval del Centro Democrático.

Pero le falta el espaldarazo del alcalde Gutiérrez, que aún no se concreta, y que será fundamental para definir la carta uribista para sucederlo.

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El voto a ciegas

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Analizamos los resultados de nuestro experimento 'El Voto a Ciegas', con:

Humberto De La Calle, Jefe del Equipo Negociador del Proceso de Paz; Poly Martínez, columnista y corresponsal de ABC de España; Juan Camilo Cárdenas, Decano de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, y; Juan Esteban Lewin, Editor General de La Silla Vacía.

Siga la transmisión en vivo:

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Humberto De La Calle

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Excandidato presidencial del Partido Liberal

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Carrasquilla depende de una Cámara no tan gobiernista

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La decisión que tomó ayer el presidente de la Cámara, el liberal Alejandro Carlos Chacón, de permitir que se tramite una moción de censura contra el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, se da en un panorama político que puede terminar con el ministro fuera del Gobierno.

Eso porque el Gobierno no tiene mayorías fijas en la Cámara, lo que hace difícil predecir  la votación que se de después de la sesión del miércoles en la noche, y muestra que las aplanadoras no solo sirven para sacar adelante proyectos de ley sino para evitar un control político fuerte, como el que puede inaugurar esta moción.

De los 171 representantes a la Cámara solo 84 pertenecen a bancadas que se declararon gobiernistas, y por lo menos 11 de ellos buscaron que sus partidos se declararan independientes. Aunque eso no los obliga a votar en un sentido determinado, sí da una pista de hacia dónde podrían ir.

Sin embargo, tampoco es claro que las cargas políticas estén contra Carrasquilla. Una moción se aprueba con la mitad más uno de los representantes (86), pero si votan contra el ministro los 21 declarados de oposición, los 49 independientes y los 11 de bancadas gobiernistas que no se identifican como tales, solo llegaría a 81 votos, es decir, quedarían faltando 5.

Y eso incluye a los 4 verdes que se han opuesto a la moción: Catalina Ortiz, Katerine Miranda, Juanita Goebertus y Mauricio Toro.

Además de esa incertidumbre numérica, la reacción de los representantes tampoco es clara por la inédita relación entre el Congreso y un Gobierno que no ha dado mayores cuotas burocráticas, aunque haya prometido mantener las fichas regionales, y se ha negado a abrir la puerta de los cupos indicativos.

Estos son todos los representantes y sus posiciones iniciales:

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La Reforma Política puede legalizar la dosis de "tecnomermelada"

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Hoy la plenaria del Senado iniciará la discusión, en segundo debate, de la Reforma Política. Uno de los 12 artículos de su ponencia cambiaría totalmente la relación del Congreso con el Gobierno porque permitiría que los congresistas definan en qué se va uno de cada cinco pesos de inversión del presupuesto sin tener que negociar con el Ejecutivo.

Eso equivale a legalizar lo que decidían, por debajo de la mesa, en la llamada mermelada: plata del presupuesto para sus regiones. Aunque la propuesta no es del Gobierno, si el presidente Iván Duque permite que salga adelante, podría quedar muy bien parado con los congresistas sin necesidad de negociar esas partidas con ellos como hicieron los gobiernos anteriores.

Es decir, mientras dura ese trámite tendrá un as bajo la manga para tener tranquilos a los congresistas. Y en ese plazo, e incluso después, puede quedar tan bien con ellos como lo hicieron quienes dieron mermelada, sin negociar cada proyecto ni girar ni un cheque.

La propuesta

En el primer debate la Reforma no tenía ese articulito y salió adelante sin él, pues la Comisión Primera aprobó varios artículos de la ponencia que lideró el coordinador ponente Roy Barreras.

Sin embargo, en esa discusión la uribista Paloma Valencia presentó como proposición un artículo que se había hundido en la  reforma a la justicia que presentó, y que revive una pelea que perdió hace cuatro años.

El artículo dice así:

“Por lo menos una quinta parte del presupuesto nacional de inversión se denominará Inversión de Iniciativa Congresional. El Congreso de la República por iniciativa de sus miembros y con aprobación de las plenarias, podrá solicitar la inversión en proyectos específicos que previamente hayan sido aprobados por el Departamento Nacional de Planeación.”

Valencia también había liderado el tema hace cuatro años, junto con otro senadores uribistas, incluyendo al actual Alto Consejero para la Política, Jaime Amín.

El articulito no parece ser flor de un día.

Además de los uribistas, esta vez la idea la han comprado senadores que no lo son, empezando por Barreras y su compañero en la coordinación de la ponencia, Temístocles Ortega de Cambio Radical.

También la firmaron el liberal Luis Fernando Velasco, la conservadora Esperanza Andrade, el miraísta Carlos Guevara y el fariano Julián Gallo.

Además, según una persona que conoció de primera mano el trámite de la ponencia, ésta fue concertada íntegramente por Barreras y Ortega con el Gobierno.

Eso quiere decir que el articulito tiene el aval implícito de Duque, por lo que no es absurdo pensar que puede terminar saliendo aprobado.

La mermelada sobre la mesa

El presidente Iván Duque ha repetido en varias ocasiones que no le dará mermelada a los congresistas, lo que tiene en el aire la gobernabilidad en el Congreso. Hasta ahora no hay un reemplazo para el tradicional sistema clientelar en el que el Gobierno da cuotas burocráticas y cupos indicativos a cambio de que los congresistas le aprueben sus proyectos y no son un contrapeso a su poder.

Como contó La Silla Vacía, con Duque la cosa está cambiando porque no les ha dado ni representación burocrática a la mayoría de congresistas ni ha hablado de cupos indicativos.

Eso tiene desorientados a muchos congresistas, según nos han dicho de primera mano más de 30 de ellos, de diferentes partidos y de todas las regiones que cubrimos.

Aunque por ahora no ha hundido proyectos, la votación apretada para revivir la moción de censura contra el Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, en el Senado la semana pasada; o la resurrección de esa misma moción en la Cámara, pueden ser muestras tempranas de una mayor autonomía y presión el Gobierno.

El articulito podría facilitar esas relaciones.

Primero, mientras se aprueba, le deja al Gobierno la ventaja de que su apoyo, o por lo menos no objeción al articulito tiene un gran valor para los congresistas. Si decide atravesarse al cambio, podría enredar la reforma y quitarle ese futuro poder a los congresistas.

Segundo, porque si es aprobado dejaría en manos de los congresistas la inversión de unos 9 billones de pesos, una forma de gran dosis de mermelada. Con la diferencia de que esa "tecnomermelada" ya no dependería de sus relaciones con el Gobierno ni de negociaciones debajo de la mesa, aunque sí de las correlaciones de fuerza en el Congreso, ya que la decisión quedaría en manos de la plenaria.

Eso abriría la puerta para que los congresistas sigan mostrando obras en sus regiones, algo que les suelen pedir sus electores y es fundamental para seguir en el poder, sin tener que perder independencia para ello.

“Podría cortar un poco la dependencia de gestión del Congreso frente al Ejecutivo, que casi que a modo de extorsión hace perder las facultades del congresista”, le argumentó a La Silla el senador uribista Santiago Valencia, quien dice que es un deber constitucional de los congresistas llevar o gestionar inversión a sus regiones.

Eso no quiere decir que sea obvio que el articulito sea aprobado, por lo menos por dos motivos.

Uno es que hay un debate teórico sobre los beneficios de que los congresistas definan parte de la inversión nacional de forma autónoma, pues podría llevar a que se financien proyectos desarticulados de los del Gobierno, que seguriría manejando la gran mayoría del presupuesto de inversión.

En Colombia los congresistas tuvieron esa facultad entre 1968 y 1991, bajo el nombre de auxilios parlamentarios. La Constituyente los eliminó sobre todo porque era usual que una parte de la plata terminara en las maquinarias políticas de los congresistas.

Desde entonces han revivido varias veces, por debajo de la mesa, y como partidas que los gobiernos han creado para repartir a su conveniencia.

El segundo motivo por el que puede naufragar es que el Gobierno perdería poder frente al Congreso, pues los congresistas ya no tendrían que buscar su apoyo para llegar inversiones a sus regiones.

Eso le quitaría al Ejecutivo una de sus cartas más fuertes para negociar con ellos, excepto durante el trámite de la Reforma y de la ley que luego la reglamente, cuando cada detalle podría definir qué tanto poder pierde y cuánto ganan los congresistas

Y es ahí donde Duque tendría una carta fuerte para obtener la lealtad de los congresistas, aunque también quedan muchos interrogantes.

Los interrogantes

La Reforma Política es un cambio a la Constitución y por eso le quedan seis debates más. Si sale aprobada, una o varias leyes definirán los detalles para aplicarla.

En todo ese proceso, que tardaría entre nueve meses y dos años más, queda un espacio para negociar entre los congresistas y el Gobierno, y para ayudar a que los primeros mantengan buenas relaciones con el segundo incluso sin cupos indicativos ni cuotas, por la aspiración de que el articulito termine siendo realidad.

Esos serían algunos de los puntos a negociar, que hoy siguen siendo interrogantes.   

  • ¿Quién en el Congreso tendría el poder para definir las inversiones? No es claro cuál sería el procedimiento para elegir los proyectos. Por ejemplo, si se tramita como un solo proyecto de ley o un solo paquete de presupuesto una vez al año, si serían proposiciones aisladas de los congresistas, si deben pasar por alguna comisión actual o por una nueva para discutir el tema, o si simplemente se debate en plenaria. Todo eso definiría quién tendría el poder dentro del Congreso para definir el destino de esa plata, y si las mayorías podrían imponerse para definirla toda o la oposición tendría margen para, por primera vez, tener la posibilidad de definir inversiones directamente.

  • ¿Planeación podría ser el veto del Gobierno? Aunque el Gobierno perdería poder con el articulito, Planeación Nacional tendría un papel importante pues los congresistas solo podrían elegir proyectos que éste haya aprobado. Sin embargo, no está claro cuáles serían esos proyectos, si los Congresistas podrían formularle proyectos o si Planeación podría vetarlos. La experiencia del sistema para definir a qué proyectos van las regalías muestra que en la práctica probablemente habría una tensión entre el deseo político de los congresistas de ejecutar los proyectos que quieran, el de los técnicos de Planeación de asegurar que sean proyectos sólidos y viables, y las necesidades del país de que se ejecuten los recursos y no se queden parqueados en los bancos.

  • ¿Se lograría más transparencia? El articulito va de la mano con otro que el senador Álvaro Uribe logró incluir en el presupuesto del próximo año, que obliga a revelar el nombre del congresista que proponga un proyecto concreto que se financia con plata de éste. Las dos medidas, juntas, deberían ayudar a que los congresistas gestionen inversiones por encima de la mesa. Sin embargo, como la decisión pasa por plenaria y el trámite no está claro, podría ocurrir lo que pasa hoy con los ajustes a los proyectos, incluyendo algunos clave como el presupuesto o el Plan de Desarrollo, en los que los congresistas inciden con proposiciones que presentan con nombre propio pero que no se revelan de forma oportuna y transparente a la sociedad.

Silla Nacional
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